Juan Villoro y el futbol: Entre el Necaxa y la política, el origen de un narrativa única

24/09/2013 - 1:30 am
Foto: Twitter
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Ciudad de México, 24 de septiembre (SinEmbargo).– Los reporteros le dicen “Maestro” antes de hacerle una pregunta. Cuando acaba su participación en cualquier foro en el que se presenta, de pronto se encuentra rodeado de jóvenes que lo ven como si fuera una estrella de rock. Juan Villoro se ha convertido en un referente nacional. Chilango de formación alemana, tiene siempre los ojos bien abiertos en una realidad mexicana en la que no se puede pestañear. Escritor, cronista, periodista y ferviente apasionado de un deporte tan criticado socialmente como el futbol.

Se hizo necaxista por el entorno infantil y barcelonista por herencia. Dos realidades distintas que determinan la versatilidad de un hombre que escribe para provocar nuevos debates. El estudiante de sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) intentó ser futbolista vestido de Puma. Sus habilidades atléticas no estuvieron a la altura de su capacidad de observación, ni de su comprensión social. De la mano pasional del futbol, Villoro entiende que son las consecuencias de noventa minutos lo que en verdad vale la pena contar.

“Villoro es un escritor que trabaja”, redactó el periodista Diego Enrique Osorno. Hubo un tiempo en el que Juan estaba en todos lados. Desde Barcelona se le entrevistaba para saber su opinión acerca del paso atronador del Barça de Guardiola, en México se le citaba sobre lo que pensaba de las futuras elecciones que regresarían al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia tras una pausa panista de 12 años, al día siguiente se le vería caminando por el centro de la ciudad condal con todo su más de 1.90m viviendo el día de Sant Jordi, con el olor de rosas y libros en el ambiente.

Foto: EFE
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Luis Villoro Toranzo nació en 1922 en la capital catalana. El padre de Juan es un reconocido filósofo y catedrático mexicano. El apellido Villoro no es raro en tierras cercanas al Mediterráneo. Cuando ya era un necaxista declarado, fue a Barcelona de visita para no irse nunca más. Entre mar y montaña, Juan va y viene sin que el futbol deje de faltar en el itinerario. Una pasión medida desde la escritura, desde su propia percepción de la realidad. El mundo que Villoro le ha regalado a sus lectores, desmenuza detalles con un sentido del humor práctico y pensante.

Durante el mundial de Sudáfrica 2010, el periodista argentino Martín Caparrós intercambió una correspondencia literaria con Juan. El resultado fue un pequeño libro (Ida y Vuelta, Planeta) donde desmenuzaron el paso de sus respectivos seleccionados. La nueva derrota de México ante Argentina no fue tan dolorosa desde las letras de Villoro. El aficionado mexicano, tan masoquista como perdido en la ilusión, es analizado por el ojo clínico del cronista que durante un tiempo siguió a Carlos Monsiváis por donde anduvo. México sufre en cancha, mientras en la grada se espera ser campeón del mundo.

Su narrativa comenzó desde el deporte más popular del país. Ángel Fernández, suculento cronista de antaño, conquistó a Juan con su creatividad. Un simple partido de futbol era transformado en un conflicto bélico. Era lo que rodeaba a la pelota, con esos mortales convertidos en semidioses sociales pateando sin parar, lo que generaba nuevas formas de pensar y muchas más alegrías. México no es una selección de élite, a pesar del entusiasmo de las televisoras, dueñas de todo lo que pase con el representativo nacional. Juan Villoro, a sus 47 años, ha ido a cuatro mundiales con distintos medios en diferentes facetas. A uno de empatar a Antonio “La Tota” Carbajal, si el equipo de Victor Manuel Vucetich no logra el pase a Brasil 2014; Juan sería buen representante.

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