Nos siguen faltando 43.
La ley de la vida que nos repiten constantemente como máxima de la naturaleza es que el más fuerte se come al débil, esto en nuestro imaginario lo concebimos como una cadena alimenticia de tamaños sucesivos en orden decreciente, es decir que el león se come al antílope que se come a una planta que a su vez se alimenta de los nutrientes del suelo y de la energía solar. Sin embargo pareciera paradójico que los animales más grandes que existen en el planeta hoy en día, las ballenas y los tiburones filtradores, no se alimentan de peces un poco más pequeños, sino que se alimentan de animales milimétricos y de algas, es decir del plancton.
¿Por qué sucede esto? ¿Cuáles fueron las presiones de selección que llevaron a los grandes carnívoros del mar a extinguirse y en cambio permitieron a los gigantes planctónicos seguir existiendo y proliferar? La respuesta no es inequívoca ni unidireccional, los grandes carnívoros que surcaban los mares también eran reptiles y se vieron afectados por el cambio de las condiciones climáticas en el planeta a finales del Cretácico (hace 65 millones de años). En este periodo ocurrió la famosa extinción masiva de la fauna y se adjudica al impacto de un gran meteorito contra la Tierra, en la región conocida hoy en día como Chincxulub, en Yucatán. Esta es la teoría más aceptada y nos indica que el impacto ocasionó que se formara una nube de polvo enorme que cubrió la tierra y que resultó en una disminución de la temperatura global de manera considerable, con ello un gran número de especies de dinosaurios que dependían de la energía solar para regular su temperatura corporal murieron. Con ellos se extinguieron también los grandes depredadores marinos.
Entonces los monstruos marinos de hoy no se alimentan de peces grandes. El porqué ellos sí sobrevivieron, seguramente tiene que ver además con que su alimento también sobrevivió, o con que fueron capaces de modificar su dieta para alimentarse de lo que estaba disponible: el plancton. El plancton se ve beneficiado por la presencia de aguas frías porque son más abundantes los nutrientes en solución y tienen más oxígeno disuelto, por lo que los cambios ambientales que ocurrieron el Cretácico probablemente favorecieron al plancton, ya que implicaron una disminución en la temperatura global.
Uno de los organismos más abundantes en el plancton y favorito de los monstruos marinos contemporáneos es el kril, éstos son crustáceos pequeños parecidos a los camarones que llegan a medir hasta 6 centímetros y que pertenecen a la familia en Euphausiacea, lo conforman 90 especies que se distribuyen por todo el mundo. Para el Golfo de México hay reportadas 34 especies. El kril es tan abundante en los océanos que algunos científicos afirman que podrían ser el grupo de especies con mayor masa corporal en el planeta después de los humanos, aunque otros debaten que son las hormigas. Por ejemplo en el océano Austral, el kril puede llegar a conformar grupos de hasta 30,000 individuos por metro cúbico, y según algunas estimaciones curiosas, su masa a nivel planetario llega a pesar hasta 500 millones de toneladas en un momento determinado.
La palabra kril viene del noruego y quiere decir pequeño pez o alevín. Estos crustáceos se alimentan de fitoplancton, es decir de las algas unicelulares flotadoras que aprovechan la luz solar que incide sobre los mares para hacer fotosíntesis, por lo que son considerados como herbívoros. El ciclo de vida del kril dura varios años en los que se mueve a diferentes profundidades de la columna de aguas dependiendo de la etapa de la vida en la que se encuentre. Son animales ovíparos con fecundación externa, para reproducirse el macho adhiere un paquete de esperma en la abertura genital de la hembra; después la hembra va liberando los huevos hacia el exterior que conforme entran en contacto con el esperma depositado por el macho, se van fertilizando. Puede poner entre 6,000 y 10,000 huevos en cada puesta. Los huevos son liberados cerca de la superficie del mar pero durante su desarrollo embrionario van hundiéndose, llegando hasta una profundidad de 3000 metros; ahí los huevos eclosionan y las larvas nadadoras comienzan a subir por la columna de agua pasando por tres estadios larvales, para llegar nuevamente a las aguas superficiales como juveniles. Después de tres semanas ya tienen la apariencia característica de un pequeño camarón pero no llegarán a la madurez reproductiva hasta dos o tres años después. Y, en este periodo siguen creciendo y por lo tanto mudando de su exosqueleto sin cambiar ya de morfología.
Otra característica interesante del kril es que brilla de noche, es decir que tiene bioluminiscencia. Cada individuo tiene siete pares de órganos que producen luz a lo largo de su cuerpo, cuando brillan parecen diminutos personajes de ciencia ficción. La significancia biológica de su luminiscencia aún no está bien entendida, se argumenta que puede estar relacionada con su reproducción o con el escape de los depredadores, falta mucha investigación al respecto para poder dilucidar su relevancia.
Dadas las altas cantidades de kril en el océano, desde los años setentas se lleva acabo pesca industrial de este crustáceo principalmente por Japón y Polonia. En los años ochentas se capturaron hasta 500,000 toneladas anuales. Sin embargo, hoy en día solamente capturan 100,000 toneladas, por lo que se discute la pertinencia de la pesquería de kril puesto que parece que el impacto sobre las poblaciones del crustáceo no es menor. En Japón es considerado como un alimento de lujo mientras que en el resto los países se consume como suplemento alimenticio o como cebo para la pesca. En México se pueden encontrar pastillas de kril como suplemento alimenticio, y según dicen las empresas, contiene más omega 3 que otros crustáceos, o que el aceite de pescado, y es promocionado como otro de los productos milagro.
Algunos científicos afirman que hay una reducción hasta del 80 por ciento de las poblaciones de kril en el Océano Antártico, no solamente debido a la sobrepesca, sino también a la reducción de la capa de hielo de este continente, puesto que la capa de hielo representa un refugio para el kril en la época de mayor depredación, y al mismo tiempo el kril suele alimentarse de las algas que están pegadas por debajo del hielo polar, por lo que al derretirse quedan expuestos y sin el alimento alternativo.
Así, este bichito maravilloso y muy abundante, permite la existencia de los grandes monstruos de hoy en día en los océanos por lo que su conservación debería de preocuparnos a todos. Si se cumplieran las regulaciones de pesca y explotación de los recursos marinos podríamos estar tranquilos y consumir los productos del mar sin conflicto, porque estaríamos en el entendido de que las poblaciones de kril y de los demás animales no estarían siendo explotadas al límite, sin embargo sabemos que esto no es así. Deberíamos exigir un certificado de inocuidad ambiental para los productos marinos. Entonces si decides consumir las pastillas de omega 3 provenientes de kril debes pensar en el impacto que puede estar teniendo esta pesquería en el resto de las habitantes de los océanos. La pregunta sería To kril or not To kril?
Para leer más:
Castellanos, I y Suarez-Moreles, E. 2009. Euphasiaceae (Crustaceae) of the Gulf of Mexico. En: J Turnell, DL Felder y S. Darle. Gulf of Mexico Origin, Waters, and Biota: Biodiversity. Texas A&M University. Pp. 1013-1016
Ross R M y L B Quetin. 1986. How productive are antartic Krill? Bioscience 36:264-269