Organizaciones de la sociedad civil alertaron sobre la posible injerencia de la industria tabacalera en la Cámara de Diputados para regular productos nocivos. De acuerdo con Javier Zúñiga Ramiro, de la Fundación InterAmericana del Corazón México, y Juan Zinser Sierra, del Consejo Mexicano contra el Tabaquismo, el representante de Phillip Morris fue convocado al “foro sobre el cigarro electrónico y la regulación de nuevos productos”.
La Organización Mundial de la Salud recomienda, en el caso del tabaco, aumentar a un 75 por ciento el impuesto sobre el precio final. Actualmente en México es de 35 centavos, pero debería ser de un peso con 25 centavos.
El número de fumadores en México aumentó a 17 millones en 2016 y la venta de cajetillas alcanzó los 2.6 millones, siendo la población más joven del país la de mayor consumo, según datos del INER.
Ciudad de México, 21 de marzo (SinEmbargo).– Organizaciones de la sociedad civil alertaron sobre la posible interferencia de la industria tabacalera en la Cámara de Diputados para regular productos nocivos.
De acuerdo con Javier Zúñiga Ramiro, de la Fundación InterAmericana del Corazón México (FIC México), y Juan Zinser Sierra, del Consejo Mexicano contra el Tabaquismo, el representante de Phillip Morris fue convocado al “foro sobre el cigarro electrónico y la regulación de nuevos productos”, que organiza el Congreso de la Unión.
Además advirtieron sobre los graves riesgos que provocan tales productos, principalmente al acercar a niñas, niños y jóvenes al consumo de nicotina y al tabaquismo.
Javier Zúñiga advirtió que la participación de un representante de Philip Morris en el foro, convocado por el Diputado Jorge Álvarez Maynez, del Partido Movimiento Ciudadano (MC), viola el artículo 5.3 del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), el cual establece que quienes ratifiquen este tratado internacional, como lo es el caso de México, “actuarán de una manera que proteja las políticas de salud pública en contra de los intereses comerciales creados por la industria tabacalera”.
En este caso, dijo Zúñiga, la participación de un miembro de la industria en un foro como la Cámara de Diputados tiene dos consecuencias.
“La primera, se generan interacciones innecesarias entre miembros de la industria tabacalera y los tomadores de decisión, lo cual representa un fuerte conflicto de interés. Y la segunda, se le permite a la industria un espacio dentro de un debate en el que únicamente deberían de participar la comunidad científica y tomadores de decisión”.
Zúñiga Ramiro recordó que la interacción de la industria tabacalera con el Gobierno es preocupante y citó dos ejemplos en los que la falta de transparencia ha generado fuertes dudas.
Uno fue por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios. México (Cofepris), quienes declararon, vía acceso a la información, que se habían reunido con Philip Morris en 2017, pero clasificaron la información como reservada.
El otro, es de la autoridad tributaria, quienes han clasificado como reservada todas las reuniones y lo que sucedió en ellas, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la industria tabacalera, respecto al tema de los códigos de seguridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, en el caso del tabaco, aumentar a un 75 por ciento el impuesto sobre el precio final. Actualmente, el impuesto en México es de 35 centavos por cigarro y, en apego a las recomendaciones de las recomendaciones del organismo internacional, debería pasar a 1.25 centavos.
La advertencia sobre la intromisión de la industria tabacalera en el recinto legislativo mexicano para vender un producto nocivo se dio también en otros países de América Latina, por lo que más de 40 organizaciones acordaron emitir una declaración conjunta sobre los nuevos productos de tabaco, con el fin de orientar a los gobiernos de la región para que adopten regulaciones eficaces que protejan la salud de la población.
Esta iniciativa surgió en el marco de la 17 Conferencia Mundial “Tabaco o Salud”, celebrada en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, del 6 al 8 de marzo.
Por su parte, Juan Zinser Sierra advirtió sobre los daños que producen estos productos. “Puede ser que estos diferentes sistemas y dispositivos para administrar nicotina contribuyan a que los fumadores los sustituyan por el tabaco convencional, sin embargo, no hay que olvidar que representan un riesgo grande para quienes no fuman”.
En México, luego de la implementación de la Ley General para el Control de Tabaco (LGCT), en mayo de 2008, el número de fumadores aumentó a 17 millones. Datos del Instituto Nacional de Enfermedades de Respiratorias (INER) arrojaron que en 2016 la venta de cigarros alcanzó las 2.6 millones de cajetillas, siendo la población más joven del país la de mayor consumo.