A través de gritos, susurros y cantos, el grupo N’IX trasciende de los escenarios a las plataformas para mostrar una propuesta musical inspirada en la música tradicional en su primer disco llamado “Ostara”, que representa el inicio de una nueva etapa para el ensamble.
Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).– Nueve voces femeninas y poderosas se unen en N’IX, un proyecto inspirado en la música tradicional de distintas regiones del mundo, pero con una nueva propuesta que busca mostrar la exploración vocal a través del “teatro para los oídos” y con el estreno de su primer disco.
“Todo va enfocado a la voz y a partir de ahí se genera todo un discurso artístico. Nosotras siempre al estar juntas y cantar generamos una obra muy poderosa que empieza tocar muchas fibras del público por la misma energía que tiene la voz humana. El deseo siempre fue explorar la voz femenina, y ahora con este proyecto al unirnos creo que se potencializa”, explica Silvia Lizbeth Dávalos, quien pertenece a esta propuesta, en entrevista con SinEmbargo.
Con base en música de Bulgaria, Polonia y de otras regiones de Europa oriente, N’IX convierte a la voz en el elemento principal de su acto:
“Yo digo siempre que es la voz humana, es justo lo que transmite este proyecto, este poder vocal femenino, que va de la voz contada hasta todas sus connotaciones”, detalla.
A través de gritos, susurros, cantos y el mismo cuerpo, este ensamble se sube al escenario, y baja también de éste, para apropiarse de todo el espacio y hacer al público parte de su atmósfera que transporta a una experiencia diferente que se vuelve en el centro de unión entre la voz y la escena.
Para la cantante y compositora Jocelyn Muñoz Díaz se trata de una integración entre la escena y los cantos, pues se convierte en un espacio en el que además tiene la oportunidad de acercarse al público y deshacer esa línea del escenario para entones “trastocar al público, llevarlo a otros mundos o que el imaginario empiece a trabajar”.
“Es una experiencia más sensorial, más emotiva y todo a través de nuestras voces porque solemos cantar a capela y con un tambor. Es algo muy humano. Mujeres en escena, eso ya de por sí es un gran impacto porque la gente siente ese poder de la mujer”, apunta.
“Siempre hay este trabajo de ir envolviéndonos, puede que nos entreguen una rosa, puede que nos entreguen una fruta. Siempre hay esta parte de que el público forme parte. No se quedan en las tablas, bajan de ahí, y empiezan a cantar envolviendo al público. Si uno cierra los ojos y se deja envolver de esa sonoridad, uno se va envolviendo, une esa energía”, añade Luis Enrique Rodríguez, quien es parte del equipo de marketing del grupo.
N’IX nació dos años atrás con la pandemia como marco, sin embargo, Silvia Dávalos señala que se trata de un proyecto que lleva consolidándose mucho tiempo atrás desde el salón de clases en el Conservatorio y con experiencias que le han permitido explorar nuevos sonidos, y por supuesto con el trabajo en conjunto de cada una de las mujeres que forma parte.
Apuntan que el trabajo en equipo, la sonoridad y la sororidad que comparten se ven reflejados en cada una de sus presentaciones y se convierte en una característica que enriquece el acto.
“Algo muy importante que siento de este ensamble es que la relación entre nosotras va mucho más allá, desde esa energía que se da naturalmente, o sea no la forzamos, siento una conexión con cada una de ellas durante el concierto, durante el canto, que potencia todo ese poder, esa fuerza, toda esa magia”, señala “Jos” Muñoz.
N’IX no quiere encasillarse en la imagen de un círculo de mujeres que cantan y apuntan que la interpretación muchas veces ha sido la de ser señaladas de ser un aquelarre, sin embargo, aseguran que en realidad la conexión que generan con el público las convierte en algo distinto como apunta la cantante María Antonia López Tapia:
“Creo que sí ha costado trabajo esta situación identitaria. Al final creo que se recompensa dando a notar que nuestra fuerza es la voz. Cada una ha tenido un camino y un ciclo a través de estos y concordamos que todas vamos con la voz, con esta magia que se genera en el escenario. Ha sido muy catártico descubrir todo esto a partir de los más sencillo”.
“Hemos tenido una reacción importante con la gente que va. Una de las cosas que nos mueven mucho es que la gente sale conmovida, incluso nos ha pasado mucho que la masculinidad se ve quebrantada, muchos hombres terminan llorando. Es muy curioso porque es más el poder de la voz que de lo que nosotros interactuamos”, agrega su directora Silvia Dávalos.
Este grupo está integrado además por las voces de Ana Cecilia Andrade Rangel, Laura María César Bazán Linda, Elizabeth Andrade Rangel, Elizabeth Jaqueline Zárate Garduño, Eli Estela González Pérez y Cynthia Velázquez Hernández.
EL ESTRENO DE PRIMER DISCO: “OSTARA”
Esta semana N’IX trascendió también los espacios a los que están acostumbradas a compartir con su público con la salida de “Ostara“, su primer álbum el cual indica el inicio de una nueva etapa para el ensamble.
El disco, que hace referencia a la antigua divinidad germánica de la primavera, es un esfuerzo en conjunto entre N’IX y el estudio KingLab, una producción de Ariel Arroyo que definen como interesante y que las ha llevado a reimaginarse su música de los escenarios a una grabación, y que al mismo tiempo las ha obligado a mantenerse estáticas por un momento para compartir su voz desde un estudio de grabación.
“Ha sido una experimentación muy interesante esta colaboración con KingLab, y en estas ganas de empezar a difundir nuestra música se hizo esta propuesta. […] Éste es un primer bebé que ha sido un experimento y realmente estamos muy emocionadas”, explica “Jos”.
El disco que ya se encuentra disponible en Spotify, YouTube, iMusic e Instagram, es una nueva puerta para este ensamble.
“‘Ostara’ es más un sentido no literal porque no hablamos de la primavera, sino va mas bien sobre este nuevo inicio. Eso es lo que significa ‘Ostara’ en nuestro proyecto, es un nuevo inicio a una nueva exploración, en el proceso de dejar las canciones ya hechas, los cantos muy antiguos, nuestras carreras y baje musical, ir generando nuestras músicas propias” culmina Silvia.