Ximena Antillón Najlis, Investigadora del Programa de Derechos Humanos de Fundar, determinó en un peritaje de impacto psicosocial que Lesvy “no tuvo tiempo de dimensionar la violencia que enfrentaba para salvarse”, para llegar a dicha conclusión se basó en testimonios de amigos de la estudiante sobre las agresiones de Jorge, su pareja.
La prueba forma parte de las que presentaron hoy las abogadas de Lesvy. Luego de nueve días de audiencias, el Juez José Juan Pérez determinó que el próximo 26 de septiembre la defensa legal de Jorge Luis “N” presentará las suyas.
Ciudad de México, 20 de septiembre (SinEmbargo).- El feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio causó “un efecto pedagógico de miedo en las mujeres”, particularmente las de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mientras que la forma como fue encontrado su cuerpo, en un espacio público y con lesiones, dio un mensaje de “basurización de la vida” de las mujeres, esto expuso un peritaje socioantropológico, uno psicosocial y otro sociocultural presentados hoy en el juicio contra Jorge Luis “N”, el sospechoso del crimen.
De igual forma los estudios concluyeron que al ser asfixiada con el cable de un teléfono público en un lugar al que cualquier persona puede ingresar envió el mensaje simbólico de que no sólo su voz fue silenciada.
El 3 de mayo de 2017 el cuerpo sin vida de la joven de 22 años fue hallado frente a una cabina telefónica del Instituto de Ingeniería de la UNAM. El dictamen en arquitectura forense del arquitecto Sergio Beltrán García explicó que el lugar donde fue asesinada es un espacio público, pues todos tienen acceso gratuito a él, además de que al pertenecer a la UNAM es de propiedad estatal y desde junio de 2007 la Unesco nombró al campus de universitario patrimonio de la humanidad.
Para la doctora en Ciencias Políticas y Sociales Erika Liliana López López, quien presentó un peritaje socioantropológico, el abandonar el cuerpo de Lesvy en un lugar público provocó la “ruptura de un espacio pre asumido como seguro” pues se trata de un recinto escolar, a ello, se suma que el cuerpo de la joven de 22 años fue dejado “como un objeto, es decir, la redujo a objeto” en el lugar de los hechos y dio un mensaje de “basurización de la vida” de las mujeres.
La Integrante del Grupo de Investigación en Antropología Social y Forense argumentó que la asfixia de Lesvy tuvo también “un significado potente” porque la garganta, a través de la voz, es el canal por el que las víctimas de violencia piden ayuda. Para la doctora López López el objeto con el que fue asesinada -un cable de teléfono público- de igual forma envía un mensaje fuerte, pues su principal uso es el comunicar.
La investigadora expuso que Jorge Luis “N”, el presunto feminicida de Lesvy, convivía de manera frecuente en la UNAM porque trabajó ahí y acudía para socializar, lo que le daba un mayor conocimiento del lugar y cierta ventaja en caso de que hubiese planeado cometer el crimen.
La especialista incluso alertó que “existen condiciones propicias para la repetición” de un caso como este ante el mal tratamiento que las instituciones dieron.
Ximena Antillón Najlis, Investigadora del Programa de Derechos Humanos de Fundar, determinó en un peritaje de impacto psicosocial que Lesvy “no tuvo tiempo de dimensionar la violencia que enfrentaba para salvarse”, para llegar a dicha conclusión se basó en testimonios de amigos de la estudiante sobre las agresiones de Jorge, su pareja.
La maestra en psicología que ha hecho peritajes para casos como el de Ayotzinapa y la tortura sexual a las mujeres de Atenco explicó que el asesinato de Lesvy puede entenderse como feminicidio toda vez que previo al crimen su pareja sentimental ejerció una serie de violencias (psicológica, económica y física) contra ella, una causal para investigar el delito.
Explicó que Lesvy tenía el síndrome de indefensión aprendida, pues creía que no podía romper con el ciclo de violencia en su relación y eso la hacía sentirse más indefensa. También defendió que Lesvy “no tenía una personalidad suicida”, por lo que “no es consistente con la hipótesis del suicidio” que planteó la Procuraduría capitalina del entonces Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera.
Esta tarde, un peritaje de reconstrucción de hechos elaborado por la maestra en Ciencias Penales y Criminalística Adriana Rubio demostró cómo habría sido asesinada Lesvy. La joven se acercó a la cabina telefónica del campus central de la UNAM donde Jorge la esperaba. Ahí, cuando ambos estuvieron frente a frente, él tomó el cable del teléfono, lo pasó por detrás del cuello de la joven, lo enredó y después ejerció presión hasta asfixiarla.
Una entrevista de la trabajadora social Andrea Díaz a Jorge Luis “N” en el Reclusorio Varonil Oriente expuso factores sociales que permitirían entender la actitud violenta del hombre, pues de acuerdo con los datos proporcionados por el imputado, venía de una familia disfuncional y presentó problemas de adicción desde que era menor de edad. Este consumo de sustancias sumado a la naturalización de la violencia pudo haber sido un factor de riesgo para Lesvy, quien fue constantemente violentada por él, explicó en un peritaje sociocultural la coordinadora del Observatorio Nacional del Feminicidio María de la Luz Estrada.
Las pruebas presentadas hoy en la sala 1 del Tribunal Superior de Justicia capitalino ubicado en el Reclusorio Varonil Oriente forman parte de la estrategia legal de la familia de Lesvy, luego de nueve días de audiencias, el Juez José Juan Pérez determinó que el próximo 26 de septiembre los abogados de oficio de Jorge Luis “N” presentarán las suyas.