Hormigas agricultoras

23/11/2014 - 12:01 am

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Uno podría pensar que la agricultura y las artes del cultivo de alimentos son exclusivos del ser humano, sin embargo las hormigas que siempre nos sorprenden, también han desarrollado estas técnicas. Las hormigas agriculturas no cultivan maíz o frijoles, lo que asiduamente cultivan son hongos que sirven de alimento para toda la colonia.

Las hormigas agricultoras conocidas en general bajo el nombre de hormigas arrieras, son consideradas plaga porque son responsables de la defoliación de muchos huertos frutícolas, particularmente de cítricos. Se calcula que las arrieras pueden afectar drásticamente los cultivos, por ejemplo pueden disminuir hasta en un 55% el rendimiento del cultivo de yuca y pueden defoliar 20% de los pinos de una plantación.

En muchos lugares del trópico mexicano se pueden observar caminitos interminables de hormigas cargando hojas, que provienen de un árbol y terminan en un hormiguero. Lo que uno piensa cuando ve los caminos es que las hojas son el alimento de las hormigas, es decir que son herbívoras. Sin embargo esto no es así, los que sí son herbívoros son los hongos que cultivan, y por esto las hormigas trabajan para proveer todos los nutrientes necesarios para que los hongos crezcan felices y contentos dentro del hormiguero. En este caso las hojas son el equivalente para los hongos cultivados, de los fertilizantes que se utilizan en la agricultura humana.

Las hormigas arrieras tienen uno de los sistemas de división del trabajo más elaborados que se conocen en la naturaleza y gracias a esta división, han logrado tener colonias cuyo tamaño ronda en los millones de hormigas por hormiguero. El número de castas de un hormiguero varía entre especies, pero la mayoría tiene 5 castas. Algunas castas salen del hormiguero y otras se quedan todo el tiempo adentro. La primera casta son los soldados, son grandes y cabezones y su función es patrullar los caminos de hormigas para que nadie se atreva a molestar a las obreras que están llevando los pedacitos de hojas al hormiguero. Las obreras I tienen unas mandíbulas muy filosas para cortar las hojas y llevar el alimento para cultivar a los hongos.

Las obreras II no salen del hormiguero y se encargan de cuidar el cultivo de hongos y darle de comer a las larvas y a la reina. Finalmente tenemos a la reina que básicamente se dedica a poner huevos y una vez que funda su colonia no vuelve a salir al mundo exterior. El tamaño de cada hormiga depende de la casta a la que pertenezca y la diferencia de tamaño es brutal. En la especie mexicana de hormiga arriera Atta cephalotes (el nombre de la especie se refiere a la cabezota de los soldados), la reina mide cerca de 5cm, mientras que las obreras encargadas de los hongos solamente 0.5 cm.

El alimento de las hormigas no consiste en cualquier parte del hongo, sino que al madurar la colonia de hongos, se producen unas estructuras abultadas denominadas gongilidia que son ricas en nutrientes y éstas constituyen la dieta principal tanto para los adultos como para las larvas.

Las obreras II también se encargan de remover todas las malezas que puedan crecer en el cultivo de hongo, las malezas en este caso no son hierbas sino otras especies de hongos no deseados que afectan el crecimiento de los hongos que si son cultivados; como ven las semejanzas con la agricultura humana se vislumbran también en este aspecto.

Cuando una colonia de arrieras alcanza un tamaño crítico y las condiciones ambientales son favorables se producen hormigas reproductivas, tanto hembras como machos. Estos individuos tienen las características típicas de una hormiga, pero además poseen alas que les permiten salir y fundar nuevas colonias lejos del hormiguero madre. Unos días antes de que empiece la temporada de lluvias, las hormigas aladas salen masivamente del hormiguero en el denominado vuelo nupcial. La mayoría de las hormigas muere el intento, pero muchas otras se aparean y son capaces de fundar nuevas colonias. Las hembras antes de salir colectan un poco del hongo cultivado y lo guardan en una cavidad especializada de su boca, de tal manera que si logran reproducirse pueden comenzar una nueva colonia funcional y recrear el cultivo del vital hongo.

Para formar una nueva colonia, la hembra fecundada busca un sitio óptimo para el desarrollo de la colonia, y cava un largo túnel donde depositará los primeros huevos y también designará un lugar para comenzar el cultivo de sus “granos” básicos. Hasta que crezcan sus primeras hijas, la reina trabajará arduamente en todas las labores del hormiguero, cuidando a las larvas y al hongo, limpiando, etcétera, pero después cobrará sus frutos al recluirse para siempre a las labores dignas de la nobleza: poner huevos y comer.

Las hormigas arrieras son nativas del Nuevo Mundo, se distribuyen únicamente entre Estados Unidos y Sudamérica, y todas están emparentadas filogenéticamente, es decir que tienen un ancestro en común que derivó en muchas especies, pero todas son “primas” cercanas. En la actualidad se conocen 190 especies pertenecientes a 12 géneros agrupados en la Subfamilia Myrmicinae y en particular en la Tribu Attini que se comportan como hormiga arrieras (p.ej. que cortan hojas y cultivan hongos). En México tenemos 6 géneros de hormigas arrieras con muchas especies.

Loa hormigueros de las arrieras suelen ser conjuntos habitacionales muy intrincados que miden entre 15 y 25m de diámetro. Por lo general dichos hormigueros se pueden detectar a la distancia porque están descubiertos de vegetación debido a que las hormigas no permiten que crezca ninguna planta encima de su casa. Es curioso caminar por una selva húmeda muy densa en vegetación y repente encontrar estos espacios vacíos en el sotobosque. Los caminos que forman las hormigas en busca del alimento para los hongos llegan a alejarse hasta 100 o 200m del hormiguero por lo que su rango de acción es muy grande, y es por esto también que pueden ocasionar grandes daños a cultivos porque pueden llegar desde lejos a defoliar los árboles frutales, y para eliminar esta “plaga” no hay que tratar a las hormigas que vemos caminando por la superficie, sino que habría que dirigirse al hormiguero.

Estas hormigas son tan abundantes que en algunos estados del país se consumen como alimento. Al parecer es una tradición prehispánica que todavía se conserva en algunas localidades. En particular en Veracruz son conocidas como chicatanas, y son una delicatesen consumida en los meses de mayo y junio. Según explican Landero-Torres y colaboradores (2005) las chicatanas son las hormigas reproductoras del género Atta y son capturadas en el vuelo nupcial para ser consumidas ya sea asadas o con alguna salsita de chile. Estos autores incluso afirman que 1kg de hormigas tiene 43% de proteínas, mas proteínas que 1kg de carne o pollo. Así que ya saben si quieren innovar en la dieta proteica de sus hogares están justo a tiempo pues las lluvias aún no empiezan y probablemente nos toque ver algunos vuelos nupciales si estamos alerta ante estos fenómenos, y así podrían probar la captura y degustación de las hormigas aladas arrieras, por otro lado esperemos que las lluvias no tarden mucho!

Landeros-Torres I, Muguia-González J y J Ramos-Elorduy.2005. ESTUDIO ETNOGRÁFICO SOBRE EL CONSUMO DE LAS “CHICATANAS” (HYMENOPTERA: FORMICIDAE) EN HUATUSCO, VERACRUZ, MÉXICO. Folia Entomológica Mexicana 44: 109-113

*Este texto apareció parcialmente publicado en La Jornada Michoacán.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
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