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Debilidades ante Ómicron

Europa vacunó en forma muy desigual: países del sur avanzan, los del este se rezagan

25/12/2021 - 11:35 am

Los contagios en Europa van en aumento aún con las medidas impuestas por la llegada de la variante Ómicron. La vacunación en el continente avanza a un ritmo desigual a un año de iniciar las primeras inmunizaciones contra la COVID.

Europa, 25 de diciembre (EFE).- Un año después de los primeros pinchazos de vacunas contra la COVID-19 Europa avanza a un ritmo desigual, con amplios porcentajes de población vacunada en países del sur y reducidos en los estados del este del continente, en los que se parece evidente la desconfianza sobre esos preparados.

Rusia abrió la puerta a la vacunación el 5 de diciembre, mientras que los países de la Unión Europea lo hicieron mayoritariamente el día 27 y en este año la aplicación de los sueros – considerada la mejor opción contra el virus – ha ido acompañada de medidas variadas, como la distancia social, las mascarillas y, en casos más extremos, restricciones de movilidad y de actividades económicas.

LOS MÁS APLICADOS

Portugal, con 10.3 millones de habitantes, ha vacunado al 87.5 por ciento de la población. Si se contabilizan las personas vacunadas con más de doce años, el total de inmunizados es del 98.1 por ciento. Como en otros países, ya avanzan en la dosis de refuerzo, la tercera, así como en la población infantil de cinco a 11 años.

Manifestantes se congregan en el centro de Hamburgo, Alemania, durante una protesta contra las medidas por el rebrote del coronavirus, el sábado 18 de diciembre de 2021. Foto: Markus Scholz, dpa vía AP.

España, por su parte, tiene a casi el noventa por ciento de la población, de algo más de 47 millones de habitantes, con la pauta completa de la vacuna y se administra la tercera dosis a mayores de 50 años, con la perspectiva de ampliarla en breve a los de 40 y mientras, al mismo tiempo, se aplican ya las primeras dosis a niños de entre cinco a 11 años.

En la República de Irlanda se han administrado 7.4 millones de vacunas a los mayores de 12 años, un grupo poblacional de 4.8 millones de personas. Así, el 90.45 por ciento ha recibido la pauta completa hasta este lunes, mientras que el 32.7 por ciento está ya vacunado con la dosis de refuerzo.

En el Reino Unido el 81.8 por ciento ha recibido la pauta completa de vacunación -un total de 47 millones 051 mil 876 dosis-, según el Gobierno de Boris Johnson, mientras el 50.4 por ciento de los adultos han recibido ya la dosis de refuerzo, aunque la variante Ómicron hace estragos en el país, donde se registran estos días tasas niveles de contagios superiores a los 90 mil diarios.

Países Bajos fue quien más tarde empezó a inocular a sus ciudadanos en la UE, poniendo la primera inyección el 6 de enero, pero ya ha vacunado ahora con la pauta completa al 84.3 por ciento de la población mayor de 12 años. Asimismo, el 20 de diciembre empezó a aplicarse a miles de niños de entre cinco y 11 años con un riesgo médico subyacente. El resto de niños sin enfermedades previas tendrán la opción de recibir la vacuna en la segunda quincena de enero.

Europa avanza a un ritmo desigual, con amplios porcentajes de población vacunada en países del sur y reducidos en estados del este. Foto: EFE.

En Italia ha recibido dos dosis el 85.49 por ciento de la población mayor de 12 años y se ha empezado con la dosis de refuerzo para todas las edades a partir de los seis meses de la primera inoculación.

EL ESCEPTICISMO DEL ESTE

Escépticos o desconfiados, los países del este son los menos avanzados en la vacunación. Pese a ser el primero, el 5 de diciembre de 2020 con una vacuna de producción propia – Sputnik V – Rusia ha vacunado a poco más de 70.8 millones de personas con la pauta completa, lo que representa el 58.2 por ciento la población.

Las autoridades rusas admiten que la campaña de vacunación avanza con lentitud principalmente debido a las reticencias de la población, por lo que ofrecen diversos incentivos, incluidos regalos y pagos en metálico, para que los ciudadanos acudan a los centros de inoculación.

Europa avanza en vacunación con ritmo desigual a un año de las primeras dosis contra la COVID-19. Foto: EFE.

En Polonia se han administrado hasta la fecha 45.9 millones de dosis de vacunas contra la COVID, lo que ha permitido inmunizar completamente a 20.9 millones de personas, el 55 por ciento de la población.

Según datos del pasado día 16 del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), la Unión Europea tiene actualmente una tasa de vacunación media del 67.2 por ciento sobre el total de la población, pero algunos países están muy retrasados, caso sobre todo de Eslovaquia (46.8 por ciento), Bulgaria (26.6 por ciento) o Rumanía (39.6 por ciento).

En Macedonia del Norte y Albania, el ritmo de la vacunación es peor y tan sólo el 39 por ciento de los macedonios y el 35.5 por ciento de los albaneses han recibido la pauta completa. Las dosis de refuerzo renquean igualmente, y ambos países han administrado a alrededor del cuatro por ciento de su población la inyección de apoyo.

A BUEN RITMO

Un año después de los primeros pinchazos de vacunas contra la COVID-19 Europa avanza a un ritmo desigual. Imagen: EFE.

En Alemania un 70.7 por ciento de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna contra el coronavirus y un 35 por ciento incluso la dosis de refuerzo. No obstante, el Gobierno se ha propuesto acelerar la campaña durante el final de año y se ha fijado como meta que para el 7 de enero el 80 por ciento de la población haya recibido al menos la primera dosis de la vacuna.

La campaña, después de un comienzo dinámico, se estancó debido a la resistencia de parte de la población ante la vacuna lo que ha desatado en Alemania un debate sobre la posibilidad de establecer la vacunación obligatoria.

En Dinamarca se han administrado un total de 11.5 millones de dosis y la población vacunada asciende a 4.53 millones de personas. La población a la que se ha administrado la pauta completa de alcanza el 77.7 por ciento.

Suecia ha vacunado con la pauta completa a un total de 7.36 millones de personas y se han administrado 17.3 millones de dosis, lo que hace que se haya vacunado con todas las dosis al 71 por ciento de la población residente en el país.

En Francia, hasta este miércoles había 51.55 millones de personas que habían recibido la pauta completa, lo que supone el 76.8 por ciento del conjunto de la población del país, un 89.3 por ciento de los que eran susceptibles de haberse inmunizado, por ser mayores de 12 años. Porque en el caso de los niños de cinco a 11 años, las inyecciones -siempre con carácter voluntario- empezaron precisamente este miércoles pasado.

Y en Bélgica el 76 por ciento de la población, ha recibido la pauta completa de la vacunación contra la COVID, con un 29 por ciento entre ellos que ya cuentan con la dosis de refuerzo.

En Suiza un 66 por ciento de la población tiene la pauta completa de vacunación contra la COVID-19 y un 18 por ciento de los suizos tiene ya la dosis de refuerzo, disponible para todos los adultos. En algunos cantones tradicionalmente conservadores el porcentaje está por debajo del 60 por ciento, e incluso se han publicado en la prensa noticias de pequeños pueblos cuya población al completo ha rechazado vacunarse, aunque la opinión mayoritaria en el país es favorable a las vacunas.

¿VACUNACIÓN OBLIGATORIA?

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades dijo el martes que espera que Ómicron domine las infecciones en la UE en los próximos meses. Foto: Panagiotis Balaskas, AP.

En Grecia se han administrado 16.5 millones de dosis de las vacunas autorizadas en la Unión Europea, y si bien la campaña arrancó con fuerza en 2020, a día de hoy tan solo el 64.2 por ciento ha recibido la pauta completa, y el 68.8 por ciento una dosis.

El Gobierno del conservador Kyriakos Mitstotakis ha impuesto la vacuna obligatoria para los mayores de 60 años a partir de mediados de enero, como ya lo hizo con el sector sanitario.

En otros países las vacunas son obligatorias para los trabajadores sanitarios, con el riesgo de perder su empleo y se ha generalizado el uso del llamado pasaporte COVID para impedir, caso de no tenerlo, el acceso a actividades sociales, como ir a bares, restaurantes o actos culturales, un modo de incentivar a recibir el pinchazo.

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