Síntoma de males peores

26/10/2013 - 12:00 am

Aunque se niegue en declaraciones oficiales y pláticas ciudadanas, desde hace décadas es bien sabido que el vecino del norte nos dicta el rumbo político y económico; hoy comenzamos a contar con pruebas documentales vía Edward Snowden.

Como país complaciente en los temas de interés para los Estados Unidos, tenemos nula posibilidad de reaccionar con dignidad ante asuntos como el espionaje. Valga de ejemplo el guión que le mandaron a Janet Napolitano para su encuentro con Peña Nieto el 24 de julio. Esta semana trascendió el oficio, al que se apegaron los hechos como a un guión de cine.

La cosa empieza con que la ONG llamada Archivo de Seguridad Nacional (NSA, siglas en inglés) obtuvo el documento elaborado por el Departamento de Seguridad Interna (DHS), mediante una solicitud de acceso a esa información –como si fuera ante el IFAI, pero rápido. El reportero Daniel Lizárraga mostró el texto ayer en Noticias MVS.

El mensaje a la señora Napolitano: “Los mexicanos señalaron que esperan tu reunión con el Presidente Nieto (sic) para poner punto final a los problemas relacionados con las filtraciones de Snowden, que está escalando la prensa mexicana.”

Esa decisión de Los Pinos, sacar de la prensa mexicana el escándalo del espionaje mundial que opera Washington, no tiene otra lectura que el servilismo. Lo único que dijo Peña Nieto en esas fechas fue que pediría una explicación a Obama. La madura reclamación de Dilma Rousseff por la intromisión de EE.UU. en Brasil, contrastó con la tímida, casi involuntaria solicitud de Los Pinos.

Al hacerse público que la Casa Blanca también espió a Calderón, el ahora profesor de Harvard sí se mostró agraviado y reclamó con orgullo; y uno se pregunta por qué no hizo lo mismo mientras fue presidente, ya que según Fox todo gobierno sabe que se le espía; dijo eso con desenfado, destacando lo “absurdo” de la indignación nacional, y no lo inaceptable del espionaje. Como que le quiso suavizar las críticas a Obama.

La verdad es que sin necesidad de oficios ni grabaciones, las evidencias ya son tantas que es imposible soslayar el papel sumiso de nuestros gobiernos ante Washington. Lo malo, lo peor, es que con ese ánimo y ese concepto de patria se cambian las leyes, se imparten los castigos y perdones, se proyectan las finanzas y se venden los recursos naturales de México.

Las anécdotas que vamos conociendo, como esto del espionaje, sólo confirman la sumisión gubernamental dócil, una obediencia borreguil que empareja las ideologías partidistas en turbias cesiones contrarias al interés del pueblo. Allá los funcionarios en las nubes, acá nosotros a nivel banqueta. Y acá abajo también nos juntamos los de un color y los de otro porque la opresión nos revuelve a todos… menos al 1% de la cumbre, ya se dijo.

en Sinembargo al Aire

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