Saúl «Canelo» Álvarez supera su prueba de fuego y se corona como campeón de peso medio del CMB tras vencer a Miguel Cotto esta noche en Las Vegas, Nevada.
Ciudad de México, 22 de noviembre (SinEmbargo).- A 40 días de que el año concluya muchos aficionados al boxeo buscaban en la noche de este sábado una promesa que se cumpliera. Atrás quedaban las decepciones protagonizadas por Mayweather, el público solicitaba de manera urgente el duelo que le diera sentido al 2015. La pelea del año.
Con esta consigna millones de televidentes en todo el mundo y miles de asistentes al Mandalay Bay Events Center en Las Vegas, Nevada, centraron sus ojos en el puertorriqueño Miguel Cotto y el mexicano Saúl «Canelo» Álvarez que se enfrentarían para disputar el título medio del consejo Mundial de Boxeo (CMB)
Iba a la mitad la pelea entre Ronny Ríos y Jayson Vélez, cuando los protagonistas de la pelea estelar arribaron al recinto. La simpatía de los asistentes se dejó ver cargada al lado de Álvarez, en una réplica de la ceremonia de pesaje, un día anterior, en donde abuchearon a Cotto.
.@RealMiguelCotto has arrived at @MandalayBay for tonight's main event.
#CottoCanelo
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— HBOboxing (@HBOboxing) noviembre 22, 2015
El duelo de la división pluma que ponía en juego el cinto Plata del CMB siguió su curso, pero los espectadores ya se frotaban las manos por el espectáculo que unos minutos más daría inicio. «El Rey» en la voz de Vicente Fernández se dejaba oír en el sonido local. Los golpes entre Vélez y Ríos ya no hacían eco entre las tribunas semivacías que abundaban al inicio de su duelo. Ahora un rumor extenso se apoderaba del lugar.
Después de 10 asaltos Ríos fue declarado ganador por los jueces. Vélez, el derrotado, ostentaba un sombrero de charro y un mexico-americano levantaba las manos victorioso. Para todo aquel que confiara y creyera en la señales, este era un buen presagio inicial.
Dos peleas y tres canciones de Yandel después, todo estaba listo. Por fin.
¿LA ETERNA PROMESA? NO
Volvía a escucharse el mariachi en el sonido local. «México lindo y querido» fue la elección del jalisciense antes de subir al ring. Los gritos de aliento que Álvarez recibía contrastaban con los abucheos que el público lanzaba contra Cotto. La mayoría mexicana quedaba clara en los asientos.
Los primeros dos asaltos vieron a dos contendientes reservados que se medían poco a poco. «Canelo» buscaba a Cotto por los costados con cruzados y el boricua se movía constantemente, manteniendo distancia con jabs.
Para el tercero se veían más sueltos. Los rounds iniciales sirvieron para dejar la tensión a un lado. No obstante, la pelea caería en un bache de ritmo que se prolongaría tres episodios más.
Para el sexto round Cotto comenzó a encarar producto del cansancio. Ya no podía seguir con tanta movilidad como al inicio. Aún así, ambos frenaron. Se medían de nuevo. El baile se volvió lento y así siguió el séptimo episodio en la misma tónica.
El octavo asalto presentó a un Cotto cansado, con la boca abierta. Por su parte, Álvarez se miraba más confiado, sus ganchos y, sobre todo su izquierda, comenzaban a imponerse. El noveno round se mantuvo similar. El daño que hacía «Canelo» se apreciaba ya y Cotto trataba de alejarse de nuevo y volver a la danza lateral. Para el décimo asalto ya era más probable la caída del isleño y en la tribuna el «Cielito lindo» comenzaba a escucharse.
En los rounds de campeonato Cotto se miró acorralado. Álvarez lo persiguió y el boricua correspondió con algunos golpes certeros al rostro. El gancho de «Canelo» no llegaba y eso lo ponía en riesgo. Todo podía perderse en cuestión de segundos.
El final llegó y las dudas se incrementaban. ¿Seguiría la pelea táctica o irían a arriesgarlo todo? «Canelo» empezó a castigar con ganchos de izquierda. No quería dejar nada a los jueces. No obstante, la defensa de Cotto se quitaba la mayoría de los ataques. «Canelo» lo tenía ganado de manera extraoficial. Mientras tanto, ante la tempestad, y buscando terminar la contienda de la manera más honrosa posible, Cotto decidió correr y salvar su pellejo en los últimos segundos.
Al final no hubo vuelta de hoja. Saúl Álvarez ganó el titulo por decisión unánime. Las palabras de «Canelo» fueron claras: admiración para Cotto. No obstante, también lanzó una advertencia: «comienza mi era… La era del ‘Canelo’ es la mejor».