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Gustavo De la Rosa

19/10/2024 - 12:04 am

Ciudad Juárez necesita una Comisión de la Verdad para 2006-2012

“La violencia no solo afectó a los involucrados en el narcotráfico, sino también a inocentes”.

Uno de los cuerpos tenía entre 30 y 35 años de edad y un tatuaje en el pecho con la leyenda “Liam”. Otro de los individuos tenía un tatuaje en el brazo izquierdo con el nombre “Elizabeth”, y el último tenía aproximadamente 30 años.
“La ciudad se sumió en un clima de miedo y terror, donde la vida cotidiana se convirtió en una lucha por la supervivencia”. Foto: Juan Carlos Cruz, Cuartoscuro

El doctor Ramos se preparaba aquella mañana de 2010, para salir a su trabajo en una clínica del seguro social, a andar el motor de su automóvil y cuando iba a regresar  a recoger su maletín, un empujón repentino lo arrojó al suelo en la sala.

Un tipo güero con la piel descascarada, y los ojos enrojecidos, les exigió a las hermanas que le entregaran todo el dinero o mataba al doctor que permanecía en el suelo, inclusive les quitó sus tarjetas de crédito y les exigió las contraseñas, cuando se las entregaron junto con el efectivo que tenían, les dijo que si las contraseñas eran falsas iba a regresar a matarlas, ellas habían anotado las verdaderas contraseñas y le juraron que sin duda podía retirar el dinero, al llegar a la puerta el asaltante giró su cuerpo hacia atrás y les dijo “bueno llevo 19 muertes, con uno más completo 20”  y le disparó en la cabeza al doctor que permanecía en el suelo. La familia es muy cercana a nosotros los De la Rosa, yo era visitador de la comisión de derechos humanos y presentamos las denuncias aportamos los datos y detalles en términos normales habría sido sencillo localizar a ese asesino sin embargo han pasado 15 años y todavía esa familia espera justicia o verlo detenido para poder perdonarlo.

La situación en Ciudad Juárez durante el periodo 2006-2012 fue extremadamente violenta y devastadora, especialmente debido a la estrategia del gobierno de Felipe Calderón para combatir a los carteles de la droga. Esta estrategia llevó a un aumento significativo en la violencia, el dolor y la desolación en la ciudad.

La creación de una comisión de la verdad podría ser un paso importante hacia la justicia y la reconciliación en Ciudad Juárez. Este tipo de comisiones han sido efectivas en otros países para investigar y documentar violaciones de derechos humanos y crímenes cometidos durante conflictos armados o periodos de violencia.

Es importante destacar que la situación en la ciudad ha sido objeto de estudio y análisis por parte de organizaciones de derechos humanos y académicos, pero no se ha implementado una comisión oficial de la verdad.

Ciudad Juárez experimentó un aumento significativo en la violencia y los homicidios a partir de 2007, debido en gran medida a la estrategia de combate a los carteles de la droga implementada por el gobierno de Felipe Calderón.

La guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón en 2006 tuvo un impacto devastador en Ciudad Juárez. Lo que se anuncio como una estrategia para combatir a los carteles de la droga se convirtió en una guerra contra los adversarios del Chapo Guzmán, desatando una oleada de violencia que sumió a la ciudad en un baño de sangre . La ciudad se convirtió en un campo de batalla donde la vida humana parecía no tener valor.

Entre 1993 y 2006, Ciudad Juárez había registrado un promedio anual de 200 homicidios. Sin embargo, con el inicio de la guerra contra el narcotráfico, estos números se dispararon. La ciudad se convirtió en uno de los lugares más peligrosos del mundo, con una tasa de homicidios que alcanzó niveles récord

La violencia no solo afectó a los involucrados en el narcotráfico, sino también a inocentes, incluyó juarenses de bien, paisanos y personas que no debieron morir anticipadamente. La ciudad se sumió en un clima de miedo y terror, donde la vida cotidiana se convirtió en una lucha por la supervivencia.

Es importante recordar que la guerra contra el narcotráfico en Ciudad Juárez no solo fue una cuestión de seguridad, sino también de derechos humanos y justicia.

Fue un período de gran sufrimiento y terror para la comunidad juarense. Viví de cerca la tragedia que se abatió sobre Ciudad Juárez. Vi cómo la violencia devastó a familias, empresas y comunidades enteras. Mi familia y yo mismo enfrentamos la ira de los violentos por nuestra oposición a la estrategia de combate al narcotráfico que despreció los derechos humanos de los ciudadanos de esta frontera. Perdimos personas muy cercanas y vimos cómo nuestra comunidad se desmoronaba.

En ese período, se registraron más de 10 mil, 500 homicidios, cuando normalmente solo debían haber sucedido alrededor de mil esto es un aumento de 10 veces en la tasa de homicidios.
Además de los homicidios, hubo más de 5 mil invasiones a casas por parte de los militares, cateos ilegítimos sin orden ni autorización, y detenciones arbitrarias de miles de jóvenes que eran torturados en bodegas para obtener confesiones.

En 2009, mi oficina de derechos humanos y Javier González Mocken desde el municipio documentamos  1,015 violaciones a los derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias por simplemente caminar por las calles de la ciudad.

Estoy convencido de que Ciudad Juárez necesita  una Comisión de la Verdad para esclarecer lo que ha sucedido y está sucediendo. Esto podría ser un paso importante hacia la justicia y la reconciliación.

Una comisión de la verdad podría ayudar a:
Investigar y documentar los crímenes cometidos durante la guerra entre carteles.
Identificar y procesar a los responsables de estos crímenes.
Proporcionar reparación a las víctimas y sus familias.
Prevenir futuras violaciones de derechos humanos.

Es hora de que se tomen medidas para detener la violencia y buscar justicia para las víctimas. Que a éstas alturas de 2024 ya rebasan los 17,000 homicidios y no se han aclarado más allá de 1000, por eso es indispensable que ante la evidencia de la participación desde el gobierno en la guerra del Chapo Guzmán contra los carteles de México quede registrada y sancionados todos aquellos que puedan ser identificados como delincuentes asociados o individuales. Y sancionados todos aquellos crímenes que no hayan prescrito.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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