Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo).- El trastorno bipolar afecta el nivel de ingresos de las personas. Al parecer, no en todos los casos de forma negativa, de acuerdo con una investigación que indagó sobre cómo esta afección influye en el comportamiento laboral.
Las personas bipolares tienen períodos de depresión y maníacos. Esta transición de un estado ánimo a otro incide en la toma de decisiones durante sus actividades diarias.
Un nuevo estudio concluyó que es posible que la incapacidad para controlar las emociones afecte a quienes tienen este trastorno, dejándolos en desventaja, pero también, en sus episodios maníacos es probable que tomen más riesgos y eso los acerque al éxito.
En colaboración, la Universidad de Stanford de Estados Unidos y la Aalborg de Dinamarca, analizaron los ingresos económicos y las prescripciones médicas de tres millones de ciudadanos daneses.
“Estos datos mostraron que los individuos que tenían mayor riesgo de tener trastorno bipolar eran más propensos a ser emprendedores, y a ser incorporados”, citó el estudio, lo que no necesariamente indica que tuvieran mejores ingresos de forma general.
Los individuos con bipolaridad ganaban en promedio 43 por ciento menos que las personas sin el trastorno. Pero, por otra parte, eran “8 por ciento más propensos” a entrar en el percentil de ingresos más alto de los ingresos de la sociedad, al estar dentro de dicha escala del uno al 100, arriba de 90.
El estudio encontró que lejos de estar en grandes compañías los bipolares tendían a tomar trabajos como ejecutivos de pequeñas firmas, o como emprendedores de sus propios negocios.
De cualquier manera este trastorno debe ser tratado por las dificultades que conlleva a quienes lo padecen para llevar una vida equilibrada.
“El principal riesgo estaría en los periodos depresivos. Hay fatiga, pensamientos de muerte o suicidas”, indicó José Luis Zambudio del departamento de psicología de la Universidad Iberoamericana.
Además, el trastorno se hace evidente en estas personas porque abarca “fuga de ideas, está hablando y luego ya no sabe de qué está hablando. Hay insomnio, y es lo que agrava el cuadro. Pasan días sin dormir. Hay un desinterés por las cosas cotidianas, pérdida de peso”.
El experto detalló que estos episodios abarcan largos periodos de tiempo, en especial, los depresivos. Llegando en ocasiones a extenderse semanas y hasta meses.
El trabajo liderado por las dos universidades también hizo hincapié en que el tratamiento de la bipolaridad con las sales de litio, que se usan como estabilizadores anímicos en fármacos psiquiátricos, inhibe el ímpetu que muestran los individuos bipolares al tomar riesgos y ser emprendedores, como también, los recupera de los estados depresivos.
Zambudio subrayó que los medicamentos no son la única línea de intervención para tratar este trastorno. Pues además se debe incorporar otros elementos como el psicológico y el familiar para tener una recuperación integral.
“Los fármacos sí son la primera línea de intervención en estos trastornos, pero no es lo único, de hecho cuando se maneja sólo farmacológicamente es peor. El uso de antidepresivos, no bien manejados, puede aumentar comportamientos suicidas, sobre todo, en serotonina. Por eso deben ser tratados por especialistas”, explicó.
Pese a que estas personas tienen una carga genética importante, comprender que su entorno juega un rol en el desarrollo del trastorno y descartar el uso de estupefacientes es importante a la hora del diagnóstico, sostuvo el experto.
“Un detonante del trastorno puede ser cualquier estresor fuerte, con mucha frecuencia, un cambio de trabajo, o un cambio de responsabilidad, que aparece con frecuencia de la adolescencia a la adultez. También, luego hay aprendizaje en la familia, pueden haber visto a los abuelos o padres deprimidos, y entonces, ellos aprenden a que eso es como un estilo de vida”, concluyó.
