Del “Rápido y Furioso” al “Discreto y Considerado”

21/10/2011 - 12:02 am

Para Miguel Angel Granados Chapa (In Memoriam)

Ámpula levantó una de las respuestas que el presidente Felipe Calderón diera a un periódico extranjero.

Durante una entrevista con el diario The New York Times, Calderón sostuvo que “en la vieja cultura política siempre se pensó o se asumió que podía haber arreglos con los criminales. Y ese fue un gran error que estamos pagando carísimo. ¿Por qué razón? En la vieja cultura política, el viejo régimen político que derrotamos, la corrupción y la complicidad es el gran lubricante del status quo. Un criminal podría decirle a una autoridad, un alcalde, por ejemplo, tú no te metes conmigo, y no me meto contigo, y todos felices, y además aquí está el dinero para tu campaña”.

Uff.. Sin duda, una grave presunción de que así ha sido la política en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y una fuerte declaración donde a la fecha no hemos terminado con la corrupción o con la complicidad como lubricante del status quo.

Las reacciones, por supuesto, no han dejado de ir y venir. El PRI ya formalizó su reclamo ante el Instituto Federal Electoral por las declaraciones de Calderón, a quien acusan de querer afectar las preferencias electorales hacia Enrique Peña Nieto en la carrera presidencial del 2012.

Ante la ola de reacciones, la Presidencia de la República emitió un comunicado precisando que la referencia era directa hacia el priísta Sócrates Rizzo, quien en algún momento habría dicho: “Nosotros(los priístas) nos arreglábamos con los criminales y no pasaba nada”.

El escándalo ha sido tal que The New York Times publicó íntegra en su versión digital la transcripción de la entrevista en español.

De un lado y de otro ha habido comentarios, sin embargo, nadie habla de otros temas a los que hizo referencia Calderón y que tienen que ver con la llamada guerra contra el narcotráfico y con la relación bilateral con Estados Unidos.

Durante la misma entrevista, el mandatario mexicano, al consultársele sobre cuándo y cómo se enteró de la operación “Rápido y Furioso”, contestó al periodista: “Yo creo que me enteré en la prensa.  Precisamente yo acababa de visitar al presidente Obama y revisando las consecuencias, las repercusiones de la prensa de mi viaje a Estados Unidos, apareció entonces. Yo no me acuerdo quién denunció la operación “Rápido y Furioso”. Por supuesto que me molestó mucho porque creo que si ya lo sabían me lo hubieran comentado personalmente”.

Y añadió: “Yo no quiero caer en la trampa de todo lo que se hace para cuestionar a la administración Obama por “Rápido y Furioso” pues en realidad es una estrategia para fortalecer a la industria armamentista y no para debilitarla. Es una estrategia para neutralizar y debilitar a la agencia de armas y no para fortalecerla. Yo no me voy a prestar al juego de que, ahora que finalmente las agencias del gobierno de los Estados Unidos se están preocupando más por colaborar con nosotros para frenar el flujo de armas, yo me presté al juego de golpearlos desde acá”.

A insistencia del periodista sobre si no habría sido un insulto que no se le avisara del tema, el mismo Calderón establece en su respuesta: “No, la verdad no me molesta. Pero yo entiendo que son problemas muy difíciles de manejar en política interna e insisto, si yo muerdo el anzuelo y me lanzo contra el presidente Obama en contra de la ATF pues lo único que hago es debilitar aliados que sé que son verdaderos y caer en una estrategia de quienes sé que son elementos muy dañinos para México, como son los vendedores de armas”.

¿Qué? ¿Cómo dijo? ¿Qué no quiere entrar en el juego para no debilitar a una agencia federal en Estados Unidos? En primera, no creo que podamos realmente debilitarla, lo que sí pienso es que un reclamo formal marca nuestra dignidad como mexicanos y como nación independiente haciéndoles saber que no vamos a permitir que utilicen nuestro país como campo de batalla a sus intereses, sean los de la venta de armas o la geopolítica, pues entre otras cosas, también en fechas recientes, hemos aceptado el adjetivo de terroristas e insurgentes en la arena del narcotráfico. Si ya fueron por Saddam Hussein, por Osama bin Laden y Muamar Gadaffi, pues ya solo queda entrar a México para buscar al “Chapo” como integrante del Eje del Mal.

Resulta que el gobierno mexicano no sólo no estaba enterado, nadie le dijo nada y además piensa que de buena fe si algo supieran le habrían dicho. Y además, ahora resulta que nosotros, en pleno derecho como mexicanos que nos hemos visto afectados por una mala decisión de un gobierno extranjero (en este caso Estados Unidos) no podemos decir nada para no afectar los intereses de Obama y de su lucha electoral o de los intereses de la Asociación Nacional del Rifle.

Con todo respeto pero me parece que una cuestión es caer en el juego y otra muy diferente hacer un reclamo sobre lo que ocurre en nuestro propio territorio. Cuando el gobierno es el garante de la seguridad nacional, no podemos permitir el trasiego de más de 2 mil armas en nuestro país armando cárteles que matan a nuestros conciudadanos. La cifra asciende extraoficialmente a 50 mil personas y ante esta situación no podemos callarnos.

Si tenemos un acuerdo bilateral como la Iniciativa Mérida para combatir el narcotráfico, ¿por qué ese silencio o miedo a reclamar? ¿Es que acaso sí se sabía de antemano y es una responsabilidad compartida? ¿Todos se enteraron por la prensa?

La operación “Rápido y Furioso” no fue un solo error.

Nevertheless in Gringoland, el pasado martes 18 de octubre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, señaló que los responsables del fallido operativo “Rápido y Furioso”, demostraron “mal juicio” al permitir el flujo ilegal de armas a México entre 2009 y 2010, por lo que “rendirán cuentas”.

“La gente que metió la pata rendirá cuentas”, dijo Obama en una entrevista con la cadena televisiva ABC. El mandatario explicó que la meta de Estados Unidos siempre ha sido “decir que tenemos responsabilidad no sólo de parar el flujo de drogas hacia el norte sino también la responsabilidad de asegurarnos de que no estamos ayudando a armar o financiar a estos carteles de la droga en México”.

Desde marzo de este año sabemos por la prensa, por la guerra de declaraciones en Estados Unidos y en México sobre la operación “Rápido y Furioso”. Con el tiempo, sabemos que no fue el único operativo y pareciera ser una práctica común.

Hace tres años había ya operativos similares como el de “Receptor Abierto” en Tucson, Arizona, realizado en el 2008, en el cual los vendedores ofrecían un mayor número de armas mientras la agencia federal grababa y escuchaba las transacciones.

Sin embargo, a estas alturas, Janet Napolitano, la encargada de la seguridad en Estados Unidos, al igual que Eric Holder, secretario de Justicia de ese país continúan rechazando haber estado al tanto del operativo. Todo a sus espaldas.

En su momento, Francisco Blake declaraba no saber nada del operativo. Si nadie sabía, ¿quién toma decisiones en la lucha contra el narcotráfico?

Y si uno o varios grupos parecieran estar armando cárteles de manera velada bajo la idea de que se lucha contra ellos, es tema a tratarse dentro de la estrategia bilateral y hacer los reclamos formales. Se vale cuestionar y cuando de seguridad nacional se trata, se debe actuar rápido y furioso, pero no se puede pasar por discreto y considerado.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.
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