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Adrián López Ortiz

20/05/2018 - 12:00 am

EL PAN y MORENA. La oposición que se viene

De confirmarse las tendencias, el escenario más probable es que López Obrador ganará las próximas elecciones presidenciales y su partido MORENA será la primera minoría en el poder legislativo.

La elección no ha sucedido, pero me pregunto qué pasará con el PAN si la derrota de Anaya se consuma. Foto: Cuartoscuro.

De confirmarse las tendencias, el escenario más probable es que López Obrador ganará las próximas elecciones presidenciales y su partido MORENA será la primera minoría en el poder legislativo.

Ante el dominio morenista, el PAN se convertirá en la oposición política más importante, pues todo indica que el PRI será apenas una tercera minoría y dudo que conquiste alguna gubernatura.

Es decir, en el próximo gobierno estaríamos ante un nueva relación política bipartidista izquierda-derecha representada por MORENA y el PAN; y un PRI como partido bisagra (a lo mucho).

Este país no conoce un escenario político de esa naturaleza, toda vez que desde su fundación en septiembre de 1939 y hasta la elección presidencial de 1976, donde no postularon candidato, el PAN fue siempre una oposición testimonial al régimen priista posrevolucionario. Y durante todo el periodo del “milagro mexicano” y el “desarrollo estabilizador”, el gobierno mexicano y el PRI se encargaron de suprimir toda tentación de izquierda a través de la eliminación del proyecto cardenista, el control sindical- corporativo y la alineación ideológica con la doctrina estadunidense.

Pues bien, en pleno siglo XXI la izquierda mexicana retorna tardía y se consolida con Andrés Manuel López Obrador como su principal factor de arrastre. Consumido en luchas intestinas, no pudo hacerlo con el PRD pero ahora podría lograrlo con MORENA, aunque podríamos discutir ampliamente que tan de “izquierda” es un proyecto que incluye al PES o a Manuel Espino en su interior.

López Obrador se sabe ganador pero está consciente de las dificultades que enfrentará para consolidar su proyecto de nación en caso de no alcanzar la mayoría en el Congreso. Por eso ya no hace campaña para él sino para sus candidatos a diputados y senadores.

En lo personal, nada me parece más peligroso que darle todo ese poder a un presidente, independientemente de su discurso, ideología u origen. Creo firmemente que los gobernantes deben encontrar contrapesos en la oposición y en los mecanismos institucionales democráticos. Demasiado poder hace daño.

Ideológicamente parecería que para un gobierno de izquierda como el de MORENA, sería más sencillo ponerse de acuerdo con un partido de centro como el PRI que con uno de derecha como el PAN. Pero ya sabemos que la negociación legislativa cada vez responde menos a la ideología o valores partidistas y más a intereses de poder muy concretos. Además, todo indica que les guste o no, MORENA necesitará al PAN para realizar cambios profundos o de naturaleza constitucional.

Por eso me parece relevante señalar la importancia del rol que deberá jugar el Partido Acción Nacional en el próximo gobierno. ¿Cómo jugarán con López Obrador?, ¿bloquearan todo como lo hiciera el PRI con Fox y Calderón? , ¿o se dejarán cooptar como lo hicieron con Peña Nieto?, ¿serán una oposición responsable o fungirán de comparsa?

La elección no ha sucedido, pero me pregunto qué pasará con el PAN si la derrota de Anaya se consuma. ¿Serán capaces de asumir la cuota de poder conseguida en las urnas y usarla responsablemente en el Congreso?, ¿o sacarán la lista de agravios y volveremos a ver la película facciosa de siempre: el cobro de facturas, la venganza, la intriga?, ¿volverán los panistas desterrados por sus fueros?,

No lo sé. Pero lo cierto es que si López Obrador se convierte en Presidente, necesitaremos un PAN distinto al que hemos visto en años recientes, uno más parecido al de Gómez Morín y Manuel Clouthier que al de los personajes menores que lo representan ahora. Un partido más preocupado por sus ideales que por los moches.

Dice el clásico que la madurez de una democracia pasa por la calidad de la oposición. Ojalá veamos un PAN responsable, transparente y democrático. Una oposición que oponga con argumentos y firmeza, pero sobre todo, con honestidad y congruencia.

Se ve difícil con el regadero de muertos y heridos que ha dejado Anaya en el camino.

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.

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