El rey de la cocaína. Mi vida con Roberto Suárez Gómez y el nacimiento del primer Narcoestado. Aida Levy. DEBATE

23/01/2013 - 12:00 am

Bautizado por la prensa internacional como “el rey de la cocaína”, Roberto Suárez Gómez llegó a exportar diariamente casi dos toneladas de la droga desde sus laboratorios en la amazonia boliviana a sus socios del Cártel de Medellín, dirigido por Pablo Emilio Escobar Gaviria, a Estados Unidos, en una operación conjunta con la CIA y a Europa. Protegida por la corrupción de mandatarios de varios países, así como por militares y gobernantes bolivianos, La Corporación fue conocida como “la General Motors del narcotráfico”.

Ayda Levy, viuda de Roberto Suárez, de quien se separó al enterarse de que el acaudalado empresario, descendiente del imperio del caucho, estaba involucrado en el narcotráfico, narra en estas páginas sus vivencias y las revelaciones que el productor de la droga más pura del mundo compartió con ella. La memoria implacable de la autora va desvelando, entre otras, la financiación de golpes de estado, el involucramiento de Klaus Barbie, “el Carnicero de Lyon”, la implicación directa del “Banquero de Dios”, Roberto Calvi, la negociación de las rutas con el general Manuel Antonio Noriega y con el gobierno cubano, y el plan acordado con el coronel Oliver North para financiar a la contra nicaragüense con el producto de la venta de cocaína en Estados Unidos.

Llamado también “el Robin Hood de Bolivia” por la revista Time y fuente de inspiración para un personaje clave de la película Scarface, Suárez intentó pagar la deuda externa boliviana al tiempo que era uno de los hombres más buscados por la DEA en el mundo. Desengañado, decidió entregarse a las autoridades y, tras cumplir una breve condena, murió en libertad. Nunca se había escrito un testimonio como el de Ayda Levy, quien revela en este libro una pieza fundamental del rompecabezas del narcotráfico que jamás había sido contada.

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Ayda Levy. Tiene 76 años. Es la viuda del ex traficante de narcóticos Roberto Suárez Gómez, quien murió hace 12 años. Levy se casó en 1958 con quien entonces era un exitoso empresario ganadero. No sospechaba entonces que 20 años después su marido se convertiría en uno de los narcotraficantes más importantes de Suramérica, se asociaría con Pablo Escobar, conduciría lo que llegó a llamarse La Corporación y contribuiría a sentar las bases de un “Narcoestado”.

“Roberto fue un verdadero idealista. Creía ciegamente en la justicia social, en la erradicación de la pobreza y en el ser humano. Se inmiscuyó en el vil negocio del narco siendo rico, sin necesidad, para ayudar a su pueblo”, afirmó Levy en la presentación de este libro en Buenos Aires.

“Yo lo amé, lo respeté, y cuando descubrí su participación en la actividad del narcotráfico, lo dejé”, agregó. Pese a la separación, la pareja se mantuvo en contacto y Ayda fue registrando cada relato de su esposo, fechas, nombres y documentos, según dio cuenta la agencia EFE.

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