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Sanjuana Martínez

23/07/2012 - 12:01 am

Pesadilla interminable en el campamento

Imagine usted la alegría y el entusiasmo de irse de vacaciones y elegir un hermoso lugar para hacer un camping juvenil. Imagine usted el gusto de compartir en grupo la fe de cada quien en un retiro. Imagine usted que todo ese entorno de armonía y cordialidad se convierte en una pesadilla provocada por el […]

Imagine usted la alegría y el entusiasmo de irse de vacaciones y elegir un hermoso lugar para hacer un camping juvenil. Imagine usted el gusto de compartir en grupo la fe de cada quien en un retiro.

Imagine usted que todo ese entorno de armonía y cordialidad se convierte en una pesadilla provocada por el ataque de 11 hombres y una mujer, una pesadilla que no termina con el asalto y la agresión a ocho jóvenes y menores, sino que continúa con la exposición detallada de las violaciones que hace nada menos que la autoridad, la Procuraduría de Justicia del Estado de México, que de manera vergonzosa revictimizó socialmente a las víctimas al transmitir las respuestas de los interrogatorios realizados a los agresores sexuales.

El tratamiento informativo de algunos medios de comunicación del caso del ataque al campamento “El Colibrí” de Chalco, Estado de México, ha sido francamente detestable, empezando por el propio procurador general de Justicia del Estado de México, Alfredo Castillo Cervantes, quien no respetó la privacidad de las víctimas.

Las televisoras, o más bien, el duopolio televisivo de TV Azteca-Televisa, y en este caso Proyecto 40 y la televisión estatal de Edomex, se han dedicado a exponer de manera obscena el sufrimiento y el dolor de las familias afectadas.

En México lamentablemente no se respetan los protocolos de manejo de información sobre ataques sexuales cometidos contra mujeres o menores de edad. No resguardan su identidad, ni se protege la confidencialidad de los hechos para no afectar a las víctimas.

¿Que necesidad tenía el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, de utilizar para su beneficio la tragedia del campamento de Chalco? ¿Que necesidad hay de exponer a las víctimas al morbo implacable de algunos seres humanos? ¿De publicitar sus reuniones con las familias lastimadas por este horrendo crimen?

Resulta francamente lamentable la imagen del procurador Castillo Cervantes  quien tuvo la desfachatez de pasearse por las televisoras nacionales para hablar con lujo de detalles sobre lo ocurrido y dramatizar aún más los hechos. ¿Por qué nunca pensó que alguna de esas víctimas podría haber sido su hija?

Peor aún fueron los interrogatorios transmitidos en la conferencia de prensa encabezada por el procurador mexiquense. Un sujeto sin identificar que presuntamente pertenece al Ministerio Público hace preguntas de manera fría y mecánica a tres de los agresores sexuales: Jaime Pérez Cadena, Andrés Castillo Estrada y Paulino Cadena Estrada. Preguntas del tipo: ¿Cuántas veces la violaste? ¿Fue anal o vaginal? ¿Terminaste dentro o fuera? ¿Qué tanto duró la violación? ¿La amarraste? ¿La penteraste? ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué sentiste?…

De verdad, no entiendo tanta indolencia: ¿Dónde aprendió este sujeto a hacer interrogatorios videograbados para su difusión? ¿Quién le enseñó a tratar con esa exquisita delicadeza los detalles de los crímenes sexuales contra menores?

La actuación de las autoridades ministeriales del Edomex tampoco fue mejor. El Ministerio Público que atendió a las víctimas las hizo esperar más de una hora y vivieron un auténtico “calvario” según denunciaron sus familias, en los interrogatorios a los que fueron sometidas y a diligencias innecesarias.

Por favor, ¿hasta cuándo el Estado mexicano se va a tomar la molestia de preparar, educar y capacitar a los Ministerios Públicos, los policías, los jueces y todo el personal en materia de violencia sexual contra las mujeres?… Siguen siendo usuales las mismas preguntas que revictimizan a las víctimas de violación: ¿cómo ibas vestida?, ¿cómo te la metió?, ¿enséñame cómo te lo hizo?…

Las víctimas del campamento también sufrieron la insesibilidad de la médico legista Michelle Denisse Hernández que revisó a las menores y jóvenes de manera superficial y nunca se tomó la molestia de incluir en los informes las condiciones lamentables de salud en las que llegaron al lugar después del ataque.

Los protocolos internacionales marcan que el examen médico practicado a víctimas de violación y abusos sexuales debe identificar todas las lesiones, signos clínicos y evaluar posibles derivaciones. Debe realizarse el examen ginecológico, y tomar las muestras para laboratorio para examen microscópicos directos que determinen enfermedades sexuales y la prevención de embarazos. ¿Hicieron lo debido las autoridades médicas ministeriales de Edomex?… Todo indica que no.

Al gobernador Eruviel no le importó el tratamiento correcto a las víctimas, ni tampoco la prevención de este tipo de crímenes en los campamentos; pero lo que está claro es que le dio más importancia a sacar provecho de la promoción, y publicidad obscena del caso, y se preocupó por salir en la foto y difundir material inadecuado que dañó a las afectadas. Hay que recordar que el Edomex ya ha demostrado en otros casos que esta reprobado en materia de feminicidios y combate a crímenes sexuales contra mujeres.

La procuración de justicia sobre crímenes sexuales contra mujeres y niñas deja aún mucho que desear. El sistema está hecho para lastimar más a las víctimas. ¿Cuándo va a cambiar? ¿De qué sirven tantas leyes si no se aplican? ¿Para qué quieren los protocolos convertidos en letra muerta si no los utilizan en la práctica?

Tampoco ayuda tomarse la ley en sus manos. Presentar a los 17 detenidos con signos de golpes y torturas no los convierte en vengadores de los delitos. Violar a los agresores en el reclusorio tampoco. Sólo esperamos que al final, los delincuentes reciban una condena conforme a derecho y las víctimas obtengan realmente justicia.

El botín del atraco fue sólo unos cuantos celulares y 300 pesos. ¿Valió la pena para los delincuentes? Tres últimas preguntas: ¿Qué clase de hombres pueden cometer semejante agresión? ¿Por qué este tipo de crímenes no sucede en países desarrollados? ¿Cuál es la autocrítica que hacen los hombres sobre este tipo de masculinidad delincuencial?

Sanjuana Martínez
Es periodista especializada en cobertura de crimen organizado.

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