El edificio Trevi de 65 años tiene 30 departamentos, dos bodegas y seis locales comerciales a un costado de la Alameda Central, en la Ciudad de México. Hoy uno de los habitantes fue desalojado de manera arbitraria.
Ciudad de México, 20 de agosto (SinEmbargo).– Carlos Acuña fue desalojado este martes del Edificio Trevi, un inmueble en litigio desde marzo de 2018 entre los compradores Grupo Financiero Mifel y la empresa Público Coworking, y los vecinos que buscan comprar su departamento mediante el derecho al tanto.
“Acaban de hacer un desalojo en mi contra completamente irregular, violando el debido proceso y sin respetar los amparos de por medio”, dijo el periodista y habitante del edificio durante 10 años.
“Tenía contrato vigente. Todas mis rentas al día. Dos amparos en trámite y una queja en derechos humanos contra las irregularidades”, acusó en Twitter, donde ha denunciado otros desalojos ilegales en la Ciudad de México.
El Observatorio Vecinal del Centro manifestó que Acuña fue “víctima de la voracidad inmobiliaria y la violación a sus derechos”.
La Oficina para América Latina de la Coalición Internacional para el Hábitat y la Plataforma Vecinal 06600 y Observatorio del Centro Histórico documentaron 16 mil 646 desalojos en la capital del país con uso de fuerza pública desde 2014 hasta febrero de este año.
“La Banca Mifel compró de manera muy irregular este edificio. Le pagaron 6 millones de pesos a un notario para que validara una venta donde no se respetó el derecho al tanto”, afirmó Carlos.
Comunicado improvisado sobre el desalojonen mi contra. Vengan. https://t.co/C9aB14Zeoz
— Carlos Acuña (@esecarlo) August 20, 2019
El edificio Trevi de 65 años tiene 30 departamentos, dos bodegas y seis locales comerciales a un costado de la Alameda Central, en la Ciudad de México.
Aún hay gente viviendo adentro, incluyendo adultos mayores.
Desde julio, se intentó sacar a Acuña de su departamento con una orden de desalojo en su contra que se ejecutaría con permiso de romper cerraduras. Pero al menos 20 vecinos se atrincheraron desde la madrugada alrededor del inmueble para evitarlo.
“Ahora la calle es mi casa”, comentó hoy Acuña.
La parte interesada en comprar el edificio Trevi es Banca Mifel, Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero Mifel, en su división Fiduciaria, como Fiduciario de dos fideicomisos: el Fideicomiso de Administración No. Empresarial identificado con el número 2476/2017 y con el número 2475/2017, han documentado los vecinos.
Mifel aparece como Fiduciario porque actúa en representación de la empresa inmobiliaria Iteractiva S.A.P.I., cuyo nombre comercial es Público Coworking México.
Este fideicomiso se generó en 2017 para realizar la negociación del costo del inmueble del Trevi, para obtener el crédito que se le otorgó por vía bancaria y para realizar toda la operación de compraventa y las distintas negociaciones con locatarios o inquilinos que han decidido irse con indemnización.
De los vecinos que habitaban los más de 30 departamentos, dos bodegas y seis locales comerciales (dos bares, el café de Enmedio, el restaurante Trevi, la tortería Robles y otra cafetería), al inicio 13 decidieron entablar algún recurso legal para acceder al derecho al tanto, el cual permite comprar el espacio que durante años, algunos durante más de dos o tres décadas, han rentado y habitado.
#AlMomento por desalojo de uno de los habitantes del edificio vecinos convocan hoy a fiesta/manifestación frente al #CaféTrevi contra desalojos y gentrificación en el Centro Histórico. @06000Observa pic.twitter.com/SNpyWhBtTz
— Pie de Página (@PdPagina) August 20, 2019
Dos vecinos ingresaron demandas individuales. El resto, 11 inquilinos y locatarios, interpusieron una demanda colectiva ante el juzgado 20 civil de la Ciudad de México, con número de expediente 318/2018 en marzo del año pasado, en contra de Ángel Lascurain Cabrera-Villoro, Cristina Cabrera Villoro, María Isabel Cabrera Villoro y Jaime Lascurain Cabrera, los dueños del edificio Trevi quienes vendieron sin reconocer plenamente su derecho de preferencia.
De los 11 espacios que integraban la demanda colectiva, algunos llegaron a negociaciones entre el miedo o el cansancio, y tres vecinos desistieron. A la fecha, hay cinco inquilinos en demanda, una bodega y dos locales comerciales.