Una cosa es reírse de la muerte y otra, de los muertos

20/01/2012 - 12:03 am

Hay chistes malos y tonterías, por no llamarlo de otra manera. El famoso “chiste” del payaso Platanito en el que usa la tragedia de los niños que murieron en la Guardería ABC el 5 de junio del 2009 en Sonora, para divertir a la audiencia, no demuestra más que insensatez e insensibilidad hacia el ser humano.

El video que  circuló esta semana en las redes sociales presenta a Sergio Verduzco, actor que da vida a “Platanito”. en una presentación en el Teatro Blanquita en octubre pasado. En una de sus rutinas, pregunta la razón por la cual murió Michael Jackson: “Lo de Michael estuvo bien cabrón, ¿saben de qué murió Michael Jackson? Que de desesperación; que porque le quemaron una guardería allá en Sonora. No se burlen, güey. Pobres chavitos al pastor. No sean culeros. Aparte ya no hay guardería, ahora abrieron un changarrito que llamaron ‘Kentucky Fried Children”, terminó.

Perdonen ustedes pero no encontré el chiste. Estamos hablando de un caso que nos dolió a todos los mexicanos porque fallecieron 49 niños en una guardería y aún no se castiga a los responsables.  Peor aún, hace apenas unos días Marcia Matilde Gómez del Campo, socia fundadora de la guardería y prima de Margarita Zavala, fue absuelta del proceso penal por el caso de la guardería ABC.

No importa que Platanito haya pedido una disculpa. No importa que lo saquen del aire. Para Sergio Verduzco no había ningún problema en burlarse de unos niños fallecidos, mucho menos lo fue para la gente que se rió del chiste. Es decir, no sólo fue el ahora vilipendiado payaso el responsable.  La audiencia que estuvo ahí se rió. O quizá no todos y por eso pudimos ver el video de la rutina de Platanito.

Sé que en este tema hay muchos matices, y vamos desde la libertad de expresión, hasta las características históricas y culturales de los mexicanos que siempre hemos dicho que nos reímos de la muerte y hasta la festejamos.

Aprecio, como periodista, la libertad de expresión. La valoro y la defiendo porque sin ella no podría ejercer mi profesión. Pero también es cierto que al tener ese derecho, mantengo valores éticos que existen en la gran mayoría de los medios de comunicación. Esos valores, por ejemplo, hablan de respeto por la verdad, diferenciar entre información y opinión, respeto a la presunción de inocencia, proteger la identidad de víctimas de violación o menores de edad. Es decir, ejerzo la libertad de expresión en un marco de respeto e incluso el código de ética habla de los menores de edad en especial.

Ahora bien, si nos remitimos al tema sociocultural de que los mexicanos festejamos la muerte, tiene un sentido de tradición. No creo que estemos celebrando el fatídico número de 60 mil muertos en el sexenio por la lucha contra el narcotráfico. Como tampoco creo que nos burlemos de ella y por eso se justifica contar chistes como los del temblor, San Juanico o los niños de la Guardería ABC.

La fiesta mexicana que más me gusta es la del Día de Muertos. Me fascinan las Catrinas y siempre me ha gustado coleccionarlas, pero no representan en ningún momento a la muerte como tal, sino que son una crítica social de quienes siendo mexicanos querían aparentar, con la tonta idea de superioridad, ser europeos y una vida aristócrata que no les pertenecía económica y culturalmente.

Me gusta el pan de muerto con un buen atole y, cuando la familia se reunía los días 1 y 2 de noviembre, no era para celebrar a la muerte o burlarnos de ella, sino para recordar a nuestros familiares que habían fallecido.

Siendo así las cosas… ¿de dónde es que nos gusta burlarnos de la muerte?  Y aún siendo así, una cosa sería burlarse de ella y otra, de los muertos con nombre y apellido. Peor aún, burlarse de la muerte de 49 niños, cuyas familias jamás repondrán su pérdida.

Duele ver como los seres más indefensos de la sociedad mexicana, que son los niños, pueden morir en una guardería donde algunos jugaban u otros quizá sólo dormían. Duele ver como aún no se hace justicia y peor aún, pasaron a ser el repertorio de chistes de carpa.

Si una sociedad no se conmueve con la muerte de 49 niños, no se puede conmover con  ninguna otra injusticia, no es gratuito el nivel de impunidad con el que vivimos.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.
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