Martín Moreno-Durán
21/06/2023 - 12:03 am
Caso Stanley: la grave contradicción de Bezares
“¿Por qué aquella Procuraduría de Justicia del DF, a cargo de Samuel del Villar, no exploró y ahondó en esta flagrante, abierta y grave contradicción de Mario Bezares?”
+ Paco y Amado Carrillo
+ Bohemia, mujeres, poesía…
Ante un Jacobo Zabludovsky punzante, micrófono en mano, siempre reportero, Mario Bezares declaró, textual, horas después de la ejecución de Francisco “Paco” Stanley:
“Es que yo vi a un fulano que venía con una escuadra y le empezó a tirar directamente a la camioneta y yo todavía le dije a su chofer: ¡Pélate, pélate, vete! ¡Vámonos!, y fue cuando se arrancó, pero ya le habían pegado a Paco. Ya le habían tirado a Paco…”. (Declaración extraída de parte de la entrevista en video en poder de esta columna).
Aún más:
Bezares – quien en todo momento ha sostenido no haber visto “nada” y que siempre se quedó en el baño del Charco de las Ranas durante el crimen de Stanley-, le dijo a Jacobo, durante la misma entrevista, lo siguiente: “(La camioneta) nunca se movió, hasta que al final avanzó doscientos metros, pero ya le habían pegado a Paco…”.
Una y otra vez, una tras otra, ante Jacobo, en charla con Yordy Rosado y ante quien quiera escucharlo, Mario Bezares ha insistido en que se quedó en el baño del restaurante…“y en el momento en el que salí del baño, empecé a oír los disparos. Yo no vi absolutamente nada. No lo sé…”.
Entonces después de la balacera, ¿usted se acercó a la camioneta negra?-, le preguntó Jacobo.
“No. Nunca llegué a la camioneta. Ya no me dejaron salir del restaurante. Ya no lo volví a ver. Ya no supe nada de él…”.
¿Quiénes no lo dejaron?
“Los meseros del lugar. Me dijeron: Ya no salga, señor Bezares. Ya no salga, por favor…”, responde Bezares.
¿Usted no vio el cuerpo de Paco?, insiste Jacobo.
“No. Ya no supe nada…”.
¿Después se enteró que lo habían matado?, machucó el periodista.
“Sí, exactamente…”, respondió Bezares. Mayito, como le decía Stanley.
Hasta aquí, extractos de esa reveladora entrevista.
Entonces, surgen las preguntas obligadas:
Si Bezares – como lo ha sostenido, hasta la fecha, siempre estuvo en el baño y no lo dejaron salir del lugar-, entonces luego…
¿Por qué afirmó de entrada ante Zabludovsky haber visto “a un fulano que venía con una escuadra y le empezó a tirar directamente a la camioneta”? Para eso, debió haber estado fuera del restaurante y no dentro del baño.
¿Por qué si asegura no haber visto el cuerpo inerme de su jefe y no saber nada, declaró ante el micrófono de Jacobo que la camioneta “nunca se movió hasta que al final avanzó doscientos metros pero ya le habían pegado a Paco…? Para saber que “ya le habían pegado a Paco”, forzosamente necesitaba haber estado afuera del Charco de las Ranas, y no dentro del baño en todo momento, como asegura hasta hoy.
¿Por qué aquella Procuraduría de Justicia del DF, a cargo de Samuel del Villar, no exploró y ahondó en esta flagrante, abierta y grave contradicción de Mario Bezares, y prefirió fabricar declaraciones con testigos falsos, como es el caso de “El Cocinero” o “El Flama”, que finalmente reconoció que todo había sido un invento?
Vamos. Ni siquiera el documental “El Show. Crónica de un Asesinato”, que aborda a fondo el caso Stanley, presenta este enfoque contradictorio de Bezares. No lo tomó en cuenta.
*****
El documental “El Show”, dirigido por el periodista Diego Enrique Osorno – un trabajo profesional, valioso, sin duda-, destaca por sus entrevistas reveladoras y aunque casi toda la información ya era pública o se conocía de alguna manera, aporta una información de peso, tan importante como impactante, que bien vale el documental:
Tanto Pepe Cabello (productor y amigo de Pacto Stanley) como Benito Castro (director musical y amigo de Paco), confirman en el documental, por separado, la relación personal y de negocios que Stanley tenía con Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”. Ambos narran, con detalles abundantes, el aparente financiamiento de Carrillo Fuentes para operar la Productora Musical ST Producciones que encabezaba Stanley – un inmueble lujoso enclavado en la colonia Roma-, y ofrecen relatos sobre una reunión en la que ellos vieron al narcotraficante en la oficina de Paco. Estas declaraciones confirmarían ese vínculo de Stanley con el jefe del Cártel de Juárez.
Confirmado este vínculo, entonces toma fuerza una versión que no suena descabellada y sí tiene cierta lógica que también ha sido línea de investigación:
Al fallecer (oficialmente) El Señor de los Cielos, los herederos o socios de Amado habrían exigido a Paco Stanley les regresara aquella propiedad e inversión, Stanley se negó, los mandó a la porra, y en venganza, lo mandaron matar.
*****
Paco Stanley era un hombre culto. Generoso. Simpático. Declamador sin par. Amante de las mujeres y de la poesía.
Reportero de información general a los 23 años de edad en el leído diario “Ovaciones”, llegué al Bar Diana, sobre la calle de Praga, en la Zona Rosa. El bar se ubicaba justo en el sótano de la Asociación de Locutores de México presidida por Stanley, hábil para hacer negocios. Iba acompañado de otro reportero recién fallecido. Sus iniciales: Xavier Méndez Camacho.
Xavier me presentó a Paco, de buen humor esa noche – rara vez llegaba allí, pero esa ocasión lo hizo-, y comenzamos a hablar de personajes, de libros, de periodismo, de poesía, acompañados de güiskys, rodeados por mujeres. Bohemia. Risas. Miradas. Mary. Belleza.
“Me gusta mucho ´Por qué me quité del vicio´, de Rivas Larrauri, desde la secundaria…”, le comenté a Paco Stanley, quien me observaba un tanto divertido tal vez por mi juventud, por mi edad temprana dentro del periodismo, por mi curiosidad cuasi juvenil. Entonces levantó la mano izquierda para callar al trío, se abrió un silencio, y de manera impecable, soberbia, comenzó a declamar con su voz de barítono, completa, de corrido, sin vacilaciones:
“No es por hacerles desaigre, es que ya no soy del vicio…”.
Ese también era Francisco Stanley Albaitero.
*****
A 24 años de su asesinato, tal vez jamás sepamos, con precisión, quién ordenó la ejecución de Paco Stanley, quiénes fueron los asesinos materiales y las razones reales de uno de los crímenes más impactantes en México.
Paco Stanley. “No cómo otros, ¿mmm…?
Su simpatía y ángel natural.
Sus relaciones peligrosas.
Su vida intensa, así la quiso vivir.
TW @_martinmoreno
FB / Martín Moreno-Durán
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