Atenas, 19 sep (dpa) – Grecia necesita realizar recortes por aproximadamente 2.000 millones de euros (2.600 millones de dólares) para cumplir con los objetivos de austeridad establecidos por los acreedores internacionales a cambio de préstamos de emergencia, según revelaron hoy fuentes del Ministerio de Finanzas.
El ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, mantuvo nuevas conversaciones con los acreedores internacionales de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocidos como la troika, sobre un nuevo paquete de medidas de ajuste por un total de 11.500 millones de euros.
Previo al encuentro, Stournaras expresó la esperanza de que ambas partes pudieran llegar a un acuerdo antes del domingo, pero fuentes del Ministerio señalaron que aún hay diferencias en torno a un recorte de 2.000 millones de euros en el gasto en salud y defensa.
Otro de los temas controvertidos es el aumento de la edad de retiro demandado por la troika, que quiere que sea elevado en dos años, hasta los 67.
El jueves, el primer ministro Antonis Samaras tiene previsto reunirse con sus socios de coalición para establecer una postura común. El encuentro se llevará a cabo antes de la partida de Samaras hacia Roma para una visita oficial de tres días que comenzará el viernes.
La troika quiere que Grecia implemente reformas radicales al mercado laboral como extender la semana laboral a seis días, o mayores recortes en las pensiones y los salarios del sector público.
Las demandas contemplan además la eliminación de la jornada laboral de ocho horas y que se permita a los empleadores solicitar a su personal que trabaje hasta 78 horas por semana. Los acreedores también están presionando para que se concrete el despido de unos 15.000 empleados públicos.
Una fuente cercana a las conversaciones dijo a dpa en condición de anonimato que la troika aspira a que se realicen recortes por casi 8.000 millones de euros solo a las pensiones y los salarios.
Los dos socios menores de la coalición de gobierno griega, el socialista Pasok y la Izquierda Democrática, expresaron su objeción a algunas de las duras medidas propuestas por los acreedores.
La troika presentaría un informe para fines de septiembre o principios de octubre que es esencial para que Grecia reciba su próximo tramo de ayudas, por 31.500 millones de euros. Sin este dinero, Atenas podría verse forzada a declarar la suspensión de pagos de su deuda pública.
