El descubrimiento es alentador, ya que en la mayoría de los casos, el coronavirus no provocaría daños graves y permanentes en las redes nerviosas, según los autores del estudio.
Ciudad de México, 26 de julio (RT).- Un equipo internacional de investigadores dirigido por neurocientíficos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard ha establecido la razón por la que pacientes con COVID-19 experimentan una pérdida temporal del sentido del olfato, considerado uno de los primeros y más frecuentes síntomas de la enfermedad, según un estudio publicado esta semana en Science Advances.
Los científicos identificaron los tipos de células olfativas más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2. Anteriormente se creía que la pérdida del olfato a corto plazo, conocida como anosmia, se producía cuando el virus infectaba las neuronas sensoriales en la parte superior de la cavidad nasal, evitando la transmisión de señales de olor al cerebro, pero el nuevo estudio refuta esta suposición.
"Nuestros hallazgos indican que el nuevo coronavirus cambia el sentido del olfato en los pacientes no al infectar directamente las neuronas, sino al afectar la funcionalidad de las células de apoyo", explicó el neurobiólogo y autor principal del estudio, Sandeep Robert Datta.
Non-neuronal expression of SARS-CoV-2 entry genes in the olfaory system suggests mechanisms underlying COVID-19-associated anosmia https://t.co/53lQqAUzpD
— Sandeep Ramalingam (@sanramalin) July 25, 2020
Los hallazgos sugieren que las neuronas sensoriales olfativas no son vulnerables a la infección por coronavirus porque no expresan ACE2, una proteína clave que el patógeno usa para ingresar a las células humanas. En cambio, ACE2 se libera en células que proporcionan soporte metabólico y estructural a las neuronas sensoriales olfativas, así como a ciertas poblaciones de células madre y células de los vasos sanguíneos.
"BUENAS NOTICIAS"
Según Sandeep, el descubrimiento es alentador, ya que sugiere que, en la mayoría de los casos, el coronavirus no provoca daños graves y permanentes en las redes nerviosas. Por lo tanto, después de la recuperación, las neuronas no cambiarán ni se reorganizarán, y no existe el riesgo de una pérdida completa del olfato en los pacientes.
"Creo que son buenas noticias, porque una vez que la infección desaparece, las neuronas olfativas no parecen necesitar ser reemplazadas o reconstruidas desde cero", señaló el experto, aunque recordó que se necesita comprender mejor cómo actúan los mecanismos subyacentes para confirmar esta conclusión.
Los datos muestran que los pacientes con COVID-19 tienen más probabilidades de padecer pérdida del olfato que tener fiebre, tos o dificultad respiratoria.
Incluso se cree que la anosmia se puede manifestar de forma particular en casos de coronavirus en comparación a otras enfermedades, por lo que su comprensión podría facilitar el diagnóstico, concluyen los autores.