Cómo, por qué, dónde y cuándo la humanidad se ha divertido, desde la Edad de Piedra hasta el presente. El libro de Mark Forsyth lo cuenta.
Ciudad de México, 22 de mayo (SinEmbargo).– Los antiguos persas debatían todos los asuntos políticos dos veces: una sobrios y otra borrachos. Los vikingos creían que la hidromiel era la fuente de la poesía. El castigo que los aztecas infligían a los borrachos era el estrangulamiento público y los londinenses del siglo XVIII estaban obligados a comprarle gin a un gato mecánico. Cada civilización ha tenido que encontrarle un lugar –o una forma de controlar– al eterno impulso humano de emborracharse.
Prácticamente todas las culturas han bebido, y donde hay bebida, hay borrachera. Pero en cada época y en cada lugar la borrachera es diferente. Puede ser religiosa, sexual, el deber de los reyes o el alivio de los súbditos. Puede ser una ofrenda a los antepasados o una forma de dar por finalizado el día de trabajo. Puede mandarte a dormir o a la batalla.
Una breve historia de la borrachera traza el rastro del romance entre la humanidad y el alcohol desde nuestros antepasados primates hasta la Prohibición, respondiendo cualquier pregunta que surja en el camino: ¿qué tomaban las personas?, ¿cuánto?, ¿quiénes?, entre todas las razones posibles, ¿por qué? En este viaje aprenderemos sobre los chamanes neolíticos, quienes bebían para comunicarse con el espíritu del mundo, nos maravillaremos con cómo los griegos se tambaleaban y los romanos hacían agua y descubriremos que los bares del lejano Oeste no eran como en las películas.
*Grupo Planeta compartió la información anterior con SinEmbargo.