El trabajo de la ilustradora Cornelia Hesse-Honegger es la conjunción perfecta de ciencia y arte. Sus bellos y detallados trabajos de insectos son, además un documento preciso, testigos de un curioso fenómeno que lleva 26 años gestándose.
Luego del desastre de la planta nuclear de Chernobyl, Hesse-Honegger se dedicó a recolectar, estudiar y realizar pinturas de insectos morfológicamente perturbados. Los animales fueron encontrados en las áreas afectadas por el accidente, así como en las zonas aledañas a la planta nuclear.
Claramente, Cornelia pudo encontró que la radioactividad afectó el desarrollo y la salud de muchos insectos. Lo anterior destaca luego de que muchos científicos y gobiernos han ignorado su investigación de manera tajante, negando que el nivel de radioactividad de la zona investigada pueda afectar cualquier tipo de vida
La cantidad de especímenes afectados es de alrededor del 30%. Las principales características de los afectados incluyen deformidades o ausencia de sus extremidades, así como protuberancias que en condiciones normales no deberían presentarse.
A pesar de la gravedad de los resultados arrojados por el estudio. Las ilustraciones de Hesse-Honegger, además de ser una bitácora sobre los peligros de la radiación en la naturaleza, son piezas que destacan (ironicamente) por lo atractivo que resultan desde un punto de vista artístico.