La mayoría de los políticos, con sus muy extrañas y singulares excepciones, suelen anteponer, por sobre todo y, ante todo, sus intereses muy personales y mezquinos. Hay algunos tan perversamente refinados, que fingen asumir la defensa de los más altos ideales, valores y principios, cuando en realidad a lo único que aspiran es a sobrevivir, navegando en las aguas turbias del cinismo, la hipocresía, la mentira y la corrupción.

Hay políticos que saben bien que el naufragio es inevitable, pero ya tienen bien calculada la capacidad de los botes salvavidas a los que se subirán para huir del desastre, sin importar cuántos se ahoguen en la travesía. Esto sucede claramente con las actuales dirigencias de PAN, PRI y PRD.

Marko Antonio Cortés Mendoza, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas y José de Jesús Zambrano Grijalva, lo único que desean es asegurar un cargo en las cámaras de senadores o de diputados, para tener nómina segura, fuero e inmunidad constitucional, presencia política y atención mediática, los próximos tres o seis años. Aunque públicamente se resistan a aceptarlo, muy íntimamente saben que la mayoría del pueblo ya los abandonó desde hace mucho tiempo, a ellos y sus partidos. Y lo más grave, la gente ya empieza a verlos con desprecio y repugnancia.

Sus partidos son el compendio mejor acabado de las expresiones más rancias y vulgares de la ambición política vinculada a las oligarquías depredadoras, nostálgicas y corruptas, que como peso muerto carga sobre sus espaldas la precandidata presidencial de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, agobiada también por sus propias fragilidades, desatinos y ocurrencias.

El problema para los tres principales partidos opositores es que cuando se profundice la certeza de que los comicios del 2024 serán paras ellos un camino sin destino glorioso, se acrecentará la migración hacia otros horizontes, como ha sucedido en los más recientes cinco años.

Los panistas buscarán ilusorio abrigo en el partido Movimiento Ciudadano, siempre dispuesto a sumar a quienes ideológicamente son muy similares, aunque sea para ellos políticamente incorrecto e inconveniente aceptarlo. Los naranjas se asumen como la expresión moderna del PAN, y los panistas, como la expresión más democrática de Movimiento Ciudadano.

Y en el caso del PRI, se acelerará la migración hacia Morena, hacia el Partido del Trabajo y hacia el Partido Verde Ecologista de México, donde esperarían recibir un poco de calor y consuelo, con alguna modesta posición en el gobierno o con alguna candidatura poco apetecida a un cargo de elección popular.

En el PRD sólo Jesús Zambrano estará obligado a quedarse hasta el final, pues alguien tiene que apagar la luz, cerrar la puerta y entregarle las llaves de sus inmuebles al Instituto Nacional Electoral, para que se encargue de liquidar los pocos bienes materiales que le quedan a ese partido político.

Entre noviembre y diciembre del 2023, la mayoría de las encuestas registraron que el apoyo en favor del Partido Acción Nacional osciló entre el 14 y el 17 por ciento. En el caso del PRI, sus registros fueron del 8 al 12 por ciento de aprobación. En el PRD apenas logró aparece una sola vez con una aprobación del 3.2 por ciento y luego, con muchos esfuerzos, se estabilizó en un 2 por ciento de aceptación. Esto significa que en los comicios del domingo 2 de junio del 2024, el PRD sufrirá en grado extremo para lograr el 3 por ciento de la votación nacional que le permita conservar su registro.

La consultora Mendoza Blanco y Asociados fue la que registró los datos más duros contra PRI, PAN y PRD. El viernes 17 de noviembre del 2023, cuando preguntó a sus encuestados cuál era su opinión sobre esos partidos, los registros negativos, entre opiniones malas y muy malas, sumaron 48 por ciento en el caso del PAN; 57 por ciento en el caso del PRI, y 45 por ciento en el caso del PRD.

En un ejercicio similar realizado por Mendoza Blanco y Asociados el lunes 11 de diciembre del 2023, las opiniones malas y muy malas en contra del PAN reflejaron un 46 por ciento; en contra del PRI, 57 por ciento y contra el PRD, 43 por ciento.

En el ejercicio de noviembre, de Mendoza Blanco y Asociados, las opiniones negativas contra Morena fueron del 17 por ciento y en diciembre bajaron tres puntos porcentuales, hasta el 14 por ciento.

Con respecto a la aceptación de los partidos políticos, el registro más demoledor lo reflejó la encuesta que Buendía y Márquez hizo para el periódico capitalino El Universal, publicada el lunes 27 de noviembre del 2023, en la que el PAN sólo tuvo un 14 por ciento de apoyo; el PRI apenas alcanzó un 8 por ciento de preferencias y el PRD un triste 2 por ciento.

Para los tres partidos opositores no hay futuro, porque la mayoría del pueblo ya los abandonó. Y en los restantes cinco meses que faltan para los comicios del domingo 2 de junio del 2024, muchos militantes de PAN, PRI, PRD buscarán nuevos horizontes en otros colores que puedan ofrecerles por lo menos la ilusión de no hundirse en el pantano al que irremediablemente les conducen sus actuales dirigencias.

Pedro Mellado Rodríguez

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Periodista que durante más de cuatro décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace casi cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad jesuita de Guadalajara.

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