Entrevista

Errores, corrupción y desprecio por la opinión pública: Peña hizo el peor Gobierno, afirma Villamil

19/05/2018 - 12:01 am

Dice Jenaro Villamil, autor de Cleptocracia: El nuevo modelo de corrupción (Grijalbo) que el Gobierno actual sólo duró dos años del sexenio. Los otros cuatro “no supieron cómo revertir el derrumbe. Lo que han hecho es agonizar”. La tecnocracia, para el periodista, es un modelo de eugenesia social y el neoliberalismo no ha tenido una época de gloria en los últimos 40 años.

Ciudad de México, 19 de mayo (SinEmbargo).- “A diferencia de la mafia del poder, el término cleptocracia define una dinámica distinta: es la institucionalización del robo. La mafia del poder es descriptiva, la cleptocracia es prescriptiva. La mafia del poder captura al Estado, la cleptocracia se vuelve el Estado”.

Así lo explica el periodista y teórico Jenaro Villamil, diciendo además que ese sistema institucional, que todo lo ha robado y que nada ha dejado para su pueblo, se viene abajo.

¿Qué habrá después de las elecciones? Es muy difícil decir ahora cuáles son las cosas que realmente se transformarán, pero algo no da de sí en este sistema.

Villamil lo explica es La cleptocracia: El nuevo modelo de corrupción (Grijalbo): “México vive una de las jornadas políticas más intensas, inciertas y polarizadas de los últimos años. La sucesión presidencial de 2018 no es el punto de arranque de un cambio, sino el desenlace de una historia que este país y su sistema político han vivido en las últimas cuatro décadas. ¿Continuará o cambiará el núcleo de la élite que ha gobernado el país desde la “toma del poder” de la tecnocracia en la década de los ochenta? ¿Seremos capaces de derribar el inmenso muro que separa a la sociedad civil mexicana de una clase política desgastada, desprestigiada, inmersa en una escandalosa decadencia? ¿Qué papel jugarán los factores externos, en especial los grupos de poder económico, político y militar de Estados Unidos, que nos ven como una extensión de su hegemonía? ¿Qué viene después de la elección presidencial: el reacomodo típico de los grupos que han dominado o la reestructuración de un sistema desgastado?”.

El libro es un compendio de todos los hechos que han marcado –sobre los que ha fracasado una y otra vez- el Presidente saliente Enrique Peña Nieto y además un análisis de la cleptocracia durante los últimos 40 años, donde el neoliberalismo ha hecho sus anchas y la teoría del derrame todavía la esperamos en forma práctica.

La “cleptocracia” no es la mafia del poder, sino el sistema mismo. “No es un asunto de “buenos” contra “malos”, es un problema de estructura, de arquitectura, de un sistema que sólo se sostiene bajo cimientos endebles. Un cáncer que ha invadido todo el cuerpo político e institucional. Corroe, corrompe, debilita cualquier anticuerpo democrático”, dice Villamil, un hombre nacido en Mérida en 1969, cuyos libros recientes son también La rebelión de las audiencias (2017), La caída del telepresidente (2015), Ciberdisidencias (2014), Peña Nieto: el gran montaje (2012) y Si yo fuera presidente. El reality show de Peña Nieto (2009).

“Etimológicamente, cleptocracia proviene del griego clepto (robo) y kratos (gobierno o dominio); es decir, “el gobierno de los ladrones”. Es la institucionalización del robo a costa de una constante simulación de legalidad. Es un cáncer que ha hecho metástasis sobre todo el cuerpo institucional, al grado de que es prácticamente imposible contar con anticuerpos judiciales, fiscales autónomos, mecanismos de rendición de cuentas reales, no simulados”, afirma.

No lo pongo así, pero lo que hay es un proyecto de eugenesia social, de eliminación de los débiles, de los prescindibles, son desechables. Foto: Cuartoscuro

–¿Fuiste viendo todas las acciones de Gobierno en pos de la cleptocracia?

­–Sí, así es. Es un libro sobre los últimos 40 años de México, la explicación de la corrupción tan desatada que hay ahora y que se ha desatado en el caso del Gobierno de Enrique Peña Nieto y de los gobernadores priístas, de los políticos panistas, del perredismo, no es ajeno a una historia. Esa historia tiene que ver con el ascenso de la tecnocracia, en los últimos 40 años, llegó en 1982 y estamos viendo el declive de ese modelo y de esta cleptocracia que ha gobernado. Es un derrumbe muy fuerte.

–Tú hablas de la tecnocracia que es un modo de decir, el neoliberalismo, en un contexto donde parece no haber posibilidades de otro sistema. Parece ser que el neoliberalismo es la respuesta a todo

–Exacto. La cleptocracia es un sistema degenerado que puede ser desde un Estado populista, nacionalista o de un Estado neoliberal. Lo que los neoliberales quieren decirnos es que sólo hubo corrupción en México en la vieja época de López Portillo, de Echeverría… Y lo que estamos viendo en estos últimos años de neoliberalismo, defendido por una élite, fueron muchísimos más rapaces, muchísimos más ineficaces, más criminales en términos sociales que el nacionalismo. Se les ha caído la careta. Cuando ellos hablan de modernización y de no regresar a modelos anteriores, lo único que están diciendo y asumiendo que en los últimos 40 años lo único que hicieron fue derrumbar sus propias expectativas.

–Tal es así que cuando hablan del Estado nos dicen de Venezuela o de la vieja Unión Soviética, pero no ponen de ejemplo al Estado de Finlandia, donde entre otras cosas no hay una sola escuela privada

–Ellos usan propagandísticamente sus propias referencias. Hablan de Venezuela porque Venezuela está al margen del modelo neoliberal, pero ¿por qué no hablan de lo que está pasando ahora de Argentina, con una crisis terrible? Lo que está pasando en México es producto de ese neoliberalismo que se ha aplicado y en el gobierno de Enrique Peña Nieto alcanzó su máximo nivel.

–Aquí estamos acostumbrados a que los precios aumenten a cada rato y el salario baje o quede igual, que no nos llama la atención otros países

–Hay un desfasamiento terrible. El nacionalismo mexicano tuvo un periodo de gloria, las sociedades crecieron, las clases sociales subieron, pero el neoliberalismo no ha tenido un solo periodo de gloria, beneficiando a una minoría.

–Ni hablar de la teoría del derrame.

–El libro se enmarca en esto, exactamente.

–Haces un compilado de los escándalos de Enrique Peña Nieto.

–Sí, al contrario, fue abriendo expedientes sobre los escándalos y ninguno ha cerrado. Ni Ayotzinapa, ni el despido de Carmen Aristegui, ni el caso del crimen organizado, Humberto Moreira, ni los 12 gobernadores, ya su capacidad de solución de algunos de estos casos es nula. Todavía con Carlos Salinas es el sexenio más acabado de esta tecnocracia y de este modelo, algunas cosas se resolvieron. Se derrumbo en 1994. En este sexenio ha sido crisis tras crisis.

Un libro que aclara muchas dudas. Foto: Especial

–También está el tema de la muerte

–Sí, claro. La tecnocracia no es una clase política limpia ni pacífica. Es profundamente violenta, eso explica por qué estamos llegando a este sistema de homicidios, de secuestros, de desapariciones. El verdadero rostro de la tecnocracia no es la familia feliz del banco de México, ni de los virreyes, el verdadero rostro es el que vemos en varias de las calles mexicanas donde el Estado aplicó su derecho a garantizar la seguridad.

–Las manifestaciones que hay en Reforma todos los días

–No lo pongo así, pero lo que hay es un proyecto de eugenesia social, de eliminación de los débiles, de los prescindibles, son desechables. Los vuelven cifras, anécdotas y en el peor de los casos los criminalizan. Buscaron su merecido a través del narco, eso es un lenguaje tecnocrático.

–¿Qué les pasa por la cabeza, el tema de las minas por ejemplo, es sólo el dinero?

–Ellos creen que es un sistema de hurto inacabable, que eso está legalizado y que eso no debe cambiar. No tienen un proyecto social y por eso cae esta tecnocracia. Tuvieron como la Cruzada Nacional contra el Hambre que terminó en un escándalo terrible de corrupción. Tuvieron simple y sencillamente respuesta de dudosa eficacia. Lo que están pensando es cómo proteger sus intereses sin tener que dar nada a cambio. Las concesiones mineras no se van a poder sacar, están tan apalabradas y con contratos leoninos. Lo mínimo que se les puede demandar es un proyecto de devolución a la comunidad. Lo mínimo. Por eso les está molestando tanto la candidatura de Napoleón Gómez Urrutia.

–¿Tú crees que el Gobierno de Enrique Peña Nieto es el peor que nos tocó en años?

–Sí. Incontrastablemente sí, una acumulación de errores, de insensibilidad y de corrupción que a esto le agregas la persistencia del desprecio a la opinión pública. Es un sexenio que duró dos años, los cuatro siguientes años no supieron cómo revertir el derrumbe. Lo que han hecho es agonizar.

–¿Esta gente va a ir a la cárcel?

–A la tecnocracia lo que le interesa es acomodarse, gane quien gane y va a tratar de cooptar al futuro Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, si es que gana y si es que dejan que este triunfo sea algo respetable. El libro es una llamada de atención a esto, es decir, las cleptocracias se van adaptando, por eso en la primera parte hago una especie de debate teórico, diciendo que no es lo mismo la cleptocracia que la mafia del poder. Se parecen, pero la mafia del poder está fuera del Estado y para mí la cleptocracia forma parte de los cimientos del Estado. La caída implicará una construcción y reconstrucción muy fuerte.

–Está de caída, pero la tecnocracia tiene el espíritu del áve fénix…

–Lo que ha pasado es que no ha funcionado ninguna de las fórmulas que antes tenían para inhibir el voto. La campaña del 2018 es exactamente la otra cara de la moneda del 2006, se están desesperando, ya quitaron de la boleta a Margarita, a la cual ellos pusieron, retiraron la inversión.

–¿Qué pasa con los medios, por ejemplo el periódico La Razón?

–Se cayó el modelo hegemónico de Televisa. Lo más probable es que traten de adaptarse, que traten de mimetizarse para mantener sus privilegios. Un periódico como La Razón seguirá viviendo, pero no son medios que vivan de sus audiencias, son instrumentos de protección política y el empresario tamaulipeco que es el dueño de La Razón usará eso como negociación. Son medios de presión política, en la medida que esos chantajes ya no funcionen van a ir desapareciendo. El caso de Televisa es más complejo, es más grande y es esencial, va a tratar de adaptarse, ahí vamos a ver de qué tamaño estará hecha la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador o la astucia de Televisa.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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