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Angel, de 24, murió en San Diego igual que George Floyd: la rodilla en el cuello. VIDEO exhibe a policías

26/04/2021 - 5:49 pm

Ángel Zapata Hernández, de 24 años, murió luego de que un agente de de la policía presionara su rodilla durante seis minutos y siete segundos contra su cuello.

Por Joel Cazorla

Estados Unidos, 26 abril (La Opinión).- Un hispano murió en el centro de San Diego la tarde del 15 de octubre después de que un agente de seguridad le presionaba el cuello con su rodilla mientras estaba esposado. El caso, que no alcanzó ningún tipo de repercusión por varios motivos, ocurrió meses antes de la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, Minnesota.

Ángel Zapata Hernández, de 24 años, tuvo contra su cuello la rodilla de un trabajador de seguridad del Servicio Metropolitano de Tránsito (MTS, por sus siglas en inglés) durante seis minutos y siete segundos. Como en el caso de Floyd, quedaron imágenes angustiantes sobre el momento que muestran cómo ocurrieron los hechos pero los videos de Zapata Hernández no se hicieron públicos inmediatamente.

Cuando, tras la muerte del estadounidense negro el 25 de mayo de 2020, las protestas empezaron a tomar las calles de ciudades de todo el país (también las de San Diego), los fiscales y la policía estaban investigando la muerte de Zapata Hernández. Sin embargo, lo único que se supo del fallecimiento del hispano fue a través de un breve comunicado de prensa de la Policía de San Diego un día después de los acontecimientos.

El video de 37 minutos que contiene inquietantes detalles de la muerte del joven de 24 años no se hizo público hasta el pasado lunes, cuando el presidente de la junta del Servicio de Tránsito Metropolitano, Nathan Fletcher, y el abogado de la familia Zapata Hernández, Eugene Iredale, anunciaron en una conferencia de prensa que el sistema de tránsito había acordado con miembros de la familia pagarles 5.5 millones de dólares.

Tanto la información detallada como el video de la muerte de Zapata Hernández se conoció justo un día de que se resolviera el juicio contra Dereck Chauvin, el policía de Minneapolis que presionó con la rodilla a George Floyd y que fue considerado culpable de tres delitos por la muerte del hombre negro. El propio Nathan Fletcher celebró en Twitter la noticia y reconoció el problema que supone el racismo sistémico, pero en sus redes sociales no hay información sobre lo que pasó en San Diego hace más de año y medio.

“Hoy se hizo justicia en Minnesota, pero este caso refleja un grave problema de racismo sistémico y violencia perpetua contra las comunidades de color en toda nuestra nación. El trabajo para brindar fundamentalmente justicia y equidad a las comunidades de color debe continuar”, tuiteó el supervisor de MTS.

Una de las razones por las que la muerte de Ángel Zapata Hernández ha pasado desapercibida durante tanto tiempo puede ser el estatus de seguridad que tienen los agentes de MTS, que no son por ley policías ni agentes del orden público. Esto exime a la agencia local de algunas leyes de transparencia policial que les hubiera obligado a publicar antes el video y la información.

El comunicado de prensa que lanzó la policía de San Diego después de lo sucedido omitía detalles cruciales como que los agentes de seguridad mantuvieron sus rodillas y sus manos sobre zapata durante varios minutos.

“La información inicial proporcionada por los testigos y los empleados de MTS indica que el hombre estaba actuando de manera imprevisible y posiblemente estaba bajo la influencia” de alguna sustancia, decía el comunicado del 16 de octubre de 2019. “Los testigos no vieron ningún uso de la fuerza por parte de los empleados de MTS más que tratar de mantener al hombre en el suelo mientras pateaba y gritaba”, continuaba.

Los informes de toxicología mostraron trazas de marihuana pero no sustancias ilegales en el sistema de Zapata. En el video se escucha y se ve al joven diciendo a los trabajadores de seguridad que lleva mariguana pero que había oído que es legal. La familia del fallecido dijo que le habían diagnosticado esquizofrenia y que tomaba medicamentos a diario.

Las agencias involucradas en la muerte han asegurado que llevarán a cabo reformas sobre las medidas que usan sus trabajadores y sobre su entrenamiento. La cuestión que se plantea ahora es si estos cambios son suficientes para acabar con un problema tan arraigado y que afecta con mayor virulencia a las llamadas comunidades de color.

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