Author image

Germán Petersen Cortés

24/02/2015 - 12:02 am

La amenaza Verde

La intención de voto del Partido Verde ronda entre 10 y 12 por ciento, dependiendo de la encuesta. Al tiempo que hay una amplia condena a la estrategia seguida por el Verde para alcanzar tales números, prácticamente no hay intentos por dar cuenta de por qué llegó ahí. Aquí se ofrece una explicación. Para dimensionar […]

La intención de voto del Partido Verde ronda entre 10 y 12 por ciento, dependiendo de la encuesta. Al tiempo que hay una amplia condena a la estrategia seguida por el Verde para alcanzar tales números, prácticamente no hay intentos por dar cuenta de por qué llegó ahí. Aquí se ofrece una explicación.

Para dimensionar el ascenso del Verde, basta con señalar que su intención de voto actual se asemeja o hasta rebasa a la de MORENA. A partir de sus alianzas políticas y una intensa campaña de comunicación, el Verde espera una cantidad de sufragios similar a la de un partido –MORENA– que expresa institucionalmente a un movimiento social que tiene cuando menos una década construyendo una estructura, como incluso sus más acérrimos adversarios tienen que reconocer.

Es imposible entender el crecimiento del Verde sin tomar en cuenta su dependencia del PRI. Elección tras elección, el Verde incrementa su intención de voto y luego intenta vendérsela al PRI lo más caro posible. El tricolor, interesado en aumentar sus triunfos electorales, suele pagarla diligentemente. En la elección de este año, el PRI desde luego que lo hará, después de que se ha desplomado en prácticamente todas las encuestas.

Desde hace ya algunos años, el Verde hace frente común con las televisoras. Se trata de una relación de enorme conveniencia para ambas partes: el Partido le da al duopolio posiciones legislativos, respaldo en las dos cámaras y defiende sus intereses; a su vez, las televisoras le ofrecen al Verde un tratamiento privilegiado en las coberturas, con la brutal influencia mediática que esto implica.

El logo de la actual campaña del partido –“El Verde sí cumple”– sugiere el objetivo central de esta: mostrar a la organización como eficaz. Importa un comino eficaz para qué. En un país donde la clase política está asociada en el imaginario colectivo con el incumplimiento de promesas, presumir de cumplidor en lo que sea y como sea, y además ofrecer ejemplos de esto, lleva a trepar en las encuestas. No hay mejor ejemplo de ello que la campaña presidencial de Peña Nieto.

Adicionalmente, el Verde posicionó una agenda que ha hecho eco en millones mexicanos. Esta agenda le apuesta a porciones pequeñas del electorado, que ni siquiera sumadas dan para ganar elecciones, pero sí ajustan para negociar con el PRI en condiciones sumamente favorables.

Por un lado, la agenda del Verde busca a quienes, aún hoy, le creen su discurso ecologista. De ahí que presuman leyes (dicho sea de paso, aprobadas por cuerpos legislativos, no solo por un puñado de legisladores verdes) que establecen que quien contamine debe pagar y reparar los daño que cause y otras que prohíben que haya circos con animales. También apelan a quienes, por la razón que sea, están a favor de una mano no solo dura sino absurda contra la delincuencia. Así se explica su jactancia de penas incumplibles para secuestradores –140 años.

Por otro lado, el Verde le apuesta a atraer a aquellos beneficiarios de políticas educativas y de salud que en el pasado han enfrentado obstáculos para acceder a los bienes que les corresponden, y que además asumen que el servicio que reciben es una concesión del Estado y no un derecho establecido en la Constitución. A esta lógica responde su presunción de las legislaciones en materia de vales de medicina y no obligatoriedad de cuotas en las escuelas públicas.

El elemento que completa la tormenta perfecta que le ha permitido al Verde crecer tan meteóricamente es el Consejo General del INE: el PRI aceptó darle la presidencia a un personaje ejemplar –Lorenzo Córdova– y al mismo tiempo maniobró para que sus consejeros aliados se quedaran con la mayoría en el Pleno y en la Comisión de Quejas. El tricolor está así en condiciones de detener acuerdos que lo afecten, como por ejemplo que se marque un alto al Verde por sus alteraciones ilegales a la equidad en la contienda –“cineminutos”, senadores anunciando vales de medicina, publicidad fuera de los tiempos legales.

En los hechos, el Verde es una carísima sucursal del PRI, presume eficacia sin definir para qué la quiere, medra de las causas ecologistas, llena de odio el espacio público con propuestas radicales y usa como carne de cañón a quienes reciben apoyos del Estado. En suma, el Verde sí cumple… Sí cumple con las características para considerarse una amenaza a la democracia mexicana.

@GermanPetersenC 

Germán Petersen Cortés
Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión Pública por el ITESO y Maestro en Ciencia Política por El Colegio de México. En 2007 ganó el Certamen nacional juvenil de ensayo político, convocado por el Senado. Ha participado en proyectos de investigación en ITESO, CIESAS, El Colegio de Jalisco y El Colegio de México. Ha impartido conferencias en México, Colombia y Estados Unidos. Ensayos de su autoría han aparecido en Nexos, Replicante y Este País. Ha publicado artículos académicos en revistas de México, Argentina y España, además de haber escrito, solo o en coautoría, seis capítulos de libros y haber sido editor o coeditor de tres libros sobre calidad de vida.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas