“Los Salinas cruzaron el umbral que hacía impenetrables a las familias de rancio abolengo mientras no se tuvieran los dos ingredientes necesarios para pertenecer, a falta de apellidos compuestos: dinero y poder” es uno de las tantas reflexiones lapidarias en torno a una de los clanes más poderosos de México.
En Los Salinas. Retratos de los Cachorros del Poder, el periodista Alberto Tavira traza la línea de descendencia de los herederos, guiado tal vez por esa percepción que no esconde: “nadie sabe cuánto tiempo transcurrirá hasta que algunos de estos descendientes llegue de nuevo a los Pinos”.
Hace unos días nos enterábamos de los pareceres de una finísima persona oriunda de Querétaro, dizque exdiputada del PRI, que abogaba porque “los maten, antes de que se reproduzcan”. Lo decía en relación a la tragedia de Ayotzinapa.
En el caso de los Salinas se han reproducido lo suficiente como para sospechar junto con Tavira que la ambición de poder “está impresa en el ADN” de cada uno de los miembros de las nuevas generaciones.
Un libro necesario para encontrar en el pasado reciente algunas claves que nos iluminen en nuestros atribulados días presentes.
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Alberto Tavira
Es especialista en periodismo político. A su llegada a la revista Quién fusionó el periodismo del corazón con la fuente de política e inventó un estilo muy particular del que ahora es referencia indiscutible. Su reportaje “Los Fox, su vida después de Los Pinos” mereció una mención especial en la categoría Noticia del Premio Nacional de Periodismo en 2007.
Conduce el programa de televisión Los despachos del poder y dirige el sitio Cunadegrillos.com, para mostrar “el lado desconocido de los políticos desconocidos”.
