Ciudad de México, 22 de mayo (SinEmbargo).–La tecnología ocupará últimamente parte de la vida de todos y preparará equipos más sofisticados para hacer algunos procesos más fáciles o divertidos.
Sin embargo, la tecnología también ayuda a aquellos necesitados, como a la tortuga Cleopatra que obtuvo un caparazón impreso gracias a la tecnología 3D.
Esta vez se trata de una tortuga boba turca que tenía un aspecto terrible, luego de que la hélice de un bote destruyera parte de su mandíbula.
Este ejemplar fue encontrado en agonía a punto de morir en el Mar Mediterráneo sin poder comer, por lo que varias personas la trasladaron al Centro de Investigación, Rescate y Rehabilitación en la Universidad de Pamukkale en Denizli, Turquía.
Sin embargo, pronto se diseñó una mandíbula de titanio que parece la mitad de una máscara estilo «Fantasma de la ópera» para la tortuga de 45 kilos que era alimentada hasta entonces con manos humanas.
La compañía turca BTech Innovation conoció el caso, nombró a la tortuga AKUT3 y escaneó el esqueleto de la tortuga. Con un programa BTech modeló y diseñó un aparato prostético que sería colocado en la parte faltante de su cara.
La empresa turca, que se dedica a hacer impresiones 3D médicas, dio como cortesía esta pieza luego de un cuidadoso proceso de realización y diseño de dos meses.
La cirugía para implementar la mandíbula tardó dos horas y media y fue llevada a cabo por cirujanos y veterinarios, ya que fue la primera operación de este tipo que se realizó.
El resultado parece favorable, ya que AKUT3 no mostró signos de rechazar la pieza, por lo que espera un futuro prometedor.
La tortuga permanece bajo observación en caso de que llegara a expulsar la mandíbula, pero por lo pronto es la orgullosa portadora de la primera mandíbula para tortuga impresa en 3D.
Cleopatra es una tortuga que en marzo recibió una pieza prostética como armazón gracias a Roger Henry, un estudiante de Tecnología de la Información en la Universidad Técnica de Colorado.
Henry pasó más de 600 horas aprendiendo a diseñar el caparazón para la tortuga rescatada, ya que el que Cleopatra tenía, presentaba un alto grado de deterioro a causa de una dieta muy pobre. El caparazón estaba tan dañado que provocaba dolor en el reptil y no le permitía interactuar con otros ejemplares de su especie, además que presentaba un alto riesgo de presentar una infección.