Islandia es una isla en mitad del Océano Atlántico que destaca por estar sobre una zona de contacto entre las placas euroasiática y la norteamericana. Al sudoeste de este país se encuentra el puente “Leif the Lucky”, que acerca las dos partes de tierra creadas por la separación de las placas o rift, cada año se separan alrededor de dos centímetros.
Madrid, 26 de noviembre (EPTURISMO).- Islandia es famosa por sus volcanes (como el que entró en erupción en 2010 obligando a cerrar el espacio aéreo europeo, el Eyjafjallajökull), las auroras boreales y sus cascadas. Sin embargo, esta isla en mitad del Océano Atlántico y al sur del círculo polar ártico también destaca por estar sobre una zona de contacto entre las placas euroasiática y la norteamericana, una peculiaridad que puede apreciarse en ciertas partes de la isla.
EPTurismo propone una ruta por algunos de los lugares clave para contemplar estas hendiduras y dejarse sorprender por la belleza y el empuje de la tierra por separarse.
REYKJANES
El viaje comienza en la península de Reykjanes, cerca de Reikiavik, capital de Islandia, y del aeropuerto Internacional de Keflavík, el más importante del país. En esta región, al sudoeste de Islandia, se encuentra el puente “Leif the Lucky”, que acerca las dos partes de tierra creadas por la separación de las placas o rift, cada año se separan alrededor de dos centímetros.
Esta pasarela entre dos continentes homenajea al explorador Leif Ericson, primer islandés en pisar Norteamérica hace mil años. En medio, cuenta con dos inscripciones, una a cada lado de la placa: “Bienvenido a América”, en un lado; “Bienvenido a Europa”, en el otro.
En esta región, también puede visitarse la Laguna Azul, un lago artificial que se mantiene gracias a las aguas procedentes de una central geotérmica cercana. También puedes acercarte al campo geotermal de Gunnuhver para contemplar las humaredas que salen de la tierra.
THINGVELLIR
Este parque nacional islandés se encuentra cerca de la península de Reykjanes y cuenta con varias actividades para disfrutar de las fallas que recorren su extensión.
Además de recorrer a pie el camino formado entre ambas placas tectónicas mientras se recuerda la historia parlamentaria de la isla, también se puede bucear por la falla de Silfra, al borde del lado Thingvallavatn.
La fisura de Silfra se formó por los terremotos que ha experimentado el terreno a lo largo de los años. Está llena de agua fría y cristalina, lo que convierte esta zona muy atractiva para los aficionados al buceo.
Asimismo, puede visitarse la cascada de Gullfoss, cuyo brusco giro da la impresión de que el agua cae hasta el centro de la tierra.
BONUS TRACK: CAÑÓN DE FJADRÁRGLJÚFUR
Aunque no se trata de un rift entre placas tectónicas, el cañón de Fjadrárgljúfur puede ser otra estupenda excursión para conocer la peculiar naturaleza de Islandia. Al sur de la isla, se encuentran estos dos kilómetros de paredes escarpadas y recubiertas de hierba con 100 metros de altura.