¿Realmente evaluamos los ciudadanos al momento de votar?

24/04/2013 - 12:00 am

Hoy en día contamos con diferentes enfoques teóricos que intentan analizar el comportamiento de los ciudadanos en la participación política y electoral en un sistema democrático. Dentro de una de estas podemos mencionar la teoría de la elección racional –rational choice–, la cual es aplicada al contexto político y que parte del supuesto de que el votante puede identificar, en un ambiente de información completa, cuál es el partido que se encuentra más cerca de sus preferencias y demandas de bienes colectivos, lo que entendemos nosotros por “Políticas Públicas”, es decir, las respuestas que nos da el gobierno a nosotros como ciudadanos demandantes. En este sentido, podemos advertir que existen dos actores: el primero es el elector que actuando racionalmente, demanda la provisión de bienes colectivos, por medio de los votos; y por otro lado, los políticos quienes ofrecen a los primeros una cantidad dada de estos bienes a través de sus propuestas de gobierno.

La dinámica de la democracia planteada por Downs (1957), parte de la hipótesis de que los partidos formulan su política como medio para obtener votos. Por lo tanto, su función social (elaborar políticas mientras se encuentran en el poder) es un subproducto de sus motivaciones privadas (obtener renta, prestigio y poder que supone gobernar, por tanto este modelo que ofrezco a usted amable lector establece que los partidos elaboran políticas para ganar elecciones, más que para formular políticas). Esto es, con tal de ganar el apoyo de los electores harán ofertas políticas que no podrán cumplir, quizá esto les recuerde algo o a alguien en particular, siempre tendremos referentes de promesas electorales incumplidas.

En este artículo pretendo rescatar sólo lo referente a la “ignorancia racional” o efecto del conocimiento imperfecto que, señala Downs (1957), es el más importante en la definición del voto y del comportamiento electoral, pues en la mayor parte de los casos determina el grado de persuasión y de ideología existente en los votantes. Esta teoría se refiere a la ignorancia por desconocimiento o por falta de información. Estamos conscientes de que obtener la información resulta costoso e incluso en muchos casos de difícil acceso, en buena parte gracias a nuestras autoridades de acceso a la información, o las leyes creadas con recelo para reservar lo que no se tiene que saber, estamos inmersos en una dinámica de poca claridad y transparencia. Me parece que hoy en día con las nuevas tecnologías y con la aparición de las redes sociales, surge una nueva comunicación institucional, en donde a toda hora los gobernantes informan lo que acontece en el día a día, y si le sumamos los medios de comunicación tradicionales como radio y televisión que si bien es cierto en muchas ocasiones se manifiestan de manera tendenciosa, los ciudadanos tenemos la capacidad de poder evaluar a nuestros gobernantes, de conocerlos, de saber más sobre ellos, es decir, cómo viven, de qué viven, si aparentan una cercanía a la gente, si aparentan ser parte del pueblo y en realidad son multimillonarios en busca de poder por el poder. La existencia de información gratuita es el único medio que puede disminuir la brecha de la decisión de voto, entre el modelo con información perfecta y el modelo de conocimiento imperfecto, esto es, que no basta con conocer y saber de manera individual se necesita de un colectivo, de un grupo de ciudadanos organizados.

En este contexto los medios de comunicación resultan fundamentales y pueden ofrecer a decir de éste modelo teórico tres formas bien definidas de comunicación: la comunicación filtrada, que es la influencia que se recibe de los medios a partir de los intereses de cada individuo; la comunicación por medio de un líder que es aquella que llega por medio de un líder de opinión; y por último la comunicación a partir del interés en la decisión electoral, aquella en donde elementos como la identidad política-partidaria, la imagen de los candidatos, los temas de interés en las campañas son los que influyen.

Considero que hoy en día estamos preparados para saber qué intenciones existen en el fondo de un partido político sin necesidad de conocer sus estatutos y planes de acción. Ahora podemos saber a ciencia cierta qué hay atrás de una coalición electoral, qué pasa con estos nuevos partidos que surgen de un supuesto interés ciudadanos por brindarnos nuevas opciones de elección, claro que sabemos que estos partidos quieren prerrogativas, es decir, dinero público que pagamos con nuestros impuestos y que como no alcanzarán el umbral mínimo de votación desaparecerán y se llevarán unos cuantos millones sólo por figurar en una boleta electoral. Claro que sabemos que hay muchos partidos que buscan coalición electoral con el fin de garantizar su permanencia en el sistema electoral y seguir disfrutando de las mieles del dinero público. También sabemos quiénes mandan en los gobiernos, quiénes son los que representan los intereses de la ciudadanía al interior de los organismos electorales y a quién obedecen en este juego de poder perverso.

Considero que es tiempo de que los ciudadanos sean respetados, escuchados y verdaderamente representados. Los ciudadanos cada día están más cansados de sus instituciones, de la mentira, de la farsa, de la fabricación de pruebas, de los engaños, de que se utilicen programas del gobierno como carnada electoral, abusando de la ignorancia y la pobreza; como diría el clásico, de que “les den atole con el dedo”. Lo único que sí puedo asegurar es que se verá reflejado el descontento ciudadano en las boletas, los ciudadanos quieren acciones y decisiones, no quieren más pobreza, no quieren inseguridad, no quieren simulación, no quieren autoritarismo e imposiciones, la brecha digital nos ha alcanzado y hoy en día las redes se llenan de comentarios sobre este tipo de acciones. Así que usted será el que mejor juzgue a quién o qué partido o candidato al final del día le dará o retirará su voto mediante un voto razonado o quizá demostrando su descontento anulando su voto. Nos vemos la próxima semana.

Raúl Flores Rodríguez
Doctorando en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, Maestro en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Santander, España, Licenciado en Derecho, Especialista en Derecho Electoral, Calidad de la Democracia, Consultoría Política-Electoral, Narcotráfico y Seguridad, Director General de Nexo Estudios.
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