Hiram de la Peña

Hay elementos de ciencia ficción en el día a día pero los ignoramos: Hiram de la Peña

Hiram de la Peña

Hay elementos de ciencia ficción en el día a día pero los ignoramos: Hiram de la Peña

Hiram de la Peña

Hay elementos de ciencia ficción en el día a día pero los ignoramos: Hiram de la Peña

25/03/2023 - 12:00 am

El escritor Hiram de la Peña habló con SinEmbargo sobre El árbol de la sombra fría, un libro con cinco cuentos que exploran diferentes tipos de hacer ciencia ficción.

Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).– “¿Cómo no iba a escribir Ciencia Ficción si el lugar de las vacaciones de mi infancia fue declarado capital del fenómeno OVNI y tiene una calle llamada Jaime Maussan? ¿Qué esperaban si la colonia donde vivían mis abuelos se declaró Punto de Contacto alienígena? De verdad”, escribió en noviembre pasado el escritor mexicano Hiram de la Peña, autor del libro de cuentos El árbol de la sombra fría, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en su colección Tierra Adentro.

Dos de los cuentos que acompañan esta obra —uno de los cuales le da nombre— se construyen a partir de la oralidad que se construye en las comunidades del norte del país como lo es Mexicali, en donde nació el autor. “Siempre, desde que tengo memoria, por las carreteras que hay en el Norte, por los grandes espacios que hay abiertos, siempre la gente está viendo al cielo, está observando pájaros, lo que sea que pase por ahí y entre esas cosas también siempre mencionan avistamientos de ovnis, entonces en algunas vacaciones que pasaba, yendo sobre todo a La Rumorosa, siempre había historias de que alguien había visto algo. Entonces eso va conformando todo un imaginario”, compartió.

De esta forma El árbol de la sombra fría habla sobre la llegada de un ser de otro mundo del cual cuenta a todos Doña Eva. Un relato que nadie sabe si lo ha escuchado en su totalidad y sobre el cual, de hecho hay distintas versiones, y pese al escepticismo de lo que pueda o no significar ha sido apropiado por las personas.

“Mi papá y un amigo suyo contaban una historia de un árbol que, en efecto, estaba en un canal y te decían ‘míralo bien, si haces un esfuerzo verás que tiene forma de un robot’. Y ya lo mirabas y el árbol tenía una forma humanoide, entonces se inventaban una historia para hacer más interesante el viaje, la salida, era una cosa muy de imaginación, así, improvisada que me pareció muy interesante”, apuntó.

En ese sentido, Hiram de la Peña mencionó que si prestamos mucha atención a nuestro alrededor y a lo que dicen las personas, vamos a encontrar ese tipo de historias en todas partes, “entonces lo que me propuse aquí fue hacer desde la frontera, desde este lugar y en una clave de ciencia ficción que me parecía interesante darle ese giro y que fuera interesante que los personajes de los cuentos pusieran en duda algunos sucesos u otros, pero que haya otros que con una fe ciega o con una disposición completamente guiada por el hecho de querer ser entretenido aceptan hechos que completamente son inverosímiles, eso también me parece fundamental par sobrevivir como ser humano en este mundo”.

Hiram coincidió que la misma oralidad da pauta precisamente a ese tipo de relatos sobre las diferentes versiones que puede haber sobre un mismo hecho, un aspecto que absorbe en su narrativa que rompe en al menos dos de sus cuentos con la ciencia ficción dura que conocemos.

El escritor mexicano Hiram de la Peña. Foto: Especial

“Creo que sucede más seguido de lo que pensamos con elementos de ciencia ficción en el día a día, nada más como que no lo captamos o lo desechamos, o sea, se incluye así como tecnología o cosas como de otro mundo, a lo mejor sí nos causa curiosidad pero siento que se desecha muy fácilmente a diferencia del chisme muy propiamente entre personas que ahí sí te lo preguntas porque son personas que miras todos los días, etc, pero sí lo primordial ahí es el trabajo que hace todo está al aportar a la historia”, expresó.

Eso no implica que de su obra escape la ciencia ficción dura. Un ejemplo de ello es el cuento La ciencia dura que habla sobre la exploración de la raza humana en otros planetas con ciencias como la antropología como medios de conquista.

“Ahí es como el sci fi completamente duro. En el futuro, en dadas condiciones, pues esa ciencia es fundamental así como es fundamental la ciencia que inventó estas naves, por alguna tecnología pueden viajar a otras constelaciones y pues también es igual de fundamental el trabajo de un lingüista, que está interpretando los textos sagrados de una sociedad para ver cómo entran ahí, entonces eso también creo que es parte del juego”.

Hiram no elude en este texto la esencia conquistadora del humano ni romantiza la exploración espacial, por el contrario explora el concepto antropológico de la entrada a una comunidad. “Esas condiciones de entrar al campo pueden determinar tu relación en todo tu trabajo etnográfico, entonces ahí lo que me estaba proponiendo es también cómo se generaría una entrada triunfal a ese campo y pienso en el ejemplo histórico de cuando llegan los españoles y resulta que los aztecas tienen como toda esta mitología alrededor de Quetzalcoatl y su regreso. Entonces aquí se dice ‘bueno, cómo se podría recrear eso artificialmente’ o ‘¿los humanos podríamos tener los medios para hacerlo artificialmente?’ Y creo que la respuesta es sí, entonces de ahí comienzo a especular con esta idea y surge toda esta cosa de la observación”.

El archivo global es otro cuento con otro tipo de género de ciencia ficción que lejos de ir hacia el espacio exterior, emprende un viaje hacia adentro de la mente y los recursos que pueden usarse para explorarla. “Justo pensando en el mundo de hoy, yo decía que hay personas que no están en ninguna posibilidad de estar en un proceso terapéutico, estar pagando y aventarse, dos, tres, cinco años explorando su ser interior, entonces cómo la misma técnica, de capital, producción, eficiencia que nos empuja a estar en esa situación, cómo podría de cierta manera de ponernos a funcionar de nuevo”.

Y por último explora una distopía en La tormenta del desierto, un México en 2032 en donde a raíz de los altos niveles de contaminación se regulan los asados. “Unos años atrás sí hubo como prohibiciones de asados, o sea como que no han llegado al punto en que tu casa lleguen y te clausuren, pero sí lugares que no tienen campana o un filtro de aire sí llegan y los clausuran, eso paso, desde hace unos años y luego en pandemia empezó a suceder eso y en Mexicali sucedía precisamente porque en los inviernos la contaminación incrementa mucho y estaban buscando cómo reducirla y esa fue como la respuesta gubernamental”.

Portada de El árbol de la sombra fría. Foto: Especial

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.