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Fabrizio Mejía Madrid

25/10/2023 - 12:05 am

Lodo contra la 4T

El episodio revela lo que la oposición intenta hacer de cara al 2024: ellos quisieran que el Presidente fuera misógino, pero no lo es y tiene un Gabinete paritario. Entonces, hay que fingir que es misógino, simularlo hasta que nos descubran en la mentira. 

Manuel Alberto Cruz Martínez fue Subprocurador de Asuntos Electorales durante el Gobierno de Miguel Ángel Osorio Chong en Hidalgo, entre 2005 y 2011. En el siguiente Gobierno de Hidalgo, el de José Francisco Olvera, saltó ágil a ser Subprocurador Fiscal. O sea que Manuel Alberto le sabe a las elecciones y también a los impuestos. Muy versátil. Luego, fue Magistrado del Tribunal Electoral de su estado y llegó hasta a presidirlo. El miércoles 21 de junio pasado, el pleno del Instituto Nacional Electoral lo votó por unanimidad para ocupar el cargo de la Unidad Técnica Electoral de lo Contencioso. Tres meses después, Manuel Alberto fue suspendido por el órgano Interno de Control del INE. ¿Qué había hecho? Le inventó frases a Andrés Manuel López Obrador para que sonara misógino contra Xóchitl Gálvez y así sustentar la demanda de ésta de violencia política de género contra el Presidente de la República. 

Según la Comisión de Quejas del INE, que preside una Consejera propuesta por el PRD, Claudia Zavala Pérez, el Presidente se refirió al carácter de mujer de Xóchitl y no a su lugar dentro del poder político. Sólo así podían alegar “violencia política de género”, que se presenta cuando alguien critica a una mujer, no por política, sino por mujer. Pero, como el Presidente no se había referido a su género, sino a la fuerza política a la que pertenece, pues la Comisión de Quejas del INE simplemente alteró las frases del Presidente. En la “mañanera” del 10 de junio López Obrador dijo: “y los medios ya eligieron a la señora Xóchitl, eso ya está resuelto, esa fue una consulta que hicieron en lo oscurito a los de arriba, el gerente del bloque conservador, Claudio X. González, y ya impusieron a la señora Xóchitl”. Pero Manuel Alberto trabajando para la Comisión de Quejas de Claudia Zavala, alteró la frase para que dijera: “Fue elegida por un grupo hombres que la han impuesto”. Luego, ya encarrerado el ratón, Manuel Alberto escuchó en la conferencia del Presidente del 11 de junio que el Presidente López Obrador había dicho de la misma Senadora Gálvez: “Es un pelele, un títere, uno empleada de la oligarquía a la que únicamente van a utilizar para seguir saqueando y robando”. Pero el Presidente, en realidad, dijo: “la señora Xóchitl Gálvez pues es Fox, es Salinas, es Claudio X. González, es Roberto Hernández. Entonces entran así, los imponen y entran atados de pies y manos. Son peleles, son títeres, empleados de la oligarquía”. La diferencia entre lo que el Presidente dijo y lo que la Comisión de Quejas reportó para favorecer a Xóchitl Gálvez es justo entre una valoración política del bloque opositor y la misoginia contra su candidata. Pero les valió, presentaron así el dictamen “técnico”, y acusaron al Presidente de la República. 

Pero, en días pasados, el pobre de Manuel Alberto Cruz Martínez fue suspendido de su cargo por el órgano de Control del INE por haber falsificado los dichos del Presidente. Nadie me lo defendió. Su jefa, Claudia Zavala, se deslindó sin ninguna sutileza: “Hay una Unidad Técnica que es la que hace todo el procedimiento. Miren: cae la queja y el sistema asigna a una persona de esa unidad técnica que son jefes o subdirectores de esa unidad técnica. Ellos se encargan de dar todas la secuela procesal —así dice Claudia Zavala—, admiten, requieren, hacen todo el procedimiento, y cuando hay medidas cautelares, elaboran ellos un proyecto de resolución que ponen a consideración de la Comisión. Las y los consejeros no intervenimos en nada de esa formulación porque es un área, pues, eh, autonomía técnica y de gestión. Esto quiere decir que, como son los técnicos los que preparan, eh, las cosas para que la comisión resuelva. Las y los consejeros nunca presentamos un proyecto de resolución y me parece que es en esos términos como hay que revisar. Cuando nosotros tomamos en cuenta el proyecto que nos presentan y formulamos nuestro voto razonado, damos las razones de si acompañamos o no la propuesta, que es generada por la Unidad Técnica de los Contencioso Electoral”. Zavala aventaba a las ruedas del tren del mame a su subalterno, Manuel Alberto. Nadie lo defendió. 

El 4 de agosto de este año, Zavala y la Comisión decidieron con base en esas “mañaneras” que hoy sabemos que fueron falsificadas, que el Presidente había cometido “violencia política de género” y que, por lo tanto, debía abstenerse de pronunciar el nombre de Xóchitl Gálvez. El Tribunal Electoral así se los había ordenado, vía el Magistrado José Luis Vargas Valdez, al que llamaremos “Varguitas”. Y a partir de ese momento, se censuró al Presidente López Obrador y no se volvió a pronunciar el nombre de la abanderada del Frente de Claudio X. González. En esa sesión donde nadie, ninguna Consejera, oyó las “mañaneras” del 10 y 11 de junio o, de perdida, le echó un ojo a la estenográfica o, incluso, a los subtítulos en su televisión, en esa sesión unánime del INE, en que avalaron una mentira que terminó con la censura al Presidente, la misma Claudia Zavala, que ahora dice que a ellas ya les pasaron la resolución y nomás votaron a favor, dijo, tronando el techo de cristal con una uña: “La idea de que la recurrente — o sea su candidata, la Xóchitl—  participa en un proceso, el FAM, como parte de una decisión de un grupo de hombres cuya trayectoria responde a una estrategia de subordinación de dicho grupo y no como resultado de su trayectoria profesional y política. Todo ese contexto está con los elementos de género y estereotipos a los que se refiere la Sala Superior, en la que se reúnen los hombres y se decide que una mujer pueda llegar (a ocupar un cargo de elección popular. Es un tiempo de cero tolerancias y que el derecho político de las mujeres no puede quedar supeditado al patriarcado. Creo que en política no podemos aguantar nada. Nada”. Pues, era mentira y ahora Manuel Alberto está suspendido por falsificar los dichos del Presidente. Pero el episodio revela lo que la oposición intenta hacer de cara al 2024: ellos quisieran que el Presidente fuera misógino, pero no lo es y tiene un Gabinete paritario. Entonces, hay que fingir que es misógino, simularlo hasta que nos descubran en la mentira. 

Pero, si la Consejera Claudia Zavala acepta que su Comisión no revisa nada y sólo vota sin saber a ciencia cierta si sus técnicos mienten, alteran o falsifican, entonces habría que revisar todas, todas, las resoluciones que redactó el maestro Manuel Alberto en los tres meses en los que le tuvieron tanta confianza que nunca le revisaron las tareas. ¿Cuáles son esas resoluciones? 

Por ejemplo, la del 16 de octubre que le ordena a Claudia Sheinbaum censurar 33 publicaciones de sus redes sociales que supuestamente “aluden” al proceso electoral del año entrante y, peor aún, que se abstenga de realizar actos masivos. Lo primero es ridículo. ¿De qué quiere el INE que hable Claudia Sheinbaum si no del 2024? ¿De las elecciones de 1910? A lo mejor la censuraría Claudia Zavala por apoyar a Madero y ejercer “violencia política de género” contra Carmelita Romero Rubio de Díaz. Lo de los actos masivos es, incluso, violatorio del derecho a manifestarse y reunirse de los artículos sexto y noveno de la Constitución. El INE ordena que los actos sean en lugares cerrados y sólo con militantes de Morena. Esta medida es porque Xóchitl no puede ni siquiera llenar un cuarto del WTC, toda vez que, en el “relanzamiento” de su campaña, el domingo 8 de octubre, había varias filas de sillas vacías y, bueno, ni siquiera asistió el líder campechano del PRI. Fue cuando la senadora tomó su derrota como victoria —una manía del Frente de Claudio X. González: “No se preocupen si vamos 30 puntos abajo. El 50 por ciento del país no me conoce y me van a conocer bien. Esa es la clave”. Esa fue la que llamó su “estrategia ganadora”. Que la mitad del electorado no sepa quién es no es una ventaja salvo para los que votan a ciegas, jugando al tín marín. Luego, el INE restringe las reuniones de Claudia Sheinbaum a que sean sólo de “militantes”, cuando Morena tiene reportados dos millones 400 mil afiliados. Pero, además, se trata de un movimiento, es decir, que ocho de cada 10 ciudadanos son obradoristas. ¿Cómo pensar en un militómetro para poder pasar la puerta del recinto cerrado que exige el INE? 

Hace ya unas cuantas semanas, a finales de septiembre, Loret de Mola hizo algo parecido a la Comisión de Quejas del INE: inventó que la tesis de Claudia Sheinbaum contenía plagios. La idea era, por supuesto, echar lodo al ventilador y decir que, tanto Xóchitl, como la Doctora Sheinbaum tenían títulos cuestionables. Loret procedió de mala fe: la tesis de Claudia Sheimbaum cita al autor que se supone que plagiaba. Eso lo dice Loret hasta el final de su “reportaje”, después de dedicarle media hora a las suposiciones, sospechas, inferencias: No se puede plagiar a quien se cita, tiene que existir la demostración de que hubo intención de ocultar al autor. Pero si se lo cita, ¿cómo es posible que se sostenga semejante argumento? Pues Loret lo hizo y quedó en total ridículo cuando, incluso, presentó una fórmula matemática de calor y combustión como parte de esa intención. No obstante el ridículo al que Loret y sus colaboradores se han hecho inmunes, quedó ahí ese mismo método de la oposición y que reproduce al intento del INE: si no lo dijo o lo hizo, altéralo para que parezca que sí. El problema con Xóchitl fue que ella misma aceptó la trampa y hasta ofreció enmendarla en alguna otra vida académica. Quisieran que la candidata de Morena a la Presidencia fuera una menesterosa intelectual, pero no lo es, de hecho es una universitaria brillante. Entonces, hay que inventarle que está al mismo nivel que nuestra candidata a la que designamos porque era muy simpática. 

El más reciente caso es el infundio, comenzado por la propia Xóchitl de que el recorte a los fideicomisos del Poder Judicial es para financiar el triunfo electoral de Morena en 2024. Por alguna razón, Morena, que tiene el 60 por ciento de las intenciones de voto para Claudia y la aprobación de su primer Gobierno nacional en 80 por ciento y subiendo, necesitaría gastar mucho en su campaña, hacer un fraude con la ayuda del Ejército y los narcos y, por si nada le sale bien, montar una “elección de Estado”. La oposición ha repetido estas infamias porque quisieran que fueran ciertas. Les sería más fácil envolver a su candidata en la lucha contra una dictadura castro-chavista-norcoreana-trumpista, pero lo cierto es que no tienen candidatos, ni partidos, ni proyectos para ganar la elección del próximo año. Entonces, simulan que perderán porque López Obrador usó artimañas para ganar una elección que, si fuera hoy, no sólo ganaría, sino arrasaría. Pero lo de los fideicomisos del Poder Judicial y la campaña tiene casi igual grado de mentira que la misoginia del Presidente o la trampa académica de Claudia Sheimbaum. En días pasados, la lingüista Violeta Vázquez Rojas se preguntaba cómo pensaría la oposición que el dinero de unos fideicomisos podría ingresar a una campaña, sin pasar por el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados y repartido por el INE. Porque eso es justo lo que están implicando los seguidores de Xóchitl: que habría una complicidad entre la Tesorería de la Federación y el INE para dotar de unos recursos a la campaña de Morena de un presupuesto que ya fue aprobado. Ellos que usaron al sindicato de Pemex, a los Amigos de Fox, las tarjetas Monex, no pueden inventar una mejor falsedad. No cabe duda que están en decadencia. Han de estar evocando los buenos tiempos del “pase de charola” de Salinas de Gortari, y los desvíos de recursos públicos de Romero Deschamps, privados de Lino Korrodi, y de Odebrecht de Emilio Lozoya.

Lo de fondo es que la estrategia ganadora del bloque de Claudio X. González será aventar lodo y a ver si caen votos de quien se lo crea. La oposición ha aprendido muy poco en estos cinco años de Gobierno. El primer error fue creer que atacando personalmente a López Obrador, a su familia, a su esposa, la 4T se vendría abajo. El segundo, ya deglutida la amarga derrota, pensar que López Obrador se irá y, con él, el apoyo a la 4T. Que, como dijo ese sabio, Enrique Krauze, el carisma estaba del lado de Xóchitl y no de Sheinbaum. Eso es pensar que son las personas las que hacen la historia y no los pueblos, una perspectiva de la que el mismo Krauze ha vivido muy bien haciendo la biografía de estampita por televisión. Pero esos dos errores se acumulan ahora a un tercero: que el lodo va a funcionar. No han tomado en cuenta que cada vez que sus medios lo arrojan, son ellos mismos los que pierden credibilidad y no al revés. Quedarán como el pobre Manuel Alberto, al que ya usadas sus mentiras, nadie lo defendió. 

Fabrizio Mejía Madrid
Es escritor y periodista. Colabora en La Jornada y Aristégui Noticias. Ha publicado más de 20 libros entre los que se encuentran las novelas Disparos en la oscuridad, El rencor, Tequila DF, Un hombre de confianza, Esa luz que nos deslumbra, Vida digital, y Hombre al agua que recibió en 2004 el Premio Antonin Artaud.

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