Uno de los principales puntos a favor de Sekiro es que tenemos una historia de principio a fin, algo que no habíamos visto en las entregas anteriores de From Software. En el apartado visual, los escenarios japoneses están recreados en una atmósfera que encaja totalmente en el juego, escenarios destruidos, oscuros y con paisajes enormes. Sekiro: Shadows Die Twice es una de las mejores entregas del año y una obra que recolecta todos los grandes elementos que ha utilizado From Software a lo largo de los años
Ciudad de México, 24 de marzo (SinEmbargo).- Por fin llegó a nuestras manos el nuevo juego de From Software, los creadores de la saga de Demon’s Souls, Dark Souls y Bloodborne. Y lo hace cumpliendo todo lo prometido, entregando una de las sagas más completas a nivel narrativo y retomando todos los elementos de gameplay que a lo largo de los años han llevado a hacer de sus juegos un éxito; además contamos con nuevas mecánicas que hacen de Sekiro: Shadows Die Twice la entrega más completa y ambiciosa por parte de From Software.
Sekiro: Shadows Die Twice nos cuenta la historia de un ninja de nombre Sekiro quien ha jurado proteger a toda costa a la princesa Kuro, quien es la única descendiente de un antiguo clan en todo Ashina (nuestra locación), que ha sido secuestrada por su descendencia ancestral y el poder que tiene su sangre. Uno de los principales puntos a favor de Sekiro es que tenemos una historia de principio a fin, algo que no habíamos visto en las entregas anteriores de From Software, partiendo desde el por qué nuestro personaje hace lo que hace y por qué lo hace. A diferencia de entregas pasadas, donde solo éramos introducidos a un personaje con una misión, sin conocer parte de su pasado, sin embargo, en Sekiro esto ha cambiado y nos brinda un desarrollo de personaje que no habíamos visto antes y resulta una combinación perfecta con la historia del juego.
En el apartado visual, los escenarios japoneses están recreados en una atmósfera que encaja totalmente en el juego, escenarios destruidos, oscuros y con paisajes enormes, aunque tal vez al momento del combate existan ocasiones en que los espacios para movernos sean demasiado reducidos, esto se suma al nivel de dificultad del juego; debido a que la movilidad es parte esencial al momento del combate. Por la parte de audio, los combates son únicos, cada transición o escena que tenemos en el juego nos introduce un poco más un lado personal de nuestro protagonista y lo que está viviendo. Por la parte general del juego, el combate se desarrolla en todo su esplendor en el aspecto gráfico y auditivo, los choques de tu katana contra el enemigo, golpes y las chispas volando hacen único cada una de las peleas.
Tal vez, uno de los puntos más débiles de Sekiro es el nivel de personalización que ofrece, si bien hemos visto una variedad bastante amplia en la creación de personajes a lo largo de la saga Souls, en esta ocasión esta opción está completamente ausente y es que, por el mismo hecho de tener una historia con personajes principales, “Sekiro” solo hay uno, por lo que modificar a nuestro personaje principal, podría no haber sido lo más conveniente.
Sin embargo, dentro del juego contamos con una herramienta que se conoce como “shinobi prosthetic” la cual nos ofrecerá niveles de personalización a nivel de combate o movilidad, podremos convertirlo en un arma a distancia, un arma de fuego, un arma secundaria o podremos hacer uso de un gancho para recorrer tejados, escalar árboles o escapar de nuestros enemigos, esto siempre requerirá un punto de anclaje para poder ser utilizado, no permite ser usado en cualquier parte o estructura, esto es tal vez un punto de desventaja, pero en realidad poder sujetarte de cualquier superficie en muchos momentos podría desequilibrar demasiado la dificultad y el propósito principal del juego.
El gameplay es unas de las principales razones por las que Sekiro cambia radicalmente (para bien) en comparación de sus predecesores y es que Sekiro combina un estilo único, pero retoma elementos que hemos visto antes. En lo personal, considero a Sekiro el juego con mayor movilidad en la historia de From Software, haciendo del combate algo mucho más dinámico y con mayor velocidad de respuesta, a esto añadamos los movimientos clásicos de atacar y esquivar que se mantienen dentro del juego. Y, aunque no tenemos acceso a diferentes armas y siempre estaremos acompañados de nuestra fiel “Kosabimaru”, el juego nos ofrece diferentes opciones de ataques que van de la mano con la progresión de nuestro personaje. Además de que tenemos un árbol de habilidades donde podremos mejorar y aprender nuevos ataques; incrementar nuestros atributos y la cantidad de objetos que podemos cargar.
En cuanto al mutlijugador, Sekiro carece de esta opción, pero, tal vez fue una de las decisiones más acertadas; el balance, combate y dificultad es parte esencial de esta entrega y con dos jugadores o más esto podría haber encarecido la experiencia final.
Sekiro: Shadows Die Twice es una de las mejores entregas del año y una obra que recolecta todos los grandes elementos que ha utilizado From Software a lo largo de los años para reutilizarlos y mejorarlos, si bien la fórmula Souls ha funcionado por años, sabíamos que podía ser mejorada y Sekiro es la prueba de ello.