Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).– Bob Marley fue el primer cantante en ofrecer un concierto bajo su estela. Le siguieron Bob Dylan y Bruce Springsteen. Con la llegada de la década de los 80, un escenario italiano cobraba fuerza social por su imponente fachada. Dentro, la espectacular percepción del espectáculo en escena fue gracias a la visión de Alberto Cugini, arquitecto italiano. El Estadio Giuseppe Meazza, ubicado en el barrio San Siro de Milan, un imponente inmueble llevó el futuro a la actualidad de 1926.
En el oeste de la capital de la moda, la disputa por un terreno generó un espacio enigmático. Desde 1947, Inter y Milan compartieron cancha a pesar de la rivalidad empedernida que sus aficionados vivían. Nombrado como el barrio donde se edificó, los tifosi del A.C Milan hicieron caso omiso al nuevo nombre Giuseppe Meazza, jugador que defendió por 14 años la camiseta Nerozurra y sólo una Rossonera. Los milanistas renegaron la falta de identidad. Desde hace más de 30 años, llaman a su casa San Siro, sin importar lo que el letrero de la entrada decía.
Con la fiebre del invento inglés, el estadio tomó como ejemplo la estructura de las edificaciones futbolísticas del estilo británico. Con sus cuatro gradas separadas, las 35 mil localidades disponibles provocaron una revolución previa a la primera Copa del Mundo. Italia tenía un estadio único en Europa. El partido inaugural significó el inicio de un duelo histórico y de por vida. Milan recibió al Inter el 19 de septiembre de 1926. Los visitantes ganaron 6-3 apabullando al conjunto Rossonero. Los interistas siguen recordando aquella primera victoria en el clásico de la ciudad.
La consolidación del mítico escenario llegaría en 1934 con el mundial que la Italia de Mussolini organizó dos años antes de los Juegos Olímpicos de la Alemania nazi. Tres partidos se disputaron en la cancha del San Siro. El último fue la semifinal que disputaron Italia y Austria, un equipo poderoso de la época. Entre el campo enlodado, con el miedo del árbitro para marcar en contra de los locales debido a las amenazas del régimen autoritario, un gol de Enrico Guaita le dio la victoria por la mínima a un país que se enamoró del inmueble mítico.
San Siro se remodeló en 1980. Con sus espectaculares pilares, la cancha de dos de los equipos más grandes de Europa se estableció como una obligación turística y de culto. El mundo vería a Bob Marley en un escenario usurpando el terreno de juego. Fue el concierto más emblemático del jamaiquino con 100 mil espectadores entregados. Un año después moriría. El estadio de Milan no solo se enfocaría a las actividades deportivas, años después, Michael Jackson encumbraría el recinto con su performance.
Para la Copa del Mundo de Italia 90, el Giuseppe Meazza tenía una jerarquía ganada. El partido inaugural Argentina-Camerún se jugó en su césped. La victoria de los africanos ha sido una de las sorpresas más grandes en la historia de los mundiales. Alemania Occidental, meses después de la caída del muro de Berlín, ofrecería un espectáculo en ese recinto con olor a historia. Mundiales, Champions League, Calcio italiano y conciertos emblemáticos. Giuseppe Meazza es el máximo goleador en la historia del Inter de Milan, hoy, un estadio único lleva su nombre. De cualquier asiento, la vista sigue siendo espectacular, tal como en 1926.
