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Rubén Martín

23/07/2023 - 12:04 am

Farsa política

En los hechos tanto las corcholatas de Morena como las gelatinas del Frente opositor tienen montadas ya oficinas de campaña donde se pagan sueldos, viáticos, gastos de celulares, gasolina, aviones, pago de publicidad, asesores, mercadólogos, encuestas, etcétera.

“¿Quién o quienes están pagado todos esos gastos? ¿De dónde salen los recursos que están  pagando esas contiendas tan costosas?”. Foto: Cuartoscuro, Collage

A pesar de estar disfrazados de procesos internos de sus organizaciones, todos sabemos que la contiendas entre las “corcholatas” de Morena y entre las “gelatinas” del PRIAN, es en realidad un proceso para elegir al candidato presidencial de uno y otro bloque de partidos.

En esta farsa política, al seno de Morena y sus partidos aliados están eligiendo a quien será el Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en una contienda política que arrancó el pasado 19 de junio y cuyas giras llamadas “asambleas públicas con militantes” terminarán el 27 de agosto, para luego realizar encuestas y presentar al “coordinador” de la 4T el 6 de septiembre.

Por su parte, los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y lo que queda del de la Revolución Democrática (PRD) conformaron el Frente Amplio Opositor (FAO) con figuras de la sociedad civil como el empresario Claudio X. González Guajardo y que también lanzó su contienda interna para elegir, en este caso, al coordinador del Frente Opositor, que será anunciado el 4 de septiembre.

A pesar de que oficialmente las precampañas arrancan hasta el mes de noviembre, en los hechos el acuerdo entre las corcholatas de Morena, PT y PVEM después de su victoria en las elecciones en el Estado de México, es realmente el inicio de las precampañas en el bloque gobernante. Esto aceleró las negociaciones entre PAN, PRI y PRD y de la agrupación Va por México para conformar el FAO.

Como lo explicó el dirigente de Morena, Mario Delgado, al iniciar la contienda entre la corcholatas, la argucia para no ser consideradas precampañas y que por tanto pudieran ser sancionados por el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), consiste en no solicitar el voto a los ciudadanos, sino realizar asambleas y reuniones con los militantes de los partidos.

Finalmente, los organismos electorales terminaron avalando la “nueva realidad política” y el viernes el magistrado presidente del TEPJF, Reyes Rodríguez Mondragón, aseguró que los actuales procesos internos de los bloques partidistas son legítimos.

La Sala Superior del TEPJF determinó no suspender los procesos sino regularlos, bajo el argumento de que las fuerzas políticas tienen la necesidad de formar liderazgos y “consolidar aspiraciones en torno a sus ideologías y movimientos de forma previa a que inicien los procesos electorales”, por lo que resultó razonable fijarles límites relativos, no absolutos.

Según aprobaron la mayoría de magistrados, se avaló el criterio de proteger las libertades políticas, el derecho de autoorganización de los partidos, así como de participación política de la ciudadanía, y solo imponer “restricciones justificadas” para evitar ventajas indebidas. En ese sentido, el TEPJF ordenó al INE emitir lineamientos para regular los procesos internos del bloque de partidos de Morena y el proceso del PRIAN que incluye la fiscalización de gastos y casi con seguridad el retiro de propaganda como la pinta de bardas  y los anuncios espectaculares (https://cutt.ly/Lwp2QVK9).

Es la gran simulación, puestos todos sabemos (quienes participan y dirigen este proceso, los medios de información, los militantes de los partidos y la sociedad en su conjunto) que los aspirantes a competir por la presidencia de la república ya están en precampaña con todos los costos en recursos humanos y económicos que eso conlleva. En Morena nos quieren hacer creer que cada uno de sus seis aspirantes pagará sus movilizaciones en dos meses con apenas cinco millones de pesos, es decir apenas 625 mil pesos a la semana.

Quienes hemos reporteado y participado en campañas electorales sabemos que eso es imposible, que simple y sencillamente las cifras no cuadran. Para empezar, las corcholatas de Morena tienen al menos un año pintando bardas, repartiendo impresos y pagando la colocación de espectaculares en las ciudades más pobladas del país.

Ahora ya en sus recorridos en este proceso interno para elegir a “coordinador” de la 4T los aspirantes más fuertes mueven a decenas de miles de personas en todo el país. La mayoría de corcholatas de Morena han apostado por concentraciones masivas que son costosas porque incluyen no sólo el pago de los escenarios de las asambleas (lugares cerrados o abiertos cubiertos con lonas), sino el transporte para llevar a los asistentes al mitin. Además de los presídiums, el sonido y eventualmente regalos a los asistentes.

En los hechos tanto las corcholatas de Morena como las gelatinas del Frente opositor tienen montadas ya oficinas de campaña donde se pagan sueldos, viáticos, gastos de celulares, gasolina, aviones, pago de publicidad, asesores, mercadólogos, encuestas, etcétera.

¿Quién o quienes están pagado todos esos gastos? ¿De dónde salen los recursos que están  pagando esas contiendas tan costosas? En Morena sostienen que basta con los cinco millones de pesos que les reparte el partido. Es una burla a la inteligencia de los ciudadanos creer que con esa cantidad se pagan los onerosos eventos de las corcholatas. En el caso de los contendientes del Frente Amplio Opositor, tienen qué pagar estructuras en todo el país para recolectar las 150 mil firmas requeridas para pasar a la segunda parte de la contienda. Sin considerar los cuartos de guerra que tienen montados los aspirantes más visibles como Xóchitl Gálvez, Santiago Creel, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid,

Algunos contendientes dicen que son aportaciones de los “amigos” o colectas entre sus simpatizantes. Ninguna campaña nacional alcanza a pagarse con recursos de los amigos. Las fuentes principales de financiamiento de la política son tres: desviación de recursos públicos, abonos de futuros contratistas del gobierno, y dinero ilegal.

¿Quién está pagando qué en esta gran simulación que tenemos en las contiendas de Morena y el frente opositor?

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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