Ciudad de México, 24 de septiembre (SinEmbargo).– Al pie de la zona montañosa, un recinto peculiar yace sin tanta dificultad para adentrarse en su explanada. En Cataluña, el Camp Nou es mucho más que un estadio de futbol. El catalán se manifiesta con su acento gutural desde el sonido oficial. El Barça ha ayudado a entender una región que vive constantemente reafirmando su ideología. Entre el futbol llamativo que despliega un conjunto blaugrana, los fieles seguidores arman un ritual en cada presentación, durante 90 minutos.
El Camp Nou fue inaugurado un día como hoy de 1957 ante 90 mil espectadores que colmaron el nuevo recinto del FC Barcelona. La presión social hizo que el club catalán desestimara seguir jugando en el viejo campo del barrio de Les Corts tras no contar el aforo para satisfacer las pasiones de mucha gente que no alcanzaba a entrar en los 60 mil lugares disponibles. A la mitad del siglo XX, el Barça contaba ya contaba con uno de los estadios más grandes del mundo.
Joan Gamper había nacido con el nombre Hans-Max Gamper Haessig en su natal Suiza. Encumbrado y enamorado de Barcelona, se entregó a la pasión deportiva que tenía en las venas. Se cambió el nombre para consolidar un eterno romance. Fundador de uno de los mejores clubes del mundo, el nuevo recinto llevaría su nombre según la intención popular. Fue la realidad política del Franquismo lo que impidió el bautizo. Gamper se transformó en un símbolo enemigo de la ideología establecida.
En cada partido del Barça, al minuto 17:14, retumba el grito de independencia con las banderas catalanas por todo lo alto. Barcelona festeja como día nacional, una derrota histórica. El 11 de septiembre de 1714, tras un asedio de poco más de un año por parte de las tropas de Felipe V, Cataluña fue conquistada. En un conflicto que se recuerda como un combate entre la monarquía borbónica y los catalanes, terminó siendo una de las probables causas de la primera guerra mundial. El próximo año, en el tricentenario del festejo, se esperan celebraciones que alcanzarán los 3.5 millones de euros en gastos. Mientras, el Camp Nou homenajea en cada partido.
Joan Gamper puso sus sueños al servicio de este equipo y terminó suicidándose después de regresar de un exilio obligado. El Barça siempre estuvo rodeado de esos aires enrarecidos con la mística de sus cimientos vinculados a la resistencia. El estadio del equipo culé sirvió un día para ejercer la libertad natural de hablar en la lengua preferida. Mientras el catalán era perseguido por las calles, en las gradas del Camp Nou, la gente hablaba como le nacía. El lema de la entidad blaugrana es, “Más que un club”. Durante el tiempo en el que el General Francisco Franco estuvo en el poder, el futbol en Barcelona sobrepasó los límites deportivos.
La afición blaugrana, acostumbrada a dolorosas derrotas mientras veía como el Real Madrid se establecía como el mejor club del siglo XX, goza hoy de una actualidad favorable. La filosofía del Barça es tratada de imitar en muchos lugares del mundo. Desde el Camp Nou, lugar al norte de la ciudad, un equipo es bandera de una ideología con lengua propia mientras el debate sobre un posible referéndum independentista sigue alimentando diversas secciones de los medios de comunicación. El ritual social, parte de lo que representa una pelota, lo pone un estadio que siempre está lleno de personas, y de buen futbol.
