Spam de Navidad

21/12/2012 - 12:02 am

¿No les pasa que últimamente les llegan correos electrónicos de felicitación por las fiestas y un montón de desconocidos les mandan buenos deseos? ¿O que les venden Viagra por mail o un departamento en Angola Paradise Resort por 15 dólares la noche? ¿O los descuentos del hotel aquel en el que pasaste una luna de miel hace mil años?

En mi caso, mis amigos lo que hacen es enviar una serie de cadenas con los pormenores de las posadas. Algún tío que tiene la ocurrencia de esparcir buena vibra digital y el grupo Flexus Mindjet que constantemente me manda correos molestos. Eso sólo porque tomé un curso donde no aprendí absolutamente nada.

Tengo un problema con los correos. Lo confieso. Los contesto de manera pulcra, ordenada y sin faltas de ortografía, esto, cuando les presto atención y tengo tiempo. Si no, cualquier cosa puede suceder. O sea que puedo perder el control en mis respuestas si el asunto está en llamas, pero por lo general, me gusta ir de la A a la Z, sin saltarme temas.

Los contesto en el momento si no son de mucho reflexionar. Puede ser desde un taxi, desde la acera de cualquier calle, desde mi cama, desde la cocina, o sentada como gente normal en mi pseudo oficina.

Así que empiezo a nombrar algunas de mis obsesiones o mañas. Vamos con el destinatario y el remitente.

Estimado, no he logrado cogerle gusto a la palabra. Uno no estima a nadie de entrada, así que ¿para qué mentir?

Querido, se me hace muy del Distrito Federal. Perdonen, tengo acta de nacimiento defeña y utilizo el vocablo muy seguido en mis mails, pero se me hace curioso.

Atentamente me parece la palabra más impersonal del planeta. Odio usarla pero es la norma del manual de Carreño.

Saludines, me resulta la palabra más espantosa que alguien pueda escribir en un correo. Absténganse de este tipo de despedida y cualquiera que se le parezca.

A propósito de despedida, algunas personas te ponen Besos. Eso está bien. Pero Beso, en singular… ¿será que intentan hacer alguna conexión íntima o son muy cariñosos virtuales?

He querido utilizar la frase Siempre tuya, por cursi y romántica. Pero no se ha dado ni se dará la ocasión. Bueno, confieso que un día lo hice y no tuve respuesta.

El correo es el mejor recurso para justificar negligencia. ¿No te llegó? Es la típica. ¡Yo lo mandé ayer! Que tire la primera piedra quien no haya utilizado este argumento. De hecho conozco especialistas en el tema, y si me preguntan, lo he estudiado tan a fondo que sé que es perfectamente posible cambiarle la fecha a un correo y decir que uno ya lo mandó o modificar datos.

Intento ser concreta y decir mi objetivo lo antes posible. Es decir, no me gusta mantener relaciones epistolares por banda ancha, soy muy mala para eso. Puede que incluso suene fría, seca o grosera, cosa que jamás pretendo.

He de confesar que instauré en mi oficia un método antiguo pero eficaz, importado de los tiempos del telégrafo, cuando cada palabra tenía un costo. Para tratar el tema del  asunto del correo hay que escribir las iniciales de la persona a la que le atañe el tema, seguido de una palabra que describa la acción y por último el estatus. Por ejemplo MG- Revisar oferta- URGENTE o VITAL.

En lo personal me gusta mucho la palabra VITAL porque pone a la gente en estado de alerta, aunque nada es de vida o muerte. Mi jefe me odia por eso.

Y luego el problema es que uno no se atiene a lo que escribió como ASUNTO o SUBJECT. Si te llega un mail que dice HOLA, de pronto te puede salir una carta de tu ex de ocho páginas diciendo que siempre sí quiere todo contigo. Y tú lo abriste como un ingenuo. No importa que para entonces, el ex considere ese correo como un arrebato carnal del cual esté arrepentido.

O puede ser un poco más malicioso, incluso candente. ¿No está de moda el sexting? Pues haga de cuenta, este es el coqueteo por mail.

O las malas sorpresas. Jamás escriba un asunto delicado en el cuerpo de un correo. Será evidencia para el jurado. La palabra escrita se puede imprimir gracias a la tecnología de Hewlett Packard y agarrarnos con las manos en la masa.

Por eso no creo que los correos sean tan chidos. Siempre me gustó escribir cartas. Claro que la única destinataria era Regina mi prima. Y solo viajaban tan lejos como el recorrido Guadalajara-Querétaro. Por supuesto que el Servicio Postal Mexicano hacía muy exótico el tema, con eso de que había que persignarse un mes para que el maldito sobre llegara a su destino antes del final del año.

Aún sigo recibiendo cartas desde Cuba, o desde el lugar del mundo donde se encuentre mi hermano. No hay nada más hermoso que abrir una misiva, y nada más difícil y especial que leer o descifrar, en algunos casos, las caligrafías tan variopintas.

Sigo esperando mi carta de amor.

 

Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.

Jean Jacques Rousseau

 

@mariagpalacios

21 de diciembre de 2012

en Sinembargo al Aire

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