Genaro García Luna y su élite fueron reconocidos a lo largo del Gobierno de Felipe Calderón como el ejemplo de un nuevo modelo policial que tenía la capacidad de hacer frente al crimen organizado, una situación que ha sido desmentida a la vuelta de los años con los altos mandos de la Secretaría de Seguridad señalados por sus vínculos con los cárteles de la droga.
-Con información de Romina Gándara
Ciudad de México, 23 de febrero (SinEmbargo).– “Reconozco el trabajo del Secretario de Seguridad Pública, el Ingeniero Genaro García Luna, porque ha sido clave para iniciar la transformación profunda de la Policía Federal en un cuerpo profesional dedicado a servir y proteger a la comunidad”.
Las palabras las pronunció el 2 de junio de 2011 Felipe Calderón Hinojosa durante la Conmemoración del Día del Policía, un acto en el que el anfitrión fue precisamente García Luna. Su “súper policía”. El mismo que fue encontrado culpable por un jurado en Estados Unidos de haber recibido sobornos del crimen organizado, una situación que para el ahora expresidente “no demerita” su guerra contra el narcotráfico.
En ese mismo evento, Calderón Hinojosa otorgó la Medalla al Mérito Policial a Luis Cárdenas Palomino, la mano derecha de García Luna, quien actualmente está preso en El Altiplano por tortura además de ser acusado en Estados Unidos de narcotráfico. Cárdenas Palomino fue uno de los policías de élite que se consolidaron en el Gobierno de Vicente Fox en la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y que de ahí saltaron con Calderón al frente de la Policía Federal.
Lo cierto es que para esas fechas el Presidente Calderón ya había sido advertido, según los distintos testimonios que se conocen a la fecha, sobre los vínculos que tenía su Secretario de Seguridad con el crimen organizado, señalamientos que pesan desde el Gobierno de Fox y que persistieron en su administración, como señalaron distintos testimonios en el juicio. Aún así, Felipe Calderón reconoció públicamente a García Luna, premió a sus hombres y pidió además reivindicar “a los buenos policías” y convertir a esta profesión en “un verdadero sacerdocio cívico”.
Desde ese momento y hasta la fecha, Felipe Calderón ha pasado del reconocimiento hacia su mano derecha, a decir que un Presidente “no se entera de todo” cuando fue detenido García Luna y en horas recientes a asegurar que la resolución tomada el martes por el jurado que encontró culpable a su Secretario de Seguridad, por delitos cometidos en su Gobierno, “no demerita la lucha valiente de miles de policías, soldados, marinos, fiscales, jueces y servidores públicos”.
Uno de los argumentos empleados por el defensor de García Luna, César de Castro, en sus alegatos finales fue decir al jurado que el Secretario de Seguridad Pública “fue un funcionario clave del Gobierno de Felipe Calderón, su cargo equivalía al del vicepresidente en Estados Unidos” además de ser “el rostro de la guerra contra el narcotráfico”, algo que ahora niega Calderón.
Pese a la cercanía y la confianza que depositó Calderón en García Luna como su Secretario de Seguridad, desde que fue detenido en diciembre de 2019 nunca ha metido las manos al fuego por su excolaborador.
En su libro, Decisiones difíciles (Debate), publicado en 2020, Felipe Calderón escribió:
“Entregado mi texto a la editorial, ocurrió la detención del Ing. Genaro García Luna en los Estados Unidos. Espero que, como en el caso de cualquier persona, se realice un juicio justo y apegado a derecho, en el que se respete la presunción de inocencia del acusado. Si llegara a demostrarse su culpabilidad, y se probaran los hechos de los que se le acusa, ésta sería una gravísima falta a la confianza depositada en él por la sociedad, y en especial por sus propios compañeros de la Secretaría de Seguridad Pública y de otras dependencias que arriesgaron e incluso perdieron la vida en la lucha por la seguridad de los mexicanos”.
Con motivo de la publicación de este texto, Calderón Hinojosa dijo en una entrevista con Leo Zuckerman en Televisa que cuando eligió a Genaro García Luna como Secretaría de Seguridad público lo hizo con la información que tenía “de que era la persona más indicada en el sentido de capacidad, conocimiento del tema, venía del Cisen”.
“No había evidencias verificables (de sus vínculos con el crimen organizado). Había mucha rivalidad, mucha grilla, muchos chismes de unos contra otros contra el Ejército, Ejército contra la PGR (Procuraduría General de la República), PGR y el Ejército contra Seguridad, pero así pruebas constatables y verificables no”, aseguró en esa plática.
Genaro García Luna empezó a conformar a su equipo de colaboradores desde que estuvo precisamente en el hoy extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), donde trabajó entre los años 1989 y 1998. Ahí empezó como investigador de la Subdirección de Asuntos Extranjeros y escaló hasta ser Subdirector de la Dirección de Protección, bajo las órdenes del Almirante Wilfrido Robledo Madrid, a quien señalan como el padrino y protector de García Luna.
Luis Cárdenas Palomino, Ramón Eduardo Pequeño García, Francisco Javier Garza Palacios, Facundo Rosas Rosas, Vidal Diazleal Ochoa, Víctor Garay Cadena, Luis Manuel Becerril Mina, Armando Espinoza de Benito, Mario Velarde Martínez, Francisco Navarro Espinosa y María Cervantes Guerrero son parte de los nombres que se han relacionado o señalado como colaboradores o de trabajar como subalternos de García Luna.
Algunos de ellos fueron premiados por el propio Calderón como es el caso de Cárdenas Palomino, quien fue galardonado en dos ocasiones por el entonces Presidente. La primera ocasión fue el 19 de agosto de 2009 cuando le entregó la Medalla al Valor. Dos años después, el 2 de junio de 2011, le daría la Medalla al Mérito Policial.
Al concluir el sexenio de Felipe Calderón, varios elementos del grupo de García Luna siguieron sus carreras en el ámbito de la seguridad pública. Algunos continuaron en dependencias federales, como reconoció la actual administración al revelar en 2020 que al menos 18 elementos policiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Protección Civil (SSPC) eran cercanos al Jefe Policial del último sexenio panista, mismos que fueron cesados por este vínculo. Pero otros más se dispersaron a lo largo del país y ocuparon altos cargos como titulares de secretarías estatales o desempeñándose como jefes policiacos o asesores.
Una vez que García Luna terminó su encargo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública varios integrantes de su círculo continuaron en el Gobierno federal durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero al concluir también fueron investigados y ahora se encuentran prófugos de la justicia, como Tomás Zerón De Lucio, que se fue a la ahora extinta PGR y ahora huye tras ser acusado por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
En lo que respecta a Luis Cárdenas Palomino y Ramón Eduardo Pequeño García son los subalternos que más se les ha relacionado con García Luna y también están acusados en Estados Unidos. Los fiscales que llevaron el caso de García Luna dicen que ambos brindaron protección al Cártel de Sinaloa, como lo hizo García Luna.
Pese a todos estos señalamientos, Calderón ha dicho que no se puede poner en duda su estrategia e incluso ha señalado que un Presidente “no se entera de todo” como se lo dijo a Adela Micha en una de las pocas entrevistas que ha concedido.
“No sabes de todo lo que hacen tus funcionarios, yo lo conocí porque me lo presentaron del sexenio pasado, sabía que era reconocido por autoridades americanas”, dijo el expresidente en esa plática en abril de 2021.
García Luna ahora está a la espera de una sentencia que podría ir de los 20 años a la cadena perpetua, luego de que también autoridades americanas lograran convencer a un jurado de que el jefe policial de Calderón traicionó “su deber como Secretario de Seguridad Pública al aceptar avariciosamente millones de dólares en sobornos” del crimen organizado, como señaló el Fiscal Breon Peace de la Corte Federal Del Distrito Este de Nueva York.