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Tomás Calvillo Unna

25/03/2020 - 12:05 am

Textos cercanos junto al mar

Y te quedas solo en tu agonía cubriendo tus último respiros sin nadie cerca

Del otro lado. Pintura Tomás Calvillo Unna
Del otro lado. Pintura Tomás Calvillo Unna

La ausencia

Me levanté con un fuerte dolor
en el hombro izquierdo
pensé en pedir ayuda a mi madre
olvidé que ya no está

busqué a mi esposa
pero ya se había ido
mi hija no vive aquí

el dolor es más intenso

escuché que me llamaba mi hijo
me dijo que le molesta el hombro izquierdo
que se siente solo
que le gustaría que una mujer lo acompañara

le digo que no está mal
de vez en cuando ser ascetas

responde que le duele mucho
el brazo entero

le doy un medicamento
y pienso para mis adentros
que tiene razón
aunque nos cuidemos bien
estamos solos. 

Realidad

La tristeza arrebata
y recuerda que no somos de palo
que el corazón no es de piedra
que la vida está amarrada también por ternuras

son sus fibras más sentidas

ocultas muchas veces
sostienen la visión

cuando pierdes esa capacidad
ya nada importa
te puedes arrojar al precipicio
como un trámite más

saberse triste es saberse vivo
hay mucho dolor
que se pretende ignorar y reprimir

pero el dolor está aquí
en estos quemantes
segundos de la conciencia
cuando me doy cuenta
del desconcertante pasaje
por donde andamos
reconociendo y nombrándonos

en cualquier momento
inesperado
se apagan las luces
y ya no estás
ya no estamos

es cabrón esto
pero no hay de otra sopa

la tristeza está en la raíz
de la visión nuestra
de cada día

permíteme no aspirar
ni invocar otro reino

es así nada más
por eso no hay remedio

lo veo lo siento y me duele:
el mundo bello se extingue en ti

la saliva se me atraganta
y me arden los ojos.

Fragmento XXVI

Meticuloso observa tras bambalinas
no permite explicación alguna
cancela la libertad de la sangre
su imaginar de rutas
su cartografía de pasiones
las devociones de su inspiración

erigido en su púlpito
dispersa las voluntades
confunde maltrata y desaparece

no cede este juez
de la imaginación
este obsesivo carcelero

este infeliz disertador
escéptico soberbio

tribuno del veneno
lo inyecta sin cansancio
cambiando su nombre rostro y edad

qué busca

vivir vive de ello
impide el gozo posible
lo salta y convierte
en desafiante amargura

es el quiste de los celos y su infarto fatal

con burla e ironía
se plagia a sí mismo

sin piedad alguna
priva de la creación

se atrapa
en el discurso
de su trampa

y como remolino de agua
se atraganta.

Ser

Y te quedas solo
en tu agonía cubriendo
tus último respiros
sin nadie cerca

el muro sin grafiti
blanco casi inmaculado
es la luz que te acompaña

mueres en desdicha dirán
bueno para nada te decían
callaste de más tal vez
qué importa ahora y antes

ya te vas y quién se da cuenta
ni un adiós menos una oración
tu muerte es sólo tuya
en ese rincón de la calle
acurrucado acomodas tu cuerpo
como un feto de lado
volviéndote más pequeño
para que no te vean

guardaste el dulce de hierbabuena
sonríes al saber que el último aliento
tendrá ese sabor de hierba fresca

no cediste a la ficción
de querer ser alguien

ni a la ilusión de dejar alguna herencia
aunque fuera sólo imagen en la memoria

preferiste confundirte
incluso borrarte y desvanecerte
sin huella ni propiedad alguna

único soplo en la noche madre
de la historia anónima
la verdadera historia.

Reconocimiento II

Hay momentos en que el mundo se desvanece
el mundo de uno
comienzan a desconfigurarse los recuerdos
y aquello que te sostenía deja de importar

te sientes distante

y no requieres de una explicación psiquiátrica
para entender que la humanidad
significa desgarramiento

la ilusión y la realidad
se vuelven lo mismo

se ven las palmas de las manos
y no dejan de ser extrañas y propias
las líneas de la fortuna la vida
los amores y accidentes

repasas esos capítulos
y te atemorizas por reconocer
¿quién eres?

este espacio donde se golpean
las puertas que nadie cerró
donde la escalera rota
es otro diseño inútil
y las ventanas sin vidrios
son desalojo

este espacio que se vacía
y el tiempo ya no atrapa
no interesa no está más
no se percibe
es un último aliento
perdido en los ruidos
del mundo

ese mundo propio
ahora ajeno
y disolviéndose

los archivos de la memoria revueltos
en un edificio desahuciado
en espera de su derrumbe completo

lo miro tras la ventana
del otro lado de la calle
donde estoy.

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