Siempre he admirado a los(as) pilotos de aeronaves que, en medio de decenas de procesos simultáneos -que parecieran requerir su atención inmediata- son capaces de despegar y aterrizar con seguridad, particularmente cuando las circunstancias son adversas. Lo mismo sucede con mamás y papás que, con niños(as) pequeños(as) llorando o peleando en los asientos traseros, no chocan y manejan de manera efectiva en medio del tráfico. Los(as) pilotos se entrenan para esto; y los padres aprenden con la práctica. Lo que tienen en común estos dos grupos es que son capaces de poner atención a lo realmente importante o esencial, sin dejarse distraer por asuntos relativamente menores o no indispensables. Esta capacidad o actitud requiere de un esfuerzo explícito de la voluntad y la inteligencia, determinadas en cumplir el objetivo de llegar sanos(as) y salvos(as) a determinado lugar. Esto implica discernir constantemente, asignando prioridades a los problemas conforme aparecen; pero también planear con anticipación y tener información de alta calidad acerca del contexto (la ruta por donde se volará o conducirá; las condiciones del clima; la cantidad de combustible en los tanques; la distancia al aeropuerto alterno -o al baño- más cercano; etcétera).

En los próximos meses, cada uno(a) de nosotros(as) tendrá que pilotear en medio del huracán que se originará cuando la pandemia de la COVID-19, y sus efectos en la salud pública, la inseguridad, el desempleo y la pobreza, se encuentren con las elecciones federales y locales de 2021. Es de esperar que estos problemas se politizarán, y entrarán de diversas maneras en las plataformas de los(as) candidatos(as). Los(as) ultras de ambos bandos, tanto a favor como en contra de la 4T, polarizarán aún más el ambiente, descalificando y ofendiendo, tratando de erradicar a los(as) opositores(as). Los linchamientos virtuales en las redes sociales y medios de comunicación continuarán y, posiblemente, aumentarán. Lo mismo sucederá contra el INE y los OPLEs. ¿Podríamos estar a las puertas de uno o varios conflictos post-electorales que generen una crisis constitucional o incluso violencia?

Ante estos escenarios posibles, los(as) ciudadanos(as) estamos llamados a decidir para conseguir el objetivo fundamental: superar la crisis de la COVID-19; pero sin dejarse distraer por los(as) niños(as) impertinentes que gritan y hacen berrinche a cada momento. ¿Cómo resolver por quién votar? Aquí cinco factores que podríamos empezar a pensar, conforme se acercan las elecciones:

1). La información que usamos. Todos(as) asumimos que somos libres; pero ¿realmente lo somos? La libertad solamente se alcanza en la verdad, según la famosa frase de Juan (8:32) y un reto que deberemos sortear serán los entornos de post-verdad en los que nos movemos. Autoridades y candidatos(as) mienten, o dan información inexacta que los(as) favorece o que descalifica a los(as) opositores(as). Los(as) votantes tendremos que discernir entre toda la información que se intercambie, tratando de escoger la de mayor calidad. Esto implica, por default, excluir teorías de la conspiración o referentes valorativos no democráticos, o que atenten contra los derechos humanos o los bienes públicos. Tendremos que escuchar con atención y usar criterios sólidos para decidir: los que aportan la ciencia y la opinión de los(as) expertos(as); los análisis de instituciones académicas y centros de investigación; los que aportan la propia experiencia y la observación inteligente. Lo que me dicen los(as) candidatos(as) ¿soporta el análisis de la evidencia?

2) La cooperación. Sólo un(a) loco(a) votaría por alguien que asume que sólo su visión del mundo es válida, y que todos(as) los demás están equivocados(as). Esto sería equivalente a elegir a alguien que piensa que nunca se equivoca. Para atender la pandemia, se necesitan personas que reconozcan en los(as) opositores(as) a actores(as) indispensables para la solución de problemas complejos. El verdadero poder en tiempos de la pandemia es la capacidad de construir puentes que vayan más allá de las divisiones ideológicas, políticas y de interés, de clase o de culturas. Los(as) candidatos(as) por los que pienso votar ¿son respetuosos, racionales y razonables? (siguiendo las tres erres del Dr. Jorge Traslosheros). ¿Buscan dividir para ganar votos? ¿O tratan de construir comprensiones compartidas de los problemas para co-construir soluciones entre muchos(as)?

3) La eficiencia en el gobierno. Los(as) candidatos(as) por quien votaré ¿planean fortalecer las capacidades institucionales de la administración pública para atender la pandemia y sus efectos? ¿Proponen de manera clara los objetivos y los medios para llegar a ellos, o solamente repiten slogans y lugares comunes? ¿Formulan políticas públicas que construyen sobre las buenas acciones gubernamentales del pasado, corrigiendo las malas? ¿Postulan planes concretos para atender la COVID-19, la violencia -incluida la de género-, el desempleo, la reactivación económica, la pobreza, la seguridad alimentaria, la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible? ¿Proponen soluciones razonables, basadas en evidencia real? ¿O tratan de imponer ideologías sobre la realidad?

4) Transparencia, rendición de cuentas e impunidad cero. La pandemia ha sido usada por muchos(as) gobernantes del mundo para centralizar y aumentar su poder, reforzando tendencias autocráticas. Los(as) candidatos(as) por los(as) que pienso votar son transparentes? ¿Rinden cuentas de sus actos? ¿Muestran con decisiones concretas su compromiso contra la corrupción? ¿O solamente lo usan como un pretexto para criticar o perseguir a sus opositores(as) políticos(as)?

5) Interdisciplinariedad. Las visiones de los(as) candidatos(as) por los(as) que pienso votar ¿dialogan con otros saberes? ¿Están dispuestos(as) a conformar equipos en los que la política sea tan importante como la administración, la economía, la ciencia médica y la salud pública? Los(as) candidatos(as) están dispuestos(as) a encontrar soluciones fuera de la política, en los resultados de la investigación científica de punta?

Seguramente nadie cumplirá el tipo ideal que estas preguntas presuponen; pero este checklist pudiera ser una ayuda para empezar a considerar por quién votaremos, a menos de un año de la fecha de las elecciones. Independientemente del sentido de nuestro voto, es importante pilotear o manejar bien: llegar a nuestro destino. No permitamos que el ruido de fondo, o los espectáculos políticos cotidianos, nos distraigan.

Francisco Porras Sánchez

https://www.sinembargo.mx/author/francisco-porras

Doctor en Política y Estudios Internacionales por la Universidad de Warwick, Reino Unido. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Su línea de investigación es la Gobernabilidad urbana y regional contemporánea (finales del siglo XX y principios del XXI), con particular interés en gobierno, gobernanza y redes de política pública. Actualmente es profesor investigador del Instituto Mora. Twitter: @PorrasFrancisco / @institutomora

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