El Presidente Joe Biden terminó con la “educación patriótica” que intentó impulsar el Gobierno de Donald Trump mediante un reporte que provocó burlas y acusaciones de propaganda política entre los historiadores; esta propuesta habría sido una forma de ganar apoyos entre los votantes blancos.
Por Collin Binkley
Washington, Estados Unidos, 21 de enero (AP).- El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retiró un reporte reciente del Gobierno de Donald Trump que pretendía fomentar la “educación patriótica” en las escuelas, pero que provocó burlas y acusaciones de propaganda política entre los historiadores.
En un decreto firmado el miércoles en su primer día en el cargo, Biden disolvió la Comisión 1776 formada por el Gobierno anterior y retiró un reporte que había publicado el lunes. Trump formó el grupo en septiembre para ganar apoyos entre los votantes blancos y como respuesta al “Proyecto 1619” del New York Times, que señala a las consecuencias duraderas de la esclavitud en Estados Unidos.
En su reporte, que Trump confiaba en que se utilizara en clases de todo el país, la comisión glorifica a los fundadores del país, minimiza el papel de Estados Unidos en la esclavitud, condena el auge de la política progresista y alega que el movimiento de los derechos civiles se alejó de los “ideales elevados” que defendían los Padres Fundadores.
El comité, que no incluía ningún historiador profesional de Estados Unidos, se quejaba de las “ideologías falsas y de moda” que muestran la historia del país como una de “opresión y victimismo”. En su lugar, pedía esfuerzos renovados para fomentar “un amor valiente y sincero por nuestro país”.
El texto fue rechazado de forma generalizada por los historiadores, que dijeron que pintaba una imagen falsa y desactualizada de la historia estadounidense, ignorando décadas de investigaciones.
Miembros del Gobierno de Trump presentaron el documento como una “crónica definitiva de la fundación de Estados Unidos”, pero los académicos señalaron que ignoraba las normas más básicas de los textos académicos. Por ejemplo, no incluía citas ni una lista de bibliografía.
En su decreto para disolver la comisión, Biden dijo que “pretendía borrar la historia de injusticia racial en Estados Unidos”.
Los autores del documento alegaban también que el movimiento de los derechos civiles se había distorsionado para impulsar programas que fomentaban la desigualdad y el “privilegio de grupo”, quejándose por ejemplo de la discriminación positiva y otras formas de “trato preferencial”.
Ibram X. Kendi, académico e historiador de racismo en la Universidad de Boston, describió el reporte como “la última gran mentira de un Gobierno de Trump de grandes mentiras”.
Otros académicos señalaron a las omisiones del texto. El reporte no incluía nada sobre la historia indígena estadounidense, y su única referencia a los indígenas era un término peyorativo citado de la Declaración de Independencia.
James Grossman, director ejecutivo de la Asociación Histórica Estadounidense, dijo que el reporte pretendía desacreditar políticas públicas derivadas de reformas progresistas. Expresó su preocupación porque, pese a que la comisión hubiera sido disuelta, su reporte pudiera terminar en algunas aulas.
“Los historiadores deben estar atentos a las conversaciones sobre currículo a nivel estatal y local”, dijo Grossman. “Las tonterías de ese reporte se utilizarán para legitimar tonterías similares”.