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Gustavo De la Rosa

24/10/2017 - 12:05 am

El Istmo sigue esperando

No me explico por qué los políticos del PRI son tan eficaces para llegar hasta esta zona del país cargados de despensas, cobijas y regalos en la época electoral, pero como gobernantes son tan inútiles al cumplir con sus obligaciones. 

Los políticos del PRI son tan eficaces para llegar hasta esta zona del país cargados de despensas, cobijas y regalos en la época electoral, pero como gobernantes son tan inútiles al cumplir con sus obligaciones. Foto: Cuartoscuro

La solidaridad ciudadana a gran escala es vital en los momentos de crisis porque el Gobierno nunca podrá responder de forma veloz y efectiva a una necesidad enorme y urgente de manos y brazos, algo que la población ofrece sin obligación ni pago a cambio.

Pero esta explosión solidaria no dura mucho tiempo y finalmente los voluntarios acaban por volver a su vida cotidiana; es entonces cuando el Gobierno debe volver a su trabajo y cumplir con sus obligaciones, que para eso se le paga.

Ha pasado más de un mes desde que la región del Istmo fue destruida por las fuerzas de la naturaleza y el Sistema Nacional de Salud aún no es capaz de atenderla.

Así que aprovecho esta ocasión para solicitar respetuosamente, como dice el Artículo 8 constitucional, a la autoridad sanitaria que atienda las necesidades del municipio de San Dionisio del Mar, y si es necesario le podemos dar al secretario de Salud un mapa para que lo hallen sobre la costa del Pacífico.

A más de 30 días del temblor la región acaba de recibir la primera visita de salud, impulsada por un colectivo de la sociedad civil apoyado por un grupo de médicos de la CDMX y activistas de Oaxaca, y con suministros y medicamentos que llegaron de diferentes partes de la República como Ciudad Juárez.

No me explico por qué los políticos del PRI son tan eficaces para llegar hasta esta zona del país cargados de despensas, cobijas y regalos en la época electoral, pero como gobernantes son tan inútiles al cumplir con sus obligaciones.

San Dionisio del Mar es un municipio ajeno al trasiego de drogas, tiene entre ocho y nueve mil habitantes, y antes del terremoto el 80 por ciento de las viviendas carecía de los servicios básicos y el promedio escolar era de cuatro años por habitante, ni siquiera la primaria básica terminada. Ahora, después del sismo, las cerca de 2 mil familias que viven a la orilla del mar carecen de viviendas y futuro.

Antes del terremoto, allá por 2010, tenían un médico; hoy hablé con el maestro de la zona, el profesor Édgar Villanueva Rosas, y me dice que no hay médico de planta y que la primera visita de proveedores de salud con medicamentos es la que acaban de recibir este fin de semana.

El municipio soñaba con que se volviera a abrir la refinería de Salina Cruz porque los trabajos que ofrecía Pemex derramaban dinero a sus habitantes más pobres, pero esta instalación no sólo permanece cerrada, sino que también las de Minatitlán y la de Madero cesaron sus operaciones.

San Dionisio del Mar fue noticia a principios del año por un enfrentamiento entre sus pobladores, pues una parte sostenía la necesidad de seguir manejándose por usos y costumbres mientras otro grupo planteaba la transición al proceso electoral democrático. La discusión recibió atención de la prensa nacional y finalmente se eligió a una mujer como presidenta municipal.

Después de eso este municipio ha desaparecido de la atención pública, pues no hay quien se preocupe por un pueblo en donde ni siquiera el 30 % ha terminado la primaria, o en donde un alto porcentaje de sus habitantes todavía habla su lengua indígena nativa, ¿para qué? Esos pueblos sólo sirven para recordar que en uno de ellos nació Benito Juárez.

Reproduzco un correo que nos envío Rosalinda Domínguez, coordinadora de activistas, para que tengamos una idea de lo vital que es para ellos un apoyo que parecería mínimo para nosotros.

La Brigada México Oaxaca es impulsada en la CDMX por el doctor Ignacio Vel y, aunque no conozco al grupo personalmente, siempre ha estado dispuesto a respaldar a los damnificados. Primero llevó provisiones, después salud en su segundo recorrido del Istmo y para el tercero apoyaría la reconstrucción de las viviendas.

Una amiga que vive en Chiapas con su esposo (ambos muy cercanos al alma), y quien fue muy solidaria con Juárez durante la guerra anterior, me llamó el otro día comentando que a lo mejor, tal vez, desde allá podrían apoyar en esta siguiente etapa.

Pero, ¿ y el Gobierno federal y estatal? Bien, gracias.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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