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Greenpeace

19/08/2019 - 3:17 pm

De cuando estás mal (como país) y te empeñas en estar peor

Hace tan sólo un par de días escuchamos al Subsecretario de energía, Alberto Montoya, hablar de la importancia de aumentar la producción de crudo y fortalecer el Sistema Nacional de Refinación para abastecer la demanda de gasolinas para el parque vehicular en México. La refinería de Dos Bocas es uno de los grandes proyectos de esta administración.

“Vivimos en ciudades ahogadas por la contaminación y la actual política energética del país elevará dichas emisiones”. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro

Por Angélica Simón*

Es lamentable, de acuerdo con el resultado de un reporte de Greenpeace, México es el cuarto emisor más grande del mundo de dióxido de azufre, una gas que contamina el aire que respiramos, uno de los principales contribuyentes a la muerte y a las enfermedades humanas por la mala calidad del aire en todo el planeta, y eso no es lo peor. Lo más inverosímil, lo vergonzoso, es que ante tal evidencia, existan autoridades que ignoren la gravedad de esta realidad y lejos de buscar revertirla, quieran agravarla.

Hace tan sólo un par de días escuchamos al Subsecretario de energía, Alberto Montoya, hablar de la importancia de aumentar la producción de crudo y fortalecer el Sistema Nacional de Refinación para abastecer la demanda de gasolinas para el parque vehicular en México. La refinería de Dos Bocas es uno de los grandes proyectos de esta administración.

Mientras a nivel global se ha reconocido la contaminación del aire como una “emergencia de salud pública”, según la Organización Mundial de la Salud, con más del 90 por ciento de la población mundial expuesta al aire tóxico al aire libre y una estimación de que la contaminación del aire causa más de 7,000,000 de muertes prematuras en todo el mundo, en México este año vivimos una de las contingencias ambientales más severas en el centro del país. Vivimos en ciudades ahogadas por la contaminación y la actual política energética del país elevará dichas emisiones.

En este reporte de la organización ambientalista, Base de datos de puntos críticos de emisiones globales de SO2 en el que se analizan datos rastreados por la NASA, se advierte que son las instalaciones de generación de energía y las refinerías los puntos de emisión más críticos lo que demuestra la necesidad de estándares de emisión más estrictos para las centrales eléctricas y la industria así como una rápida transición lejos de los combustibles fósiles.

La quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, así como los procesos de refinación de petróleo, son la mayor fuente de emisiones antropogénicas de SO2, lo que resulta en una mala calidad del aire y muertes prematuras en todo el mundo.

México es uno de los sitios clave por su enorme contribución al problema. Sin embargo, la actual política energética nacional busca ampliar el sistema nacional de refinación, que ya de por sí es responsable de una gran cantidad de emisiones de SO2. La construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, así como la ampliación de las ya existentes, que además están muy cerca de centros urbanos, resultará en un incremento significativo en emisiones de SO2 y Gases de Efecto Invernadero.

Como país debemos reconocer nuestra gran contribución a esta crisis de salud ambiental y hacer algo, en la misma proporción, para solucionarla.

La solución del problema pasa por ofrecer alternativas para que la gente pueda transportarse de manera distinta, ya que el sector transporte es el mayor consumidor de energía en nuestro país. Invirtiendo más en transporte público seguro y de bajas emisiones, así como en impulsar las energías renovables, a la par de tener estándares de emisión más estrictos.

*Angélica Simón es coordinadora de medios de Greenpeace México.

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