Esta tradición de celebrar con los paseantes durante Semana Santa surgió desde que estos dos animales, siendo oseznos, fueron rescatados de un incendio en la Sierra de Zapalinamé, y desde entonces, cada año comparten un pastel con niños y adultos, además de disfrutar cada uno una enorme tarta de frutas.
Por Carolina Viveros
Coahuila/Ciudad de México, 20 de abril (Vanguardia/SinEmbargo).- Este Viernes Santo, “El Capi” y “Camila”, dos ejemplares de oso negro que viven en el Museo del Desierto, festejaron su octavo cumpleaños con pastel y piñatas, en compañía de decenas de familias visitantes.
Esta tradición de celebrar con los paseantes durante Semana Santa surgió desde que estos dos animales, siendo oseznos, fueron rescatados de un incendio en la Sierra de Zapalinamé, y desde entonces, cada año comparten un pastel con niños y adultos, además de disfrutar cada uno una enorme tarta de frutas.
“Cuando llegaron pesaban un kilo 900 gramos, eran osos pequeños, hoy los 2 pesan alrededor de 200 kilos, así que estamos muy contentos de festejar con ellos y verlos sanos y bien nutridos”, comentó Fernando Toledo, responsable del área de Fauna en el Mude, quien recalcó que además de la salud física es importante la salud mental de los osos, es por ello que les regalan cada año piñatas para que jueguen .
Cabe recalcar que “El Capi” y “Camila” son los ejemplares más pequeños del grupo que vive en el Museo del Desierto, pues “Payaso” y “Melina”, los primeros inquilinos en la historia del recinto, ya cuentan con más de 20 años, es decir, osos que entran en una etapa de vejez y que requieren más cuidado.
“Los osos en cautiverio viven más porque tienen comida segura, por eso los vemos muy sanos, pero tenemos a “Melina” y “Payaso” que ya están viejos así que ya vamos a empezar a festejarlos”.
El Museo del Desierto gasta 80 mil pesos mensuales alimentar a sus siete osos.