Juan Álvarez Gil trabajaba como agente de la policía ministerial en Guerrero. El 5 de julio de 2013, un grupo de personas armadas lo interceptó y lo privó de su libertad. Desde entonces no se ha tenido ni un rastro del policía. Ivonne, su hermana, destaca que no descansará hasta encontrarlo.
Ciudad de México, 19 de septiembre (Sin embargo).- Ivonne Álvarez busca desde hace siete años a su hermano Juan Álvarez Gil, desaparecido por un grupo armado en Chilpancingo, Guerrero. El único deseo de la mujer es encontrar a su familiar, ya sea vivo o muerto. “Aunque sea una muela quiero de él, pero quiero hallarlo”, dijo.
Álvarez Gil denunció que la investigación del caso está estancada y las autoridades cesaron con las acciones de búsqueda, por ese motivo ahora se encuentra en la Ciudad de México para exigir su localización con la debida diligencia.
“Yo vengo de un colectivo donde hay familiares que tienen hasta cuatro desaparecidos; yo solo tengo un desaparecido. Mi madre murió con la esperanza de querer volver a ver a su hijo y no se pudo; le fallé y le sigo fallando (hasta no encontrarlo)”, expresó Ivonne en entrevista con SinEmbargo.
LA DESAPARICIÓN
Juan Álvarez Gil es padre de tres menores y el segundo de seis hermanos. El hombre trabajaba como agente ministerial y era escolta del subprocurador de Guerrero, Alejandro Hernández Paz y Puentes.
“Mi hermano era escolta de Hernández Paz y Puentes, que en ese momento (año 2013) se encontraba detenido, y su familia. Mi hermano ya tenía un año y medio de trabajar directamente con el subprocurador cuando lo desaparecieron”, narró Ivonne en entrevista.
El 5 de julio de 2013, Juan salió de la casa de su madre y hermana rumbo a su domicilio. Eran cerca de las 3 de la tarde y quedó de regresar alrededor de las 5:00 de la tarde.
“Llegó la hora en que él debía regresar a la casa y no llegaba. Yo empecé a marcarle a su celular, pero ya no me contestaba”, recordó.
Ivonne y sus hermanos comenzaron a buscar a Juan con amigos, familiares y allegados. La familia indagó y obtuvo información en relación a que Juan había sido visto en la comunidad Petaquillas, ubicada a unos 10 minutos de Chilpancingo, y que ahí había sido privado de la libertad por sujetos armados.
“Nos dijeron que en un lugar llamado El Parador del Marques, dos vehículos le cerraron el paso a Juan”, comentó Ivonne. De acuerdo con los testimonios, sujetos armados descendieron de los vehículos y encañonaron a Juan, quien se encontraba desarmado. Posteriormente, lo bajaron de su auto y lo subieron a otro automóvil.
El vehículo de Juan fue abordado por parte de los sujetos armados quienes también se llevaron el sedán compacto de cuatro puertas color gris.
El auto fue localizado dos días después en un lugar llamado La Antigua Carretera a Tixtla, a unos kilómetros de donde ocurrió la privación de la libertad”.
“El carro estaba solo, con manchas de sangre que no pertenecían a Juan”, detalló la mujer. La familia de Juan de inmediato interpuso una denuncia ante el Ministerio Público local, sin embargo, hasta la fecha las investigaciones no han dado resultados ni una línea de investigación clara sobre el destino de Juan.
“Ha sido una lucha muy grande porque primero en el Ministerio Público local te 'tiran' de loco y no avanzaron en la investigación”, detalló Ivonne.
Ivonne ha enfrentado varias luchas desde que comenzó a buscar a su hermano desaparecido. A los tres meses de los hechos, un grupo de hombres armados la interceptó cuando ella conducía a cuadra y media de la casa; la encañonaron y amenazaron para que no continuara con la búsqueda de su hermano.
“Tres carros me cerraron el paso, se bajaron como siete tipos con armas largas, me rodearon y el que parecía el jefe de ellos pasó su escuadra sobre el cofre de mi carro hasta que llegó conmigo y me dijo: ‘¿Qué pasó, güera? Deja de buscar’. Yo estaba muerta de miedo, pero no lo demostré. Le contesté que de qué hablaba, me repitió que no lo buscara y se fueron”, narró Álvarez.
ATRACCIÓN DE LA FGR
Ivonne comenzó a luchar para que la investigación fuera atraída por la Procuraduría General de la República (PGR, hoy Fiscalía General de la República).
“Tuvimos que hacer muchas luchas para que el caso fuera atraído por la Federación. Han pasado muchas manifestaciones, bloqueos de calles, entonces ahí fue donde logramos que mi hermano fuera caso federal”, dijo.
Pasaron cinco años para que la FGR tomara el caso, pero tampoco han dado resultados, pues la carpeta de investigación está estancada, sin ningún avance, y sin ninguna línea de investigación clara, acusó Ivonne Álvarez.
“La carpeta sigue igual que hace tres años cuando nos pasaron del fuero local al federal. No se ha agregado ni una hoja”, expresó la entrevistada.
La única diligencia nueva, agregó, fue una visita que tuvieron elementos de la FGR a Chilpancingo para analizar el auto, pero ahí les notificaron que el vehículo de Juan ya había sido vendido.
“Tránsito Municipal giró la orden para que retiraran el vehículo del corralón cuando estaba bajo investigación y el vehículo fue vendido. Yo ya presenté una denuncia contra quien resulte responsable por la venta de ese vehículo que estaba bajo investigación. Siento que ahí había muchas pruebas, pero fue retirado y vendido”, abundó.
La mujer agregó que la Fiscalía General le prometió realizar una búsqueda en vida y en campo, pero no ha cumplido: “Yo ya tengo lugar, comunidad, testigos que me han dicho que posiblemente ahí este mi hermano, y me prometieron que ahí se haría la búsqueda y no se ha hecho. Esa promesa fue desde hace dos años y no se ha hecho la búsqueda”.
Ivonne también denunció que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) le retiró apoyos para las búsquedas.
La mujer destacó que son los colectivos de búsqueda y familiares de personas desaparecidas quienes realizan el trabajo que deberían hacer las autoridades.
“Nosotros vamos a comunidades, a cerros, a llanos. Nosotros somos los que buscamos. Como colectivo hemos dado resultados porque ya encontramos 62 cuerpos. Hemos hecho el trabajo de ellos, las autoridades”, comentó.
Ivonne se encuentra en la Ciudad de México en donde se ha unido a las protestas feministas y de familiares de personas desaparecidas para exigir a las autoridades verdad y justicia.
“Yo sé que aquí en México no voy a encontrar a mi hermano, pero sí voy a presionar a las autoridades para que me den una investigación profesional sobre su paradero y que se haga la búsqueda correcta”, expresó.
Finalmente, la ahora activista pidió a la sociedad comprensión a la lucha de los familiares de personas desaparecidas: “Yo sé que hay mucha gente que nos critica, pero el dolor cuando se pierde a un ser querido es inigualable. No se supera con nada”.