¿Otro Ombudsman para las pensiones de Pemex?

19/08/2014 - 12:01 am

Cierta ocasión que comparecí como testigo en una corte del estado de Texas, sobre las violaciones a los derechos humanos de un solicitante de asilo, el fiscal quiso informarse de la figura (extraña para ellos) de las comisiones de Derechos Humanos.

Le explique de la forma más breve posible qué eran y por qué se necesitaban en el país, haciendo énfasis en su función para controlar la constitucionalidad de los actos de las autoridades.

Desconcertado, me volvió a preguntar: ¿Qué en México no hay jueces, ni Suprema Corte? Porque eso que me dice que, lo que hacen sin fuerza vinculante, lo haría mucho mejor un juez con sentencias obligatorias.

El defensor del asilante aprovechó esta parte del interrogatorio y agregó: En México la Justicia de las cortes es tan inestable y poco respetada por el poder de los presidentes y gobernadores, que tuvieron que inventar una institución especializada en recomendar al Gobierno que “se porte bien”,  porque eso es lo que hacen las Comisiones de Derechos Humanos.

“Pero el Gobierno se sigue portando mal” concluyó. “Por eso, porque no hay control de las leyes sobre el autoridad, y a las Comisiones de Derechos Humanos sólo las escuchan, es que no podemos devolver a este hombre a su país donde si así lo desea el poder, lo matan”. El juez concedió el asilo.

Lo anterior viene al caso porque, según la nota de SinEmbargo del 15 de agosto, hay propuestas para crear un ombudsman que resuelva los adeudos de Pemex con sus trabajadores en la administración de las pensiones.

Para resolver conflictos laborales existe el poder jurisdiccional de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, la fuerza legal de las sentencias de amparo directo y las resoluciones de la Suprema Corte. La industria petrolera es de competencia federal, no necesita más que estas instituciones y recursos.

¿Serán tan ignorantes que no saben qué hacer para garantizar las pensiones de los petroleros?

Es muy discutible la utilidad práctica de las Comisiones de Derechos Humanos que, entre otras funciones, sirve para enfriar la ira ciudadana contra el abuso del poder político y sembrar esperanzas de justicia entre los usuarios. Sus trámites son más burocráticos y laxos frente al poder y sus resoluciones mucho más débiles que los juicios de amparo. Esto viene de un visitador con 9 años de experiencia en el departamento y 31 en la práctica privada.

El problema de los adeudos laborales de Pemex debe solucionarse en cuanto a lo pasado, y garantizar bases sólidas para el futuro.

Tenemos un Pemex real, que ya es una empresa en el mercado y juega con sus reglas, pero también es una firma que fue saqueada por la hacienda pública durante 24 años. Y entre el dinero que se llevó el SAT iban los adeudos laborales (otra cosa diferente son los fraudes de los dirigente sindicales, eso se resuelve con cárcel).

En este caso, Hacienda debe responder por los adeudos legales que se tengan con los trabajadores hasta el día de la transformación jurídica.

Ya siendo una nueva empresa, ahora Pemex debe defender su patrimonio incluso ante los tribunales para que le den oportunidad de competir en condiciones similares con los demonios extranjeros. Si es liberada de las sanguijuelas hacendarias, se convertirá en una verdadera competidora a nivel mundial que puede ofrecer opciones reales de crecimiento y de negociación con medianas y pequeñas empresas, pero si le siguen extrayendo las ganancias la van a llevar a la bancarrota y a .sus trabajadores y compañías satélites a la miseria.

Bien pueden iniciar hoy una campaña contra los trabajadores petroleros, y preparar al público para que aplauda una puñalada al gremio, como también pueden hacerlo contra los maestros. Pero, igual que en la educación, aplastar a su mano de obra no produce utilidades porque sólo la fuerza laboral aplicada genera valor real.

Sin dinero, Pemex irá a la quiebra y los únicos que ganarán son los inversionistas trasnacionales, aunque puede que eso sea lo que quieren hacer. Lo cual no nos sorprendería, porque explicaría la prisa loca para sacar adelante las reformas.

Considerando lo último, me parece una verdadera vacilada que en estos momentos que se necesita claridad y sensatez, los intelectuales especulen sobre un ombudsman para Pemex, es como hablar de la ganadería en Australia  en tiempos de la vendimia en el valle de Guadalupe.

Pero seguimos gritando: ¡Qué viva México!

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.
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