Los gringos más fregados de todos

26/04/2014 - 12:00 am

A cien años de la ocupación norteamericana de Veracruz, es evidente que el enemigo no fue vencido sino que sólo hizo una retirada estratégica para adueñarse de México.

Un siglo después, las pruebas hablan:

Si un oficial de las fuerzas del orden de los Estados Unidos agrede a un civil, habrá de enfrentarse a demandas que pueden llevarlo ante los tribunales y ser castigado conforme a la ley. Claro que en esto no se incluye a los migrantes, al revés: eso refuerza mi tesis, nos maltratan para que nos quedemos donde estamos: aparte, pero dominados por los poderes fácticos norteamericanos.

Allá en el norte están prohibidos los monopolios y sus prácticas. En México nuestros legisladores insertaron en la ley de Telecomunicaciones el concepto “preponderancia”, para disimular. Se recurre así a un criterio indefinido que se presta a interpretación… misma que será juzgada por integrantes del mismo grupo dominante. Igual pasa con el manejo aritmético establecido en la reforma electoral, que permite prorratear los gastos de campaña entre varios partidos. –algo que se ajusta al refrán “muerto el niño se tapa el pozo”. Un ejemplo más de cómo se legaliza lo que era delito electoral, en este caso.

En 2013 aparecemos como el sexto productor de petróleo (INEGI, 2013), pero no aparecemos entre los 30 principales exportadores de crudo. Una vez instalada la invasión petrolera volveremos a figurar entre los países con más reservas probadas publicadas, porque las que tenemos son bien conocidas pero es información reservada para quienes podrán extraer todo el que está en tierra y en aguas territoriales, que durante tanto tiempo ha dejado de explorarse.

La construcción de nuevas refinerías se frenó, lo que “obligó” a Pemex a mandar crudo a los EEUU para comprarle luego gasolina. A propósito, los gasolinazos son harto convenientes para las Exxon y Shell, porque cuando tomen posesión del negocio el precio del producto será más alto, todavía más, que el que pagan los estadounidenses. Como se ve, el petróleo y sus derivados son principalmente gringos.

Las minas tampoco son nuestras ya. Más de la cuarta parte del territorio está cedido a empresas de Canadá y de los Estados Unidos. Imagine usted cómo reaccionará el gobierno, vía sus fuerzas del orden, donde a una comunidad se le ocurra el intento de recuperar (le dirían “invadir”) la parcela que ha sido suya durante siglos.

A nivel banqueta vivimos también la invasión fundamentalmente estadounidense con los bancos, que en el mercado mexicano tienen su operación más redituable, y mucho más. Basta entrar a un centro comercial para darse cuenta. Y esta invasión comercial al país llega al absurdo de que incluso a los negocios netamente mexicanos se les bautiza con nombres en inglés, y el extremo: que los lemas publicitarios sean redactados exclusivamente en inglés (“Shift the future” es un ejemplo).

En síntesis, para no seguirle con el narcotráfico, la corrupción, la miseria, la reforma energética, el “fracking” y demás, el hecho es que vivimos en un territorio dominado por los Estados Unidos, con las desventajas y sin los privilegios implícitos. Allá los precios son más baratos y los sueldos más altos; el consumidor paga menos por servicios de telefonía, de televisión restringida, pueden hablar mucho más de 2 minutos sin que falle la conexión y las calles no están invadidas de “topes”.

Nuestros mejores productos agrícolas son exportados y, al amparo del TLC, nosotros compramos desechos de los supermercados del primer mundo.

¡Ah! Y allá un presidente, Nixon, tuvo que renunciar a su cargo por espionaje. Aquí no son pocos los legisladores que se guían por el grito de “¡Tengo fuero, puedo hacer lo que se me dé la gana!”. También es sólo un ejemplo.

La economía, el petróleo, las minas, los alimentos, los bancos, los gobiernos (que son nuestros empleados), nuestros legisladores (que no representantes, la mayoría), el territorio, la educación, todo dejó de ser nuestro. Y sobre nuestro cuello pende la espada de Damocles: “Te tengo hundido y si protestas te castigo por protestar.” Concusión: si todo es de los EEUU, la orden implícita es que nos quedemos acá nosotros y nuestras broncas, incluido el crimen desorganizado, así que seamos realistas: ya somos de plano gringos, pero los más fregados de todos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas