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Gustavo De la Rosa

24/12/2019 - 12:05 am

Preparando la lucha contra las adicciones

El trabajo descoordinado que se ha desarrollado hasta la fecha en Ciudad Juárez hizo que se dejaran de lado los mínimos de atención real y eficaz.

La prevención debe ser especializada para cada uno de los distintos grupos de la comunidad en riesgo. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro

Finalmente, el Municipio, el Estado y la Federación han escuchado a Ciudad Juárez y en sus presupuestos de Egresos incluyeron recursos para trabajar contra las adicciones; el Congreso del Estado destinó 30 millones de pesos para atender el problema localmente, lo que obligó a la Federación a una aportación similar, y el Municipio también está destinando recursos y se dispone a participar en este proyecto, con un amplio equipo de expertos en trabajo comunitario y en atención de primer contacto a adictos. Ahora los tres niveles deberán coordinarse para dirigir los esfuerzos que se deriven de sus recursos ofrecidos.

De la misma manera, las fundaciones más importantes en la ciudad están obligadas a participar con sus mejores programas para jóvenes en esta cruzada contra las adicciones; sin embargo, el trabajo descoordinado que se ha desarrollado hasta la fecha en Ciudad Juárez hizo que se dejaran de lado los mínimos de atención real y eficaz a quiénes han caído víctimas de una adicción y no tienen forma de superarla; por ejemplo, ante una demanda de más de 40 mil personas con dependencia el Estado sólo puede ofrecerle atención terapéutica ambulatoria a unas 300 al mes, sin una sola cama para quienes necesitan internamiento para su atención y rehabilitación.

Por ello ha sido de gran valor dirigir y alinear los esfuerzos del Municipio, Estado y la Federación, y de organizaciones de la sociedad civil, pues significa una oferta de vida a quienes no sólo son víctimas de las drogas, sino que además han sido el grupo poblacional más afectado por los homicidios, que otra vez estremecieron a Ciudad Juárez este año, con más de mil 300 asesinatos, de los que unos mil eran adictos en busca de su dosis o vendedores al menudeo de éstas.

El plan de intervención contra las adicciones abarca los siguientes frentes; primeramente, la prevención de adicciones, dirigida específicamente a niños y jóvenes menores de 20 años y usando como espacio de trabajo las escuelas y los lugares de socialización de los menores; otro programa fundamental es el combate a la deserción escolar de Secundaria, que afectará a más de 25 mil jóvenes el próximo año.

La prevención debe ser especializada para cada uno de los distintos grupos de la comunidad en riesgo, para los jóvenes que no han usado enervantes y quienes los han usado esporádicamente, y para quienes los usan, pero no presentan dependencias, y quienes los usan y son dependientes. Para cada uno de estos grupos deberán diseñarse diversas y muy específicas estrategias de trabajo.

El otro frente de trabajo deberá dirigirse a mejorar sustancialmente las ofertas de atención a quienes ya han caído en la adicción; en este renglón es indispensable que las instancias estatales, federales y locales ofrezcan un sitio digno de internamiento para los adictos que lo necesitan, que fácilmente superan las cinco mil personas; también es fundamental para los usuarios tener acceso a diversas opciones de atención ambulatoria, y además debe organizarse la atención inmediata y de calidad profesional a quienes se encuentran en situación de emergencia. Esperamos que los servicios de Salud, el IMSS, el ISSSTE y pensiones del Estado, se incorporen a esta gran cruzada.

El otro grupo importante de personas con dependencias son aquellos que han tenido conflicto con la ley y a quienes un juez ha permitido enfrentar su proceso en libertad, con la condición de que reciban un tratamiento específico para superar sus problemas de adicción. Finalmente, algo que ha quedado en el olvido, aunque se repite como los sermones de los curas en la Iglesia; es indispensable, para quienes han pasado por los procesos de recuperación social, ofrecer posibilidades de empleo sin discriminar por su pasado inmediato.

Este es, a grandes rasgos, el gran plan de atención a los problemas sociales que afectan profundamente a Ciudad Juárez.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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