GBogotá, 19 sep (dpa) – El gobierno colombiano agradeció hoy a las autoridades venezolanas por la captura del narcotraficante Daniel Barrera, alias “El Loco”, quien este martes cayó en manos de agentes de ese país tras una tarea de inteligencia de cuatro años en la que participaron Estados Unidos y Gran Bretaña.
Barrera fue detenido por la Oficina Nacional Antidrogas de Venezuela (ONA) en la ciudad de San Cristóbal cuando hablaba en una cabina telefónica.
El ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, dijo que la operación concluyó con éxito por el aporte de las autoridades colombianas, estadounidenses y británicas, “e indudablemente por el aporte de la autoridad antidrogas del gobierno de Venezuela”.
Pinzón dijo que Barrera era “el último gran capo de las estructuras narcotraficantes”, pues desde hacía 20 años era buscado por sus actividades ilegales en los Llanos Orientales de Colombia.
El funcionario comentó que el mafioso tuvo que salir del país hace cuatro años, debido a la presión de las autoridades, pero desde entonces se puso en marcha una labor de inteligencia que dio con su paradero en Venezuela.
Al describir a Barrera, Pinzón comentó que “no tenía escrúpulos”, pues traficaba cocaína hacia Estados Unidos con la complicidad de grupos paramilitares de ultraderecha y de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El ministro recordó que la “alianza perversa” de Barrera con las FARC quedó al descubierto en correos electrónicos encontrados en las computadoras que tenía quien fuera el jefe militar del grupo guerrillero, conocido con el alias de “Mono Jojoy”, quien murió en un bombardeo de la Fuerza Aérea hace dos años.
“Los criminales deben saber hoy que no hay lugar en el mundo donde se puedan esconder sin que la fuerza pública les vaya a llegar”, dijo Pinzón en declaraciones a la cadena de radio Caracol.
Aunque Pinzón dijo que Barrera “tiene una gran cantidad de deudas con la Justicia colombiana”, dijo que a las autoridades venezolanas les corresponde decidir si el capo es deportado a Colombia o extraditado a Estados Unidos.
Según las autoridades colombianas, Barrera fue jefe de Pedro Oliverio Guerrero, alias “Cuchillo”, quien murió a finales de 2010 en una operación para capturarlo en un sector de los Llanos Orientales.
Barrera y Guerrero eran los jefes del grupo narcoparamilitar Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista de Colombia (ERPAC), muy diezmado en los últimos meses por la entrega de decenas de sus integrantes.
Las autoridades de Estados Unidos ofrecían una recompensa de cinco millones de dólares y las de Colombia de 5.000 millones de pesos (unos 2,8 millones de dólares) por informaciones que condujeran a su captura.
