Author image

Darío Ramírez

20/11/2014 - 12:00 am

El enojo presidencial

El presidente está enojado y no debería de estarlo. Cuando el Jefe de Estado se enoja se auguran malas cosas. Es un mal negocio. La pregunta es: ¿Por qué está enojado el Presidente? Puede ser porque las cosas no le salen y gobernar es más difícil de lo que había avizorado. Puede ser porque la […]

El presidente está enojado y no debería de estarlo. Cuando el Jefe de Estado se enoja se auguran malas cosas. Es un mal negocio. La pregunta es: ¿Por qué está enojado el Presidente? Puede ser porque las cosas no le salen y gobernar es más difícil de lo que había avizorado. Puede ser porque la impunidad y corrupción del país le molesta a millones de mexicanos y no lo dejan gobernar en paz. También puede ser que esté enojado porque el año 2014 es el año con mayor número de desapariciones en la historia del país: 5,098 víctimas. Sé que no está enojado por la desaparición forzada de 43 Normalistas de Ayotzinapa o porque el Estado de México, se ha convertido en la cuna de los feminicidios.

El Presidente está enojado porque se le descubrió una casa valuada en 7 millones de dólares la cual evidencia serios problemas de conflicto de interés con un contratista beneficiado por el mismo Peña. Me desisto de argumentar si la casa es de la señora Rivera o no, no vale la pena. Un apunte interesante es analizar cómo está comunicando el Presidente sobre la Casa Blanca. Primero el vocero sale mal y tarde señalando que la casa era de la Señora Rivera. Sin contestar nada del conflicto de interés. Luego Peña dice que contestará su esposa (supongo que porque está a su nombre). Su esposa contesta en un video diciendo: “es mi casa”. Otra vez, sin hablar sobre el conflicto de interés y aparente corrupción. Pero en este affair no sólo comunica el presidente, también los periódicos.

Imaginen a el New York Times, L.A Times, Washington Post y USAToday con la misma nota y misma línea editorial en primera plana. Algo que parece irreal, aquí en México estamos cada día más acostumbrados. Ayer las primeras planas eran iguales: los dichos de Angélica Rivera y su decisión de vender su archimillonaria mansión. Ningún cuestionamiento por parte de la prensa, simplemente reducidos a vocerías presidenciales.

El periodismo es una actividad de interés público, eso invocan los clásicos. Tomando esto como cierto, Artículo 19 realizó un ejercicio de análisis periodístico de dos hechos: la cobertura de la Casa Blanca y de los incidentes en la puerta de Palacio Nacional, realizada por Reforma, El Universal, Milenio, La Jornada y Excélsior.

Sobre los incidentes en Palacio Nacional. Del 8 al 18 de noviembre 2014 en total hubo 73 notas publicadas en los diarios citados divididos así: El Universal 36%, Reforma 23%, Excélsior 16%, Milenio 15% y La Jornada 10%. Así mismo, durante 10 días desde que se publicó la investigación en Aristegui Noticias, se publicaron 27 notas en total en los diarios en estudio, 43% en La Jornada, 33% en Reforma, 10% en El Universal, 7% en Excélsior y 7% en Milenio.

 

Quien más cubrió los incidentes fue claramente El Universal, quien en 4 días publicó 26 notas, las principales fuentes para hacer su cobertura 69% de la información está basada en dichos de autoridad, 12% en ONGs y 4% en lo dicho por Peña Nieto. La Jornada publicó en 5 días 7 notas y sus fuentes se dividen 71% dichos de autoridad, 14% voces ciudadanas y 14% empresarios.

Los mismos diarios, La Jornada y El Universal, en lo que respecta a su cobertura sobre la Casa Blanca están como sigue: El Universal le dedicó solamente dos días de cobertura dónde publicó 3 notas. Las fuentes de éstas fueron: 33% basadas en los dichos de Angélica Rivera y 67% basadas en Presidencia. No se reportó otra fuente periodística. La Jornada en 6 días de cobertura publicó 11 notas, sus fuentes son: 44% dichos de actores políticos, 32% Presidencia, 8% Angélica Rivera, 8% autoridades y 8% basado en el reportaje original.

Milenio realizó sobre los incidentes en Palacio Nacional una cobertura de 4 días y publicó 11 notas, las fuentes periodísticas en su totalidad (100%) fueron dichos de autoridad. Por su parte, Excélsior realizó una cobertura de 5 días y 12 notas, sus fuentes se dividieron 92% dichos de autoridad y 2% declaraciones de Peña Nieto.

Sobre la cobertura de la Casa Blanca de ambos periódicos es idéntica. En dos días únicamente de cobertura publicaron dos notas. En ambos casos las fuentes son las siguientes: 50% Angélica Rivera y 50% dichos de autoridad.

El diario Reforma cubrió los incidentes en Palacio Nacional de la siguiente manera, en siete días realizó 17 notas, las fuentes principales de éstas se dividieron así: 53% dichos de autoridad, 41% voces ciudadanas y 6% empresarios. Sobre el segundo tema, la Casa Blanca, Reforma realizó una cobertura de 4 días y 9 notas, sus fuentes fueron: 45% dichos de Presidencia, 25% reportaje original, 10% investigación propia, 10% Angélica Rivera y 10% actores políticos.

 

 

 

El Presidente – por su ira- cometió un grave error que fue señalar que “hay un afán desestabilizador en el país”. El mensaje fue reproducido fielmente en las primeras planas. La advertencia presidencial es de suma gravedad. El Presidente acusó sin pruebas ni mayor información. La prensa no le pidió mayor detalle, ¿para qué? Dirían ellos. El personaje que debería aportar serenidad y sapiencia, arroja advertencias preocupantes que no hacen más que azuzar la difícil situación por la que atraviesa el país.

¿Podrá ser que el Presidente se refirió a periodistas, activistas, manifestantes y padres de Ayotzinapa como el afán desestabilizador? La pregunta cabe y las consecuencias de esto ya lo vimos en el 68 y su posterior guerra sucia. Confundir el disenso y crítica con una fuerza oscura que trabaja para descarrilar al país. Si este mensaje de Peña es como refiero, el Presidente se refirió entonces a millones de personas que estamos preocupados y ocupados con cambiar el país, pero de desestabilizar nada. Ahora si se refiere a unas decenas de personas que comenten actos de violencia, pues tampoco es cierto. El Estado mexicano es mucho más fuerte. Entonces, señor Presidente ¿a quién se refiere?

La indefensión de la sociedad pasa por los silencios y vacíos informativos. Poca información oportuna, clara y verificada de temas de interés público se convierte en un elemento tóxico para la sociedad y su desarrollo. La cobertura informativa de muchos medios está –intencionalmente- fuera de foco y el ejercicio de análisis citado demuestra eso.

Sin una prensa crítica e independiente no hay democracia posible. Comencemos por reconocer de dónde viene nuestra prensa y dónde está. Los aires de democracia no han permeado en nuestro periodismo. 

Darío Ramírez
Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana y Maestría en Derecho Internacional Público Internacional por la Universidad de Ámsterdam; es autor de numerosos artículos en materia de libertad de expresión, acceso a la información, medios de comunicación y derechos humanos. Ha publicado en El Universal, Emeequis y Gatopardo, entre otros lugares. Es profesor de periodismo. Trabajó en la Oficina del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), en El Salvador, Honduras, Cuba, Belice, República Democrática del Congo y Angola dónde realizó trabajo humanitario, y fue el director de la organización Artículo 19.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas